A principios de los años 2000, un grupo de maellanos remitió una carta al Ayuntamiento de Maella, que este no se dignó contestar. Seguramente al equipo de gobierno de aquellos años o bien no le gustó la idea o sencillamente no respondió por falta de interés. En la carta, dichos maellanos presentaban una idea, o proyecto, que consistía en celebrar en Maella un concurso gastronómico, o algo similar, basado en un plato típico de la localidad que los agricultores solían cocinar en los días de trabajo en el campo. Dicho plato, desde hacía algunos años, ya solo se degustaba en ocasiones especiales, como reuniones de amigos. El plato al que me estoy refiriendo es la “Sartané”. En otros lugares recibe otras denominaciones, como “Rancho”, etc. Lo especial de la Sartané es que tiene muchas variaciones, con pollo, conejo, etc, pero algunos ingredientes son obligatorios: costilla de cerdo adobado, patatas, agua. Otros van a gusto del cocinero. Estos son los que hacen que se diferencien unas “sartanés” de otras.
Posteriormente, en el año 2003, con el cambio de gobierno municipal, nuevamente el grupo de amigos volvió a remitir la petición al Ayuntamiento. Volvían a explicar su proyecto. Coincidiendo que un componente del grupo de amigos formaba parte del Equipo de Gobierno municipal, con el cargo de primer Teniente de Alcalde, Ángel Puyol Gil, desde el primer momento a todos nos pareció bien la idea, encargando al propio Teniente de Alcalde la organización de dicho evento. Para ello se formó una comisión compuesta por maellanos con ganas de trabajar, más o menos entendidos en la materia. A dicha comisión se le encargó la confección de las normas por las que se debía regir tanto el concurso como todo lo accesorio, trofeo, diplomas, regalos, composición del jurado, bases del concurso, ingredientes mínimos, componentes de las cuadrillas, ubicación de la zona para cocinar, precios, preparación de las mesas y sillas, etc.
La comisión, entre otras cosas, dio al evento la forma de concurso gastronómico con premios modestos, porque en este caso sí que lo importante era participar. También, pensando en los que no querían o no podían concursar, se ofreció la posibilidad de degustar una “sartané” comunitaria por un precio módico. Resultó un acierto y un éxito de la comisión.
El concurso empezó en el año 2004. Previamente se había buscado una ubicación
en los alrededores de Maella, de fácil acceso, con instalaciones existentes, con algo de preparación del terreno. Se pensó en los alrededores de la Piscina Municipal y la Cooperativa Frutícola Maellana, así como en un almacén propiedad de la familia de Luis Pallás, con la existencia de un camino rural en muy buenas condiciones y la cercanía al río Matarraña. El primer Concurso Gastronómico de la Sartané Maellana fue acogido por una parte de la población con escepticismo, con el convencimiento de no ser más que una fiesta que el Partido Socialista, en el Poder Municipal, estaba ofreciendo a sus amigos. En la primera edición concursaron menos de 30 cuadrillas y otras doscientas personas comieron de la “sartané” comunitaria. En total unas 700 personas comiendo todas juntas, en la explanada escogida por la comisión. Al finalizar la comida, algunos vecinos improvisaron actuaciones para pasar el rato. Fue un gran éxito. La gente comió y bebió por un módico precio, se lo pasó bien, y estableció la base para que en los años siguientes se fuera mejorando, como se ha visto posteriormente.
En la edición del 2005, se duplicó el número de comensales sobrepasando los 1.400, con más de 40 concursantes. Fue el momento en el que algunos vecinos se dieron cuenta de que no era una fiesta cualquiera, era sencillamente, LA FIESTA, hasta el punto que los maellanos ausentes, a primeros de cada año preguntan la fecha en la que se va a celebrar, porque nadie puede faltar. Es un punto de encuentro obligado entre familiares y amigos. Algunos vienen con sus amistades del lugar en el que residen en la actualidad. También hay que destacar que es la fiesta a la que acuden más vecinos de los pueblos limítrofes, sean de nuestra Comarca u otras. Algunos han repetido en casi todas la ediciones. Vinieron, vieron y repitieron.
En cada una de las ediciones se ha ido aumentando el número de concursantes y también el de público que quiere comer de la comunitaria. En las VIII ediciones anteriores se ha pasado de 700 asistentes a 2.200, con 67 cuadrillas en el concurso y más de 500 comensales en la Comunitaria. Con un crecimiento gradual, nunca hemos ido a menos que el año anterior, con un alto grado de satisfacción de concursantes y comensales. Tampoco se han producido polémicas con los ganadores del concurso, siempre ha habido comprensión con la tarea del jurado. No debe ser fácil degustar 67 platos y poner de acuerdo a los componentes del mismo y nunca se han producido problemas a la hora de proclamar a los ganadores.
En esta edición del 2012, el equipo de gobierno municipal no es el que empezó toda esta movida. Tenemos fecha para este año. También sabemos que se han subido precios. Se va a cobrar 1 € por componente de las cuadrillas concursantes; el plato de la comunitaria pasa de 6 a 8 €; la bebida pasa de 50 Céntimos a un 1 €, etc. Sabemos que están pensando en hacer cambios importantes. El trofeo, por ejemplo, dicen que es muy caro y que hay que ser más austeros. Estaremos expectantes para ver por dónde vienen las economías. La base principal del asunto debe ser una buena organización y un precio adecuado para cada cosa, guardando un equilibrio entre el coste y el éxito de la fiesta.
Da la casualidad de que algunos miembros de la Organización actual van a asistir a la fiesta por primera vez. Más vale tarde que nunca. Espero que les sirva para algo y que esta no sea la última vez que participen. Es bueno que vean que esta no es la fiesta de un partido en concreto sino de Maella. En ella participa todo el mundo. Puedes ver a peñas de jóvenes junto a cuadrillas cuyos componentes pasan de los 80 años. En Maella esta es la única ocasión en el año en la que esto sucede. Ahora de lo que se trata es de no estropearlo.
Antonio Tudó
