Héctor Muniente Sariñena: «Me gustaría hacer pelis que pudieran gustarle a mi padre».

La gala de los Goya me parece una de las cosas más pretenciosas, cutres y aburridas del mundo. Es por eso que nunca suelo perdérmela. Tampoco el año pasado. Lo normal es que me tire todo lo que dura insultando a presentadores y nominados, descojonándome de la falta de gracia de sus comentarios, de sus vestuarios improcedentes y sus peinados imposibles, de su impostada dignidad, de su pose artificiosa y falaz. El año pasado, en general, no fue muy distinto de los demás aunque algo ocurrió que no esperaba: la intervención de uno de los ganadores logró conmoverme sinceramente. Kike Maíllo subió al escenario a recoger el Goya al mejor director novel por la peli de ciencia ficción “Eva”.

Al principio el tipo no me cayó muy bien que digamos. No paraba de hablar y se notaba que, a pesar de hacerse el fresco y el espontáneo, se había preparado a fondo el discursito y que estaba encantado de haberse conocido. El inicio fue tan cutre como casi todos los demás. Bla, bla, bla. Loas a la niña protagonista. Consejitos horteras de adulto enrollado y falso coleguita. Gracias por aquí y por allá… Pero, al llegar al final, Maíllo hizo algo que consiguió descolocarme. Inmediatamente dejé de proferir insultos, me quedé atornillado al sofá y empecé a pensar que aquel tipo con cara de listillo y verborrea de feriante merecía lo que acababa de conseguir. Todo lo que hizo fue decir lo siguiente: “… Gracias… a esos señores que dejaron Córdoba hace sesenta años y se fueron a Cataluña en busca de un futuro mejor, el futuro ya está aquí…. ¡yayo! Ganamos mundiales y hacemos películas de robots, ¿te das cuenta? A este país ya no lo conoce ni la madre que lo parió”.

Héctor Muniente, como Maíllo, también ha estudiado en la Escuela Superior de Cine de Cataluña y en su perfil de feisbuk exhibe una fotografía en la que besa a sus queridos abuelos. Nacido en Chiprana, pero crecido en Caspe, intenta hoy ganarse la vida con el oficio al que lleva años dedicado. Después de varios documentales más o menos subterráneos, se encuentra enfrascado en un interesante proyecto que quizá signifique el empujón definitivo a su carrera: inmortalizar los cuarenta años de historia de la compañía teatral “Els Comediants”. Me encanta pensar que los caspolinos destacados del futuro no serán necesariamente hijos de terratenientes o de notarios ni tampoco curas ilustrados o aparatchiks franquistas, que algún día el Instituto en el que yo estudié quizá acabe llevando el nombre de un tipo con el que pueda llegar a sentir algún grado de identificación. Me reconforta pensar que, a pesar de lo cutre que sigue siendo este país, el nieto de unos emigrantes andaluces pueda rodar una peli de robots capaz de ganar premios. Quien sabe si en un futuro no demasiado lejano o improbable Héctor Muniente, embutido en un esmoquin prestado y con un Goya calentito entre las manos, agradecerá a El Agitador el apoyo que un día le brindó mientras Paz Vega y Santiago Segura sonríen como cacatúas sedadas a sus espaldas.

Nos encontramos en el Bar Polo de Caspe el día veinticuatro de diciembre a las cuatro de la tarde. Empezamos sin perder tiempo. Héctor habla muy deprisa, te adelanta por la derecha a trescientos kilómetros por hora, te ametralla con sus palabras. Yo tampoco soy manco. Unos cafés, un orujo, unas cervezas. Dos mil trece años antes de nuestro encuentro, en un establo de Belén sin buey y sin burro, nació el niño Dios.

 

¿Cuántos años tienes? Veintinueve.

Hay algo que todavía no tengo muy claro. ¿De donde eres, de Caspe o de Chiprana? Es curioso porque cuando estoy en Caspe soy de Chiprana y cuando estoy en Chiprana soy de Caspe. Es un poco lío. Mi padre es de Chiprana y vive en Caspe aunque el negocio lo tiene en Chiprana. Mis padres, al casarse, se fueron a vivir a Caspe, y yo he vivido siempre en Caspe, es así de fácil.

¿Estudiaste en Caspe? Sí, en el Alejo Lorén y luego en el Instituto.

¿Puede decirse entonces que tu vocación cinematográfica nació allí? ¿Será Caspe a Héctor Muniente lo que Calanda a Luís Buñuel? (risas) No, no. En realidad en aquellos años yo no tenía una gran vocación por nada en especial. Estudié bachillerato tecnológico porque se me daban bien las matemáticas, la física y todo eso. Muchos de mis compañeros decidieron estudiar Ingeniería. Yo tampoco sabía muy bien qué hacer. Me gustaban Cine y Arquitectura. De hecho me matriculé en Arquitectura y empecé primero pero al mes o así lo dejé porque me di cuenta de que aquello no era lo mío.

¿Qué hiciste entonces? Volverme al pueblo y estar todo un año trabajando con mi padre.

Y al año siguiente empezaste Cine. Sí. En España hay dos escuelas, la ESCAC, Escuela Superior de Cine de Cataluña, en Terrassa y la ECAM, Escuela de Cine y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid. Yo me matriculé en la de Barcelona porque tenía más vinculación con la ciudad, mi padre viaja mucho por negocios, tenía amigos, familiares, mi hermano ya estaba estudiando allí…

¿Qué es la ESCAC exactamente? Digamos que es como un colegio concertado, más o menos. Es una escuela privada pero adscrita a la Universidad de Barcelona. Son cuatro años y el título que te dan equivale a un grado superior. Los dos primeros años son comunes y en tercero y cuarto te especializas.

¿Por qué especialidad te decantaste? Cine documental.

Dices que no tenías una especial vocación por el cine pero te matriculaste en una carrera con un fuerte componente vocacional, imagino que la Escuela debió suponer un fuerte impacto para ti. Sí claro. Yo no venía de una familia o un ambiente especialmente involucrado ni con el cine ni con ninguna otra actividad, digamos, artística. Me gustaba mucho el cine pero como le podía gustar a otros muchos chicos de mi edad. Sí que te puedo decir que, cuando subíamos mi hermano y yo a Zaragoza con mis padres, mi padre y mi hermano se iban al fútbol y yo me iba con mi madre al cine a ver una película, pero eso tampoco es nada del otro mundo, no significa nada especial.

¿Encontraste esa vocación en tus compañeros? Sí, sí, muchos de ellos venían de ambientes muy cinéfilos, sus padres iban a la Filmoteca y conocían autores y películas que a mí ni me sonaban. Yo ni siquiera conocía el cine clásico. La gente de tu edad conocíais todo ese cine porque cuando erais pequeños en la tele ponían mucho cine clásico pero yo lo poco que conocía era a través de aquel programa que presentaba José Luis Garci en la 2 y porque a mi madre le gustaba. Me acuerdo que en aquella época todos mis compañeros estaban fascinados con Tarantino y con Lynch.

Lynch es un pelma. De él solo me gusta “Una Historia verdadera” que es una de mis pelis favoritas. Y está muy bien “El Hombre Elefante”. En general, a mí tampoco me gusta mucho. “Mulholland Drive” me pareció caótica e “Inland Empire” ya ni me molesté en ir a verla.

¿Qué te dice tu padre cuando le sueltas que quieres estudiar algo tan, a priori, alejado de los esquemas clásicos habiendo ya, además, abandonado apenas empezada la que fuera tu primera opción universitaria? Mi padre lo entendió bien, me alentó a ir a por ello. Tienes que tener en cuenta que, a pesar de que eso del cine pueda parecer algo frívolo en un país como este, en la ESCAC lo que hacen es enseñarnos un oficio de una forma eminentemente práctica, con mucho trabajo. De hecho yo a veces he echado de menos un poco más de formación teórica. La ESCAC es como una vieja escuela de oficios y eso a mis padres les gustó mucho. Entendieron enseguida que era una cosa seria.

¿Tuviste que pasar algún tipo de proceso de selección específico para entrar en la Escuela? Sí. En cada promoción había ochenta alumnos y había muchos más candidatos que plazas. Las pruebas eran bastantes duras. Había una especie de examen sobre cultura general y otro sobre cine. Había que hacer una composición de texto y preparar un guión para un corto comentado. Lo último era entregar un currículo motivacional y pasar una entrevista personal.

La conclusión que cabe sacar es que la mayoría de tus compañeros era gente muy motivada, con fuerte vocación y, presumiblemente, con buena formación cultural. Más o menos algo parecido al Instituto de Caspe. (Risas) Sí, sí, había un ambiente cultureta que estaba muy bien. Había gente de todos lados y muy diversa. Hice muchos amigos sudamericanos y también del resto de España.

Desde la distancia y el desconocimiento, mis prejuicios me llevaban a pensar que una Escuela de Cine ubicada en Barcelona tendría mucho de cementerio de elefantes gafapásticos. Que habría más actitud que aptitud, vamos. (Risas) No, No. Ya te he dicho que en la Escuela se trabaja mucho, que hay mucho trabajo práctico y poca teoría. Ten en cuenta que la Escuela es privada y que la matricula cuesta bastante pasta. Allí no se puede ir a perder el tiempo y el dinero. Hay mucha burguesía urbana barcelonesa y catalana pero también gente de otras muchas partes y de diferentes perfiles. Y piensa también que el profesorado es de muy alto nivel. Muchos de los directores que están triunfando ahora fueron profesores míos que antes estudiaron en la Escuela (Bayona, Maíllo…)

¿El hecho de que la Escuela sea privada indica por donde van los tiros en nuestro país en materia cultural, la poca atención que desde el mundo de la educación y la cultura en general se le presta ya no al cine sino a todas las manifestaciones de la llamada cultura popular? Está claro. En Francia, por ejemplo, hay una Escuela Pública muy potente en la que la gente entra por méritos. A España le falta una Escuela Pública así. Lo jodido es admitir que, en tiempos de Franco, la teníamos y que de ella salieron los grandes del cine español y que ahora no la tenemos.

¿Por qué eliges especializarte en Documentales? Hay que tener en cuenta que un rodaje de cine es algo infernal, muy muy estructurado. Mi carácter anárquico encaja más con el Documental que es un género mucho más libre, al menos en lo que a su producción se refiere. Por otro lado, mientras yo estoy estudiando se produce el boom del documental a raíz de los trabajos de Michael Moore que, como sabes, se hicieron muy famosos. Yo antes de eso, te confieso que no tenía ni idea de documentales. Había visto alguno de animales en la 2 de animales y ya está.

Por lo que dices, tuviste que ponerte las pilas. Tuve que reconvertirme como espectador. En la Escuela estudié la Historia del Documental y pude ver muchos porque tienen un fondo con más de diez mil. También me he pateado un montón de festivales (Espiello en Boltaña, Documenta en Madrid, In-Edit en Barcelona)

¿Te atreves a afirmar que, a día de hoy, eres ya un experto en documentales? Sí, conozco bastante bien el género.

Mirando a Dios
contemplando la grandeza de Dios

¿Y ha conseguido apasionarte o se puede decir que lo tuyo fue simplemente una vocación alcanzada tras la eliminación de otras opciones? Me gusta mucho aunque no soy un militante loco del documental, no le hago ascos a nada, la verdad. Lo que está claro es que toda la investigación narrativa de la ficción viene del documental y eso lo convierte en algo fundamental a la hora de entender el cine.

Acabas la carrera y comienzas a buscarte la vida. Sí. Lo bueno de la Escuela es lo que ya te he comentado antes. Durante toda la carrera había rodado un montón de cosas porque te mandaban mucho trabajo y siempre era práctico. Es decir, tenía experiencia y me atrevía con casi todo.

¿Cuál es tu primer proyecto una vez licenciado? Gracias a una subvención de la Diputación Provincial de Zaragoza logro grabar mi primer largo que se llama “Bella Terra”.

Cuéntanos en que consiste. En un principio quería grabar dentro de un comedor social gestionado por monjas de Teresa de Calcuta que está en el Raval, en la Iglesia de San Agustín. Me interesa mucho la idea de la caridad a la manera en la que la plantea Bertolt Brecht en “El alma buena de Sezuán”.

No conozco esa obra. Trata de una prostituta que hereda una tienda pero no consigue sacar adelante su negocio porque es buena y todo el mundo se aprovecha de ella y ella es incapaz de imponerse. Esto cambia el día en que su primo le echa una mano en el negocio. Él sí sabe imponerse. Él sí sabe como evitar que los demás se aprovechen de las buenas personas. La gracia del asunto está en que en realidad la persona fuerte, la que sabe hacerse respetar y es implacable si es necesario, no es otra que la pobre prostituta disfrazada. Son la misma persona. Me apetecía jugar con esa idea de los límites entre el bien y el mal tal y como están socialmente establecidos. Me hacía gracia explorar la otra cara de la caridad, hablar de esas monjas que ayudan a tipos necesitados dejando claro que ni ellas eran tan buenas y desprendidas ni los vagabundos que acudían al comedor almas de la caridad. Ellas daban a cambio de algo y ellos se dejaban querer.

Muy Buñuel. Sí, me encanta Buñuel.

Ese indio que le pide a Simón el Estilita que le devuelva la pierna que le falta con suma humildad y que, inmediatamente después de que Simón le conceda el milagro, le arrea una colleja a su hijo y se va sin dar las gracias y ni siquiera despedirse… Sí, sí.

¿Qué pasó con las monjas? Pues que no podíamos grabar dentro del convento porque los estatutos de la orden lo prohíben. Cosas de la madre Teresa de Calcuta. La mayoría eran indias.

¿Y entonces? En el comedor había un montón de voluntarios, gente que ayudaba en las tareas y a base de frecuentar el comedor fui conociendo a algunos. Uno de ellos un día me invitó a comer a su casa en Bellaterra. Era un tipo mayor, muy pobre y que vivía con un colega suyo que era todavía más pobre. Aquel voluntario había reproducido en su vida privada algo muy parecido a lo que yo quería recrear en el convento. Una relación de simbiosis en la que él ayudaba a su colega a vivir y a cambio evitaba sentirse solo. Era una extraña relación basada en la generosidad y al mismo tiempo en el egoísmo.

¿Qué edades tenían? El voluntario en torno a ochenta y el otro unos sesenta. Su relación era muy cruda. Se peleaban y se gritaban…

Un poco trash. En aquella época tenía cierta fijación por lo trash. No sé muy bien por qué.

Quizá influencia literaria. No. De más joven había leído a Bukowski como todo el mundo pero no me impresionó demasiado.

O influencia del mundo rural del que procedes y esa forma de ser tan bruta que tenemos los aragoneses. El mundo rural es muy trash. (Risas) Seguro que es eso. Me gusta mucho lo rural. Me encantaría grabar en Caspe, muy “direct cinema”, muy espontáneo todo. Por contra el hecho de ser un joven cachorro del universo rural me permite aportar bastante ironía al mundo urbano en el que ahora vivo.

¿Cuál fue la vida de “Bella Terra”? “Bella Terra” fue mi proyecto de fin de carrera. La rodé tomando como referente una película ya clásica que se llama “Grey Gardens” que produjeron los hermanos Maysles y que trata la relación enfermiza y decadente que mantienen una madre y su hija, que eran familia de Jackie Kennedy y pertenecían a una de las mejores familias de los Estados Unidos, hasta el punto de vivir rodeadas de escombros y basura. Una película genial. La terminé en 2004 y la enviamos a varios festivales. Se exhibió en Documenta Madrid, en la sección nacional, y también en el Festival de Cádiz… También la vendimos a la BTV que es la red de televisiones locales de Barcelona.

Tu siguiente proyecto es “American Greyhounds”. Después de “Bella Terra” me busqué la vida como pude. Hice algunos trabajos de producción en otros proyectos. En 2008 llegué a trabajar como encargado en una tienda de Fluvis en la Expo pero lo dejé porque me enamoré y volví a Barcelona. Con el dinero que saqué en la Expo, planeé un viaje a los Estados Unidos con mi amigo Mario al que había conocido el año anterior en Dinamarca cogiendo fresas, coincidiendo con la campaña electoral de Obama, la primera. Un amigo de Mario estudiaba en Nueva York y nos invitó a vivir en su casa una temporada. Una vez allí, decidimos comprar un billete de autobús y empezar a viajar sin nada previsto.

¿Qué es Greyhound exactamente? ¿Qué significa dentro de la cultura norteamericana? Es la empresa de líneas de autobús más importante de América. Pero en ella solo viajan los muy pobres. Hay que tener en cuenta que en América las distancias son muy largas con lo que mucha gente usa el avión y además la gasolina es muy barata con lo que viajar en coche es muy barato. El autobús queda reducido a esa masa de gente sin recursos que carece de coche. Nosotros no teníamos previsto retratar Greyhound cuando nos subimos al autobús, fue a lo largo del viaje cuando nos fuimos dando cuenta de lo que Greyhound significaba realmente.

El escenario de la América menos ideal, menos cercana al mítico sueño americano. Exacto, un país sin esperanza en el que, paradójicamente, al mismo tiempo lo que percibes es que los pobres la tienen y que siguen teniendo ese sueño inalcanzable y que ese sueño es lo que cohesiona el país.

He visto la peli y esa sensación de desasosiego, de desarraigo, es constante. A veces es incluso un poco opresiva. Un autobús es un mal sitio para grabar. Hay más luz fuera que dentro y eso dificulta mucho las cosas. Las imágenes resultantes difícilmente van a ser lo que llamamos “bonitas”. Por el contrario, dentro de un autobús, hay un microclima especial, una atmósfera muy particular que hace que la gente tienda a abrirse y a hablar.

¿Podría decirse que “American Greyhounds” es el retrato en negativo de un país que exhibe la esperanza como uno de sus valores fundacionales pero que en realidad hace mucho que la ha perdido?  Sí, algo así. Nuestro rodaje coincidió con la campaña electoral que llevó a Obama a la Casa Blanca y lo que percibías en todo momento es que toda esa gente desesperada, golpeada, apartada del sistema, tenía esperanza en un cambio que difícilmente se iba a producir.

¿Cuánto kilómetros hicisteis? Muchísimos, miles. De Nueva York viajamos a Boston y  Washington D.C., de ahí a Chicago, Detroit, New Orleáns, Texas, Utah, San Francisco, Los Angeles, Montana o Milwaukee…

Un viaje muy caro, entiendo. No demasiado. Ya te he comentado que el bus es barato y hacíamos lo que se llama “coach-surfing” o lo que viene a ser que la gente te deje dormir en su sofá a cambio de que tú dejes dormir en tu sofá a otras personas cuando se tercie y así dormimos en más de diez casas diferentes. También viajamos un montón de kilómetros con un camionero en su camión… No, no nos gastamos mucha pasta.

¿Cómo surgió la idea de transformar todo ese material grabado en un largometraje? A la vuelta a España montamos un “teaser” o pequeño trailer con la idea y lo intentamos vender. Conseguimos que una productora nos pagase el viaje y el montaje de la película. Es una empresa muy potente, son los que producen Imperio, Hispania, Gran Reserva o Gran Hotel, y les moló nuestra idea y decidieron comprarnos el proyecto. Editamos la película en Lisboa, en el piso de una amiga que nos lo dejó.

visionando Greyhounds con su codirector
visionando Greyhounds con su codirector

Sin embargo, luego no ha tenido apenas recorrido. Yo he tenido dificultades para hacerme con ella, lo cual es una pena porque, sinceramente, me ha gustado mucho. Gracias. La verdad es que eso resultó un poco decepcionante porque pensábamos que, al ser una productora que había puesto dinero, lo que querrían sería hacerlo rodar para recuperar la inversión pero no lo hicieron. Sí que pudo verse en algunos festivales. Estuvo en el Documenta Madrid y ganó el premio especial del jurado en el Festival de Cádiz. Pero ahí se acabó la cosa. Además suyos son los derechos con lo que poco podemos hacer…

¿En qué andas ahora metido?  Estoy metido de lleno en el proyecto de los cuarenta años de la compañía de teatro catalana “Els Comediants” que es mi proyecto profesional más serio, y más parecido a un empleo convencional, hasta la fecha.

¿Cómo consigues entrar en un proyecto como ese? Un poco gracias a la suerte. A través de “Audiovisuales sin Fronteras” con la que yo colaboraba, estaba dando clases en un taller en la cárcel de jóvenes de la Roca del Vallés. Allí conocí a una chica, Elisenda Dalmau, que me ofreció incorporarme al proyecto de Comediants en tareas de co-guionista y co-director. Lo produce SetMagic con la participación del ICIC, TVE, TV3 y el Ayuntamiento de Canet de Mar con un presupuesto de casi trescientos mil euros.

¿Cuado lo termináis? Está previsto para finales de enero. Es un proyecto muy chulo. Me alejo definitivamente de lo “trash” (risas). Els Comediants fue una compañía absolutamente rompedora, pionera en recuperar la calle, reivindicar la cultura popular, apostar por los espectáculos callejeros. Pura Historia del teatro catalán. El proyecto está muy empapado de esa naturaleza teatral y lúdica de la Compañía. Hay animación, marionetas…

Está claro que un proyecto como este, en tiempos normales, te habría ayudado mucho a consolidarte como profesional, te habría dado el empujón definitivo. Está clarísimo. Si el momento no fuera el que es, tengo por seguro que, después de Comediants, vendrían más cosas porque este es un proyecto muy serio y el material es muy bueno, pero corren malos tiempos en general y en especial para esta profesión. Además este proyecto me ha ayudado a ver las cosas con otra perspectiva. Aquí todo me resulta nuevo, hay muchos medios y yo me veo en la obligación de encajar en un equipo y de trabajar en grupo.

¿Cuáles son tus aspiraciones profesionales? A mí me gustaría hacer pelis que pudieran gustarle a mi padre. En realidad no me planteó el futuro. Me gustaría seguir haciendo documentales y también guiones porque escribir me gusta mucho.

¿Crees que son realistas esas aspiraciones en un país como el nuestro? Ya sé que no es una pregunta muy original, pero ¿cuál es tu opinión acerca del cine español? Creo que la profesión está muy complicada en España porque el sector ha estado muy protegido y eso se va a caer por su propio peso. Se ayuda mucho a la producción pero luego esa producción no puede ser distribuida, los canales de exhibición están controlados por las majors americanas. Hay directores haciendo películas potentes pero no tenemos una industria potente.

Yo todavía confío en que los jóvenes seáis capaces de llevaros todo eso por delante. Yo también.

¿Confías también en que algún día España sea un país homologable a Francia, Reino Unido o Estados Unidos en lo que a la industria cinematográfica se refiere? España tiene el potencial de quinientos millones de personas que hablan español en todo el mundo, hay que tirar por ahí. Los tres países que has nombrado tienen políticas muy proteccionistas, siendo los Estados Unidos paradójicamente con su retórica liberal cara la galería, los que más protegen su cine. Francia es un caso muy especial y envidiable, cuenta con un circuito de salas especializado y su gobierno tiene plena conciencia de la importancia capital del cine en la sociedad. Tienen una industria que produce películas “mainstream” (Asterix y Obelix, Intocable, Bienvenidos al Norte) pero también tienen cuidado por las pequeñas producciones independientes.

¿Crees, como muchos, que el cine se muere y que la creatividad verdadera está hoy en las series de televisión?  Desde que se inventó la televisión el cine ha estado en crisis y ha tenido que reinventarse. El modelo de negocio es lo que muere pero las películas no van a morir. Ha habido un trasvase de creatividad de Hollywood a las series por dos motivos. Primero por la falta de riesgo de las majors que llevan 10 años produciendo refritos y secuelas. Y segundo porque un guionista que trabaja en televisión tiene una seguridad laboral que no tiene en cine, con un proyecto a medio plazo. A esto hay que añadirle el placer de un guionista que puede crear a un personaje y manipularlo durante cincuenta horas a su antojo.

¿Sueles ver series? ¿Cuáles son tus favoritas? Creo que nos han escondido mucha suciedad debajo de la alfombra con la historieta de que lo mejor está en las series. He visto muchos pilotos de series mediocres. Mis favoritas son “The Wire”, “A dos metros bajo tierra” y “Sherlock”. Tengo pendientes “Treme”, “Los Soprano” y “El ala Oeste de la Casa Blanca”.

Viviendo en Barcelona sin ser catalán, como otros muchos miles de barceloneses, supongo que estarás un poco hasta el gorro de todo el rollo del independentismo y tal. El nacionalismo catalán me aburre. Nunca he entendido el tema de la identidad nacional. Creo, además, que eso genera una política cultural bastante endogámica que acaba empobreciendo a una sociedad culturalmente muy rica. De todas formas, me encantaría que mi futuro pasara por seguir viviendo en Barcelona que es una ciudad maravillosa y en la que me encanta vivir.

¿A pesar de esa pérdida de identidad que algunos le achacan? La identidad entendida de manera hermética y excluyente me parece muy peligrosa, propia del nacionalismo del XIX. Otra cosa es si me preguntas por el proceso de masificación del turismo al que está sometido Barcelona desde las Olimpiadas que rompe con las estructuras más básicas de una ciudad, el asociacionismo, el vecindario, el arraigo, y que a los barceloneses nos obliga a evitar ciertos lugares y rutas.

¿Para cuando la gran superproducción sobre el Bajo Aragón? Algo parecido a Lo que el Viento se llevó o El acorazado Potemkin o Érase una vez en América pero ambientada en algún lugar entre Caspe y Chiprana, con conflictos de clase, amores imposibles, miles de extras, enormes decorados, frutales, mosquitos, épica, redención. (Risas) Creo que Caspe no es tan especial en sus problemas como creemos. Por esa misma razón es un lugar inmejorable para contar una historia que de lo particular vuele hacia lo abstracto. El salto tecnológico de los regadíos, los clientelismos políticos,  el fracaso de la educación, la inmigración, el desapego por la política, el paro juvenil, la inexistente industria y lo que más me apasiona: las conversaciones de bar. Urge filmar un fresco, que bien podría ser una tragicomedia con tintes azconianos.

Terminamos siempre en El Agitador con tres recomendaciones. Peli, disco y libro. Película: Ford, Wilder, Haneke, Von Trier, Paul Thomas Anderson, Kiarostami, Coppola, Hermanos Maysles, Buñuel, Nicholas Ray, Aki Kaurismaki, Fincher, Depardon, Jarmusch. Disco: Mogwai, Los Planetas,  Nacho Vegas, Standstill, Depeche Mode, Tool, Sigur Ros, Deftones, Vic Chesnutt, Silvio Rodríguez, Godspeed You! Black emperor, The Smiths, Daft Punk. Libro: Houellebecq, Zizek, Dostoyevski, Bret Easton Ellis, Gustavo Bueno, Chejov, Brecht, Tabucci, Lowry, Steinbeck, Bolaño, García Márquez, Jim Thompson, Conan Doyle, Palahniuk, Pessoa, Foster Wallace, Homero.

Storyboard de Comediants
Storyboard de Comediants

El equipo de prestigiosos psicólogos que asesora a El Agitador ha recomendado someter a Héctor Muniente a nuestro célebre test de personalidad. Para ello se le plantean treinta preguntas que son en realidad treinta verdaderos dilemas morales. El joven aspirante a cineasta deberá desnudar su alma eligiendo una opción de las dos que se le ofrecen y explicar, en la medida de lo posible, sus motivaciones. A veces este strip-tease emocional puede causar dolor a quienes asisten a él. Confiemos en que no sea este el caso.

1 ¿Beta o VHS? Eso es del pleistoceno, tolerancia cero con la nostalgia. Un buen disco duro de teras ilimitados donde meter toda la IMDB en V.O.

2 ¿La Ciudad del Compromiso o la Novia del Ebro? La Novia del Ebro, también llamada la Antiquísima Villa de Chiprana por nuestro más freak Secretario, Juan Ferrer Figueras. Que no se me enfaden los caspolinos, ya saben ellos de las virtudes de la exótica raza Chipranesca.

3 ¿Alejandro Cao de Benós o Francisco Marhuenda? Alejandrito. Aunque le tengo cariño a Marhuenda, un anodino liberal beato en comparación con los belicosos Intereconomíos.

4 ¿Hipster o peñista? Peñista es para toda la vida. Hipster es un concepto de moda muy superficial, un cajón de sastre en el que puedes meter hasta a Gonzalo Miró.

5 ¿Belén Esteban o Ana Botella? Dura competencia. El ensalzamiento del analfabetismo que pregona Esteban es muy nocivo, pero la Botella es nociva sistémicamente. Partido bronco, empate sin goles en “Las Gaunas”.

6 ¿Callejeros o Comando Actualidad? Callejeros ha trivializado el documental televisivo con su folclore y exhibición de la pobreza. Me quedo con LaSextaColumna, ¿es trampa?.

7 ¿American Greyhounds o Autobuses Guiral? Greyhounds. 20.000 kilómetros en bus por Estates son hardcore-deathmetal. De Guiral tengo grabado en bucle infinito la canción “El tiburón” subiendo a esquiar a Formigal.

8 ¿La Razón o la Gaceta? Pobre Amazonas, qué dirían los Ents si levantaran la copa.

9 ¿San Blas o Sundance? El patio del Fausto en San Blas bailando “Me gustas mucho tú… nananana”. 

10 ¿Barracha mañanera o gintónic Premium al atardecer? Whisky atemporal. El GinTonic es un coñazo pero mi padre dice que esta temporada viene fuerte el Vodka.

11 ¿Sálvame De luxe o Nanuk el esquimal? Nanuk por goleada, que por cierto Flaherty le hizo cazar con arpón para una escena del documental cuando él ya utilizaba un trabuco.

12 ¿José Luis Garci o Juan Manuel de Prada? El Garci presentador. Programaba muy buen cine y las tertulias eran interesantes. De Prada es como una Matrioska de polvorones.

13 ¿Gucci o Louis Vuitton? Ni pajolera idea. La familia Muniente-Sariñena tiene repartidos los cargos, la asesora de imagen es Angelita, tendríamos que consultarla a ella que es la que me viste. 

14 ¿Pierna o costilla? Tres costillas y dos piernas, en el tedero de Santa Águeda.

15 ¿Regallo o Támesis? Regallo, he leído muchos libros en la orilla vigilando el motor del riego.

16 ¿Wong Kar Wai o Emilio Aragón? Wong, Wong, Sospecho que Emilio tiene niños enterrados en el jardín.

17 ¿Sunitas o chiitas? Tanto monta, monta tanto. Un poquico mejor chiíta que salafista pirado, en todo caso.

18 ¿Cine Exin o Iphone? Iphone tiene más botones y seguramente una aplicación de Cinexin con filtros molones

19 ¿”Se tú mismo” o método Stanislavski? Depende de las necesidades del proyecto. Personajes carismáticos y arrolladores, Stanislavski (AlPacino, Brando, Day Lewis, Joaquín Phoenix), costumbrismo y naturalismo, escuela inglesa de precisión (Irons, Oldman, Ralph Fiennes). El “Sé tu mismo” puede ser delicioso, sobre todo en comedia (Mastroiani, Jack Lemmon)

20 ¿Juan Pablo II o Benedicto XVI? Benedicto es un acierto de casting de George Lucas.

21 ¿Operación triunfo o La Voz? Uno es la mutación del otro, me cautiva las mil maneras que existen de vender el mismo programa una y otra vez.

22 ¿Cocina “nikkei” o “morloncho” (morcilla-longaniza-chorizo)? Sin mirar en Google, Nikkei me suena a índice bursátil. Morloncho nonstop.

23 ¿”Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lagrimas en la lluvia” o   “Luke, yo soy tu padre”? Blade Runner, que por cierto el libro en el que está inspirado “Sueñan los androides con ovejas eléctricas” tiene una mala hostia importante. ¿Nuestro futuro imita a la ciencia ficción cinematográfica?

24 ¿video de Pedro J. Ramírez con el culo en pompa o Mulholland Drive? Lynch se puede poner muy pesado aunque no le falta oficio para crear atmósferas y tensión. Me gusta el Lynch más clasicote.

25 ¿Movimiento Dogma o Valerio Lazarov style? All in a Dogma. Buen movimiento de marketing para agitar la cinematografía mundial. Von Trier y Allbaeck son muy agudos. La “nouvelle vague” 2.0. Quizás debió morir antes. 

26 ¿Jean Seberg o Sara Carbonero? Forever Seberg. Carbonero es bien sosa.

27 ¿King Kong o Godzilla? Un buen versus de factoría japonesa, me lo has puesto a huevo.

28 ¿Opus Dei o Legionarios de Cristo? Antes muerto que sencillo.

29 ¿Amaia Montero o La Oreja de Van Gogh? ¿Eso no es lo mismo?

30 ¿Semana Santa bajoaragonesa o Primavera Sound? Primavera Sound, el mejor festival, el lugar perfecto para la exaltación de la amistad. De la Semana Santa sólo me quedo con Buñuel y Valdelomar.

Oye,oye, esto es muy divertido ¿no hay más? ¿Sagarra o Mariano? ¿Tectonic o emo? ¿Apichatpong Weerasethakul o Tony Scott? ¿Churras o merinas?

 La tarde pasa deprisa. Casi ni nos hemos dado cuenta de que una larga cola de padres y niños da vueltas a la plaza a la espera de su turno para entregarle su carta al enviado de Papa Noel. El Polo se ha llenado de padres inteligentes que se echan una cerveza mientras sus hijos se pelan de frío en la plaza. Aún quedan muchas cosas de las que hablar pero en el bar hay ya mucho ruido y nos sentimos un poco incómodos, y casi ridículos, poniendo a pelar a David Lynch a Von Trier y a Spielberg mientras España entera espera el mensaje navideño de su majestad. Lo dejamos por ese día. Habrá segunda parte.

Jesús Cirac

Algunos links de interés para introducirse en el universo Muniente:

http://www.bcnmes.com/opinion-archive-by-column/cine/

http://transitcine.es/text/vctor-paz-morandeira/cine-para-todos-y-alguno-ms/134

http://www.calidoscopio.net/2009/02Febrero/Miscelanea03.html

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