Cuentos con un lado oscuro. Cuentos Completos. Roald Dahl. editorial Alfaguara

A los que hemos leído a Roald Dahl como escritor para niños (fantásticas sus novelitas Charlie y la fábrica de chocolate y la excepcional James y el Roaldmelocotón gigante, entre otras no menos fabulosas) nos llega la oportunidad de conocer su obra para mayores, que también la tiene y no menos estupenda.

El Dahl para adultos es un autor sin concesiones, cruel en ocasiones, divertido, irónico, satírico, malvado, fantástico (género fantaciencia, no adjetivo) y lleno de vida. La suya particular está llena de aventuras: pasó por la experiencia de los colegios privados ingleses como alumno apaleado, vivió una temporada en África, fue piloto de guerra, participando en numerosas batallas aéreas, y cuando ya algo mayor entra a trabajar en la Embajada Británica de Washington, un día coincide con el escritor C.S. Forester, el creador de la serie de novelas de ambiente naval protagonizada por el capitán Horatio Hornblover (acuérdense de la excelente película Master and Comander) que le hace una extraña proposición.

Sabe que Dahl ha participado en la guerra como piloto y quiere que le cuente su aventura más emocionante con el fin de escribir con ella un relato. A Dahl le gusta la idea. Se van a comer, pero la conversación no acaba de fluir. No importa, dice Forester, escriba la historia y me la envía, y con el material yo escribiré el relato. Pero ponga detalles, muchos detalles, aunque le parezcan nimios. El bueno de Roald se pone manos a la obra, y esa noche tiene escritas sus notas, que envía a Forester. La respuesta, más o menos es la siguiente: Lo que me envió, no eran notas en absoluto, sino un relato perfecto, completo y plenamente profesional. Le cuenta que se lo ha enviado a su agente y que han vendido el relato a una revista que pagará a Dahl mil dólares, de los que hay que descontar cien, correspondientes al agente. ¿Así de fácil?, pregunta Dahl. Así de fácil. Y hasta el fin de sus días.

Lo primero que sorprende de estos relatos para adultos, mucho menos conocidos que los libros para niños del autor, es la gran variedad de estilos, temas y tonos. Los mejores, a mi juicio son los dedicados a su etapa de piloto, cuentos muy vívidos y reales, pero con esa vuelta de tuerca tan típica del género: finales sorprendentes, en los que, a veces, se cuela una especie de nueva realidad, distinta de la normal, extraña, pero que no chirría, la línea discursiva es clara, aunque el resultado parece el relato de otra realidad paralela, como si el mundo se hubiese roto y en su reconstrucción faltaran y sobraran algunas piezas.

Como hemos dicho antes, los temas son variados, lo que hace que un libro tan imponente como éste, 917 páginas, se lea muy bien y de manera muy fluida. Bravo por Roald Dahl. Y bravo por Alfaguara. Por la edición de tan estupenda recopilación, que desgraciadamente, como comunican en la carátula, ya es Edición Definitiva, porque el escritor murió en 1990. Léanla, y lean a sus hijos los cuentos infantiles de este autor tan sorprendente. No se arrepentirán.

Manuel Bordallo.

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