MuseSi Wagner viviera en estos tiempos querría producir a Muse.  Querría ser partícipe de la energía embriagada de épica que emana el trío liderado por Matt Bellamy.  Si además aderezamos esa épica con una puesta en escena abrumada por tecnología al servicio del espectáculo en un triple escenario 360º con pantallas holográficas inmensas y una entrega total de un público agradecido por asistir al mejor concierto que hoy día puede realizar una banda de rock, tenemos lo que se vivió en Madrid la pasada semana.

Hace más de medio año se programó un concierto para este 5 de mayo y en menos de una hora se agotaron las entradas.  Haciendo cálculos rápidos se puede estimar más de un millón de euros de caja en la taquilla.  Además está la barra y el merchandising.   Un negocio redondo, y muchos fans decepcionados por no tener entrada.  MuseAsí que se programó un segundo concierto para la noche siguiente.  Otro millón, pero éste con más rentabilidad neta, porque muchos gastos se habían asumido en el primer concierto.  Y también se agotaron en poco más de una hora. Seguro que si hubieran programado un tercer concierto, el temporalmente llamado “Barclaycard Center” también se habría llenado.  Tenían que haberlo programado en el Calderón, y lo habrían petado.  La gira sigue, el mundo es muy grande, y las fechas están fijadas.  Hay más fans que atender, más almas sedientas de heroicas baladas.  No hay que ser avaricioso, hoy por hoy ya ganan bastante dinero.  Tras el segundo concierto en Madrid volaron en su jet privado a Viena.  Cómo han cambiado las cosas desde el 21 de julio de 2000, donde apenas un centenar de personas les vio en el Doctor Music Festival.  Hoy día muchos habrían habríamos querido disfrutar de su bautismo en España.

MuseMuse es una de esas bandas que arrastran masas de devotos fans, y eso que, al menos en nuestro país, no se escuchan en emisoras comerciales.  Los críticos de más edad les llaman los herederos de Queen.  Otros les emparentan con U2.  Pero los más jóvenes fans de la santísima trinidad de las musas, dentro de unos años, bautizarán a algún grupo venidero como los herederos de Muse.  La historia es cíclica.

“Origin of simmetry” (2001) puede que sea su mejor disco, pero su otro gran éxito “Black Holes and Revelations” (2006) fue su punto de fuga hacia su lado más comercial.  Ya entonces ofrecían mega conciertos con llenazo en estadios y números uno en las ventas de todos sus discos.  No sólo se esfuerzan en que sus directos sean memorables, los vídeos suelen tener una calidad hollywoodiense, incluso las portadas de los discos están tan trabajadas que dan para especular con significados ocultos:

Muse - Matt BellamyRobert Lange, que sí vive hoy día, ha tenido el honor de producir su último álbum, “Drones”, tras haber dejado su huella junto a grupos como Def Leppard, AC/DC.  Pese a tal nombre en los créditos del disco, no es su mejor álbum ni de lejos.  No es malo, pero no es su mejor trabajo.  Cuando un grupo dice que regresa a sus orígenes, viene a querer decir que se le acaban las ideas, así que no aporta sonido nuevo a su carrera.  El siglo pasado vio nacer a su primer LP, y desde entonces llevan siete, además de discos con caras B y, como no, directos, su punto fuerte.  Y es que hoy día, donde realmente gana dinero una banda es en el directo.  Y ellos lo saben.  Un follower en twitter, un «me gusta» en Facebook, un subscriptor en YouTube, una reproducción en Spotify… todo son espectadores potenciales de sus conciertos.  Sólo en Facebook su página tiene más de 17 millones de “me gusta”, en Twitter tienen 2 millones de seguidores.  Por eso sus conciertos van más allá de dar toda esa épica que dulcemente vomitan desde sus megalómanos escenarios.  Muse se apodera del lugar, su música posee el recinto, y el público se entrega porque se lo han ganado.

Muse en directo“Mutt” Lage, además de a grupos de rock, también ha producido a personajes más comerciales como Shania Twain o Lady Gaga.  Y por eso le ha “emocionado” (literalmente según sus palabras) producir el disco.  El trío sabe combinar el rock duro más clásico con la épica más wagneriana, salpicarlo con falsas voces y aderezarlo con piano clásico o sonidos orgánicos sintetizados.  Y también lo saben compaginar con el pop más mainstream, al menos lo ha sabido hacer en sus últimos discos, donde se nota su evolución desde los primeros discos más puristas, y se han convertido en la banda de rock más universal del momento.

Su gran acierto, además del directo, es saber hacer buen rock, pero no sólo para un público casticista.  Tenemos a una banda de rock:

Un trío épico:

También a un Muse más pop:

Y otro más experimental:

Tras muchos años desde sus comienzos adolescentes, Muse han cumplido el mismo sueño que debe tener cualquier banda: ofrecer el mejor directo en un concierto de rock.  Esperaremos pacientemente hasta la próxima gira.  O al FIB que está antes.

Muse

Javier Giménez

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