Caspe oculto y desconocido. La ¿rotonda? de El Plano

Al enorme elenco de vanguardias artísticas y demás «ismos» de comienzos del Siglo XX se ha añadido hace unos años el llamado rotondismo español. Algo así como un art nouveau que ha conseguido jalonar buena parte de la geografía ibérica con rotondas decoradas con dudoso gusto y presupuestos, generalmente, abultados. Prácticamente todas las regiones de España pueden presumir de tener en sus carreteras, ciudades y pueblos alguna de esas “obras de arte”. Y en Caspe no podemos ser menos.

Por un lado tenemos aquel olvidado proyecto de la Plaza Aragón, del que, por cierto, nada se ha sabido desde que se pusiera sobre la mesa –no sin cierta polémica sobre si debía hacerse público o no- hace ya unos cuantos meses. Por otro, un cruce que, si bien no es estrictamente una rotonda, actúa como tal. Una confluencia de cuatro calles en el barrio de El Plano en el que el conductor tiene que rodear una colorida y pestilente agrupación de contenedores de basura, siete en concreto.

¿No les parece una bonita muestra artística? ¿No es una escena digna de enmarcar? A nuestro juicio, una de las más claras expresiones del llamado «arte povera» o «arte pobre» en nuestro país. Muy similar a los celebres excrementos enlatados del artista Piero Manzoni. Solo que aquellas latitas rellenas de mierda cuestan un pastón, como la mayoría de las rotondas, y la nuestra es gratis.

Disfruten de esta obra de arte. Y si no son capaces de entenderla, no se preocupen. Es lo que tiene la vanguardia.

Cruce

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