19 de enero de 1787.
«Amaneció el día ya inusitado muy apacible y quieto. El oriente solo ocupado de unas nieblecillas muy tenues, que apenas se percibían: lo restante del hemisferio con muchas nubes y obscuro: el sol en capricornio y muy despejado».
El capuchino Diego de Cáliz se dispone a abandonar Caspe en dirección a Mequinenza. Antes, a primera hora de la mañana, ora en la Iglesia del Convento de Cacpuchinos, «tomando la bendición del Señor para hacer su viaje» cuando, de repente, un extraño fenómeno sorprende a los habitantes de la villa.
«Veíanse tres soles iguales, símbolo sin duda de la Sma. Trinidad de quien era devotísimo el Venerable Padre».
La solución al enigma mañana domingo en El Agitador.