La Revolución Inglesa. Cuando los puritanos cortaron la cabeza del rey.

banderaCuando los europeos hablamos de Revolución, solemos pensar en la Francesa, pero no nos acordamos, o no nos han explicado que ya los ingleses unos años antes también tuvieron su Revolución, con resultado muy parecido para el Rey: perdió la cabeza. Aún el señor Gillotin no había inventado su letal máquina, pero ya la costumbre de cortar cabezas tenia una arraigada historia, el hacha del verdugo cumplía la misma misión de una manera más artesanal pero con idénticos resultados…

Suele suceder que algunos reyes se empecinan en llevar la contraria a sus súbditos, a unos les sale barato y a otros les cuesta la vida. Es el caso de Carlos I Estuardo, 1600-1649.carlos

Hombre de débil constitución y lento aprendizaje, no se le ocurrió cosa mejor que casarse con una heredera francesa, católica hasta la médula, y este enlace, en una Gran Bretaña anglicana y con una fuerte expansión del calvinismo, sobre todo en algunas zonas de Escocia e Inglaterra, no sentó nada bien. Eran tiempos de grandes discusiones teológicas entre obispos anglicanos y pastores puritanos, que tenían al reino en un estado permanente de agitación. La pequeña nobleza rural, los burgueses y artesanos puritanos podían sobrellevar con educación y paciencia las discusiones religiosas, pero cuando el Rey les intentó vaciar los dineros de la faltriquera, las cosas se pusieron de color hormiga. El intento de recaudar más dinero para financiar la guerra casi permanente con España, y otro frente abierto en Francia para ayudar a los hugonotes (protestantes) franceses, mal llevados en lo militar por los favoritos de Carlos y que le supusieron varias derrotas estrepitosas acabó por enrarecer la situación.

Hombre convencido de que su poder le venía directamente de Dios, Carlos Estuardo chocó, inevitablemente con el Parlamento, que disolvió y volvió a convocar hasta en tres ocasiones. La última, el llamado “Parlamento largo” acabó con la división total entre los que creían que se podría reconducir la situación, y los que abiertamente consideraron traidor al Rey. Transcurría 1642, era el inicio de la guerra civil.

En esta primera guerra, se empezó a significar como jefe militar un miembro de la pequeña nobleza rural (gentry) llamado Oliverio Cromwell, que había creado y entrenado un escuadrón de caballería que obtuvo resonantes victorias sobre las tropas realistas: se les llamó los Ironsides, (costillas de hierro), y fueron la base del ejército parlamentario que finalmente obtendría la victoria. En torno a este núcleo, Cromwell creó el ejército revolucionario, integrado por squires rurales y burgueses, puritanos unos, pertenecientes a las más diversas sectas religiosas el resto, en este ambiente cristalizó una nueva posición religiosa: los llamados “independientes”, nutridos por aportaciones espirituales de las corrientes anabaptistas y congregacionistas, que forman el ala más radical del puritanismo.oliver

Como creían en el igualitarismo en cuestión de fé, también empezaron a creer en un igualitarismo en cualquier otra cuestión, como en la concepción política del Estado, plasmándose en ellos el verdadero ideal democratizante de la Reforma Protestante.

La radicalidad de este ejército de iluminados les llevó a dar un golpe de Estado en 1648, depurando a los elementos reacios del Parlamento y forzó la comparecencia del rey ante un Alto Tribunal que declaró a Carlos reo de traición y lo sentenció a muerte.

Las cosas ya no tenían vuelta atrás, y Cromwell intentó una nueva manera de gobernar una situación extraordinariamente complicada: en Mayo de 1649 se decretó que Inglaterra era una república (Commonwealth) libre, aunque en la práctica el gobierno era ejercido de una manera dictatorial por los militares bajo el mando del recién nombrado Lord Protector, Oliverio Cromwell.

Era este un hombre inteligente y serio, circunspecto y nada amigo de tonterías, expeditivo y poco dado a distracciones mundanas: sus fuertes convicciones puritanas hacían de él un enemigo temible y sin cuartel (sin embargo, en un rasgo de magnanimidad, consintió que la cercenada cabeza del rey fuese recosida al cuerpo para que la familia lo pudiese enterrar completo) como demostró en las siguientes campañas que se sucedieron sin pausa: Escocia se levantó contra el Parlamento y la católica Irlanda también y el ejército de ironsides se empleó con tal saña y brutalidad que hoy en día las mamás irlandesas cuyos niños no se quieren tomar la sopa les amenazan no con la venida del coco o del hombre del saco, sino que se les asusta con el vago recuerdo de Oliverio Cromwell. Hay toda una serie de grupos de rock irlandeses que le han dedicado canciones (en todas se le llama de todo menos bonito). Cromwell, ejerció, a pesar de sus convicciones democráticas una dictadura de tipo termidoriano que le acabó por granjear pocas simpatías entre sus antiguos subordinados con los que sostuvo graves enfrentamientos. Su gobierno, aparte de las matanzas en Irlanda fue afortunado, con el tiempo depuró los elementos más radicales de su ejército, y el título de Lord Protector se concedió de forma vitalicia. Murió en 1658, y lo que ocurrió con la República del Commonwealth ya es otra historia…

 

Manuel Bordallo.

 

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