Lise Meitner da un paseo por la nieve sueca (la historia olvidada de la mujer que descubrió la fisión nuclear)

En los meses invernales entre 1938 y 39, Lise Meitner se encontraba refugiada en Suecia. El viaje desde Alemania había sido azaroso: desprovista de su pasaporte austríaco por sus orígenes judíos, tuvo la inmensa suerte de contar con amigos y colegas de un prestigio casi sobrenatural entre la población alemana. Max Planck, Otto Hahn, y otros, se las arreglaron para meterla en un tren hacia Dinamarca sin que nadie hiciese demasiadas preguntas (y con un pasaporte falso), desde allí pasó a Suecia, aunque se encontraba en aquel tiempo sin trabajo y sin amigos a los que recurrir. En esas navidades recibió la visita de su sobrino Otto Frisch, también físico, que trabajaba en Dinamarca bajo el magisterio de Niels Bohr, eminente físico de talla mundial, a la par que Planck y Einstein. El sobrino, además de la alegría de la visita, traía una carta de Otto Hahn, pasada de matute (los nazis estaban estirando la cuerda más de lo necesario) para que Lise valorara los resultados de los últimos experimentos realizados: daban unos resultados que el bueno de Hahn no sabía como interpretar.

laboratorio

Resulta que del bombardeo con neutrones a átomos de uranio irradiado, quedaban unos restos extraños: bario radioactivo (peso atómico 137) y uranio 238. Algo raro pasaba…

Durante aquel mítico paseo por la nieve, Otto con esquís y Lise a pie llano, entre los troncos blancos, esbeltos y melancólicos de los abedules, ésta se para un momento, saca papel y lapicero, y apoyada en uno de los abedules comienza a hacer cálculos y en su mente germina una idea (con nombre, ella fue la primera en acuñarlo) fisión nuclear, casi nada al aparato, Lise se percata no sólo de que la fisión era posible, sino que, de acuerdo con la fórmula de Einstein, en esa fisión se liberaba una cantidad de energía inimaginable….unos oscuros e insospechados nubarrones empiezan a viajar hacia Japón

El sobrino vuelve a Dinamarca y consulta con Niels Bohr, éste comprende inmediatamente la trascendencia del resultado y en ese mismo mes de enero, viaja a Estados Unidos llevando consigo la noticia de la fisión nuclear. Allí comienza la carrera por controlar esa energía tan espectacular e inmensa.

Y allí queda, sola, en Suecia, una de las mentes más brillantes de la época…

Meitner había sido nombrada asistente, con sueldo, (hasta entonces solo era una invitada en la casa familiar de Max Planck) en 1912. En 1918 el equipo compuesto por Meitner y Hahn descubrieron el proactinio. Ya llevaba años colaborando con Otto Hahn en el Instituto de Química de Berlín, desde 1907, entonces ella vivía con la familia de Planck, donde se reunía lo más granado de la inteligencia alemana: eran famosas las veladas que acababan con el propio Planck tocando el piano, acompañado al violín por Einstein y Josef Joachin, mientras con afinada voz de tenor cantaba Hahn (el té lo servían las hijas gemelas de Planck, no Lise Meitner).

A Berlín la había llevado Planck, admirado por su gran inteligencia.

lise meitner

Cuando le propusieron sustituir en Viena a Ludwig Boltzman, (que se había suicidado), viajó a Viena, la proposición no cuajó, pero sirvió para conocer a la estudiante y colaboradora preferida del físico y matemático vienés. Lise fue una de las cuatro primeras mujeres que habían conseguido doctorarse en la universidad de Viena después que el Emperador Francisco José consintiera que las mujeres cursaran licenciaturas en ciencias y letras, en 1897, ante la necesidad de atención médica de las mujeres de religión musulmana de Bosnia y Herzegovina (pertenecientes en aquellos años al Imperio Austrohúngaro), que no consentían que ningún macho les tocara un pelo de la ropa.

El padre de Lise, Philipp, ya pudo estudiar leyes cuando el longevo emperador F.J. concedió a los judíos, en 1867, la igualdad jurídica. Pudo ejercer como abogado e inició una estupenda carrera dentro de la laberíntica burocracia vienesa. El ser judío dejaba de ser un estigma en el Imperio.

En cambio, en Alemania, que llevaba unos pocos años unida como nación, lo de ser judío no acababa de ser demasiado bien visto…

Los nazis acabaron de apañarlo con su mística aria y sus leyes inhumanas. Lise escapó por los pelos, tuvo suerte, y los nazis se quedaron sin una de las mejores mentes del siglo, para descanso de todos (imaginen lo que podrían haber hecho aquellos animales si hubiesen tenido la ideica de la fisión antes que nadie).

En su honor se bautizó el elemento 109 como meitnerio.

Planck, Einstein, Bohr, Hahn recibieron el Premio Nobel, ella no.

Años después de la Guerra, Lise escribió una palabras que definen bastante bien su personalidad. “Yo no he trabajado de ninguna manera en la fisión del átomo con la idea de producir armas mortíferas. No debeis culparnos a los científicos por el uso para la guerra que los técnicos han hecho de nuestros descubrimientos”. Cuando los ejecutivos de Hollywood allá por años cuarenta, le pidieron permiso para plasmar en un film su vida y milagros, dijo “Prefiero caminar desnuda por Broadway que verme en una película”. También la define esta frase como una persona que no se preocupaba por la fama ni nada que se le pareciese, sí que, según cuentan, se sintió decepcionada, cuando en el discurso de recepción del Nobel, Hahn ni siquiera la nombró.

Lise

No se sabe muy bien a que es debido el olvido de alguien como Lise Meitner, cuya vida y descubrimientos deberían ser de obligado estudio para todos los niños ( a ver si cundía el ejemplo). Es otra más de esas pequeñas injusticias, que si las fuesen ustedes sumando, nos llevaría a la conclusión de que nos están ocultando algo importante en la Historia, Habrá que seguir investigando….

Manuel Bordallo

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