Hoy Pincha Il Cavaliere Cirac

La inminencia del rescate a España me lleva inevitablemente a pensar en la suerte de nuestros hermanos latinos. ¿De qué le sirven hoy a Italia las glorias del Renacimiento? ¿Dónde queda ahora la grandeza de las viejas repúblicas marítimas, de Genova, de Venecia, de las ciudades libres de la Toscana, de Florencia, de Pisa o de Siena y de los frenéticos centros industriales del Piamonte, el Valle del Po o la Lombardía? ¿Podrían acaso Miguel Ángel, Garibaldi o Leonardo alzarse contra la reseca intolerancia de Frau Merkel y sus burócratas? Parece que todo está perdido pero no es así. Italia ha dado grandes cosas al mundo y, a pesar de tipejos como Flavio Briatore o Eros Ramazzotti, merece una suerte mejor. La pasta, el conde Lecquio, los jerseis a rayas, Sergio Leone, Lampedusa, el tiramisu. Todo eso le debemos. Bueno, y también un puñado de hermosas canciones. ¿Vamos a dejar que también caiga arrollada por el panzer de la ortodoxia presupuestaria?

1- Adriano Celentano. “Azzurro”. Yo era muy joven y escuchaba este temazo con el que empezaba el programa “Flor de Pasión” de Juan de Pablos en Radio 3 y no sabía ni su título, ni su interprete ni su autor. Aquello me ponía de muy muy mal humor. Luego, por extraños caminos, llegué a saber que se titulaba Azzurro, que lo cantaba Adriano Celentano y que lo había compuesto un genio indiscutible llamado Paolo Conte. Me quedé mucho más tranquilo después de saber todo aquello.

2- Mina & Alberto Lupo. “Parole Parole”. Vale, la puesta en escena y el planteamiento general es bastante viejuno y da un poquito de grima, pero Mina es una diosa, canta como una diosa, y se comporta como una diosa. Sumémosle ese aire de bossa nova con el que arranca el tema y los arreglos canallas “a la” Gainsbourg, órgano incluido, y el resultado es maravillosamente cool.

3- Mike Patton. “Il cielo in una stanza”. Sí, amigos, es él. El cantante de los míticos Faith No More. El zumbado que berrea detrás de proyectos como Mr Bungle, Fantomas o Tomahawk. Al parecer ha sido el amor el que le ha llevado a vivir en Italia y una vez allí su genio inquieto le ha conducido hasta Mondo Cane un disco grabado en 2010 en el que reinterpreta con su particular estilo vocal algunos de los clásicos del pop italiano. «Il cielo in una stanza» fue compuesta por el recientemente fallecido Gino Paoli e interpretada por primera vez por la legendaria Mina a principios de los sesenta. Patton logra salir airoso del desafío.

4- Franco Battiato. “I treni di Tozeur”. Franco Battiato es uno de mis héroes y esta una de las canciones que más me han influido en la vida. La primera vez que viajé con una mochila en compañía de amigos era joven e ingenuo y tomé un tren que atravesaba la noche mientras en mi cabeza sonaba una y otra vez la melodía de “Los trenes de Tozeur”. “… y por un instante retorna mi anhelo de vivir a distinta velocidad. Circulan aún más despacio los trenes de Tozeur…” En aquel viaje primerizo no llegamos hasta Tozeur pero estuvimos muy cerca de hacerlo. Por cierto, en 1984 representó a su país en el Festival de Eurovisión con esta canción. No ganó.

“Nomadi”. Hago trampas y de Battiato pongo dos porque se lo merece. Este es otro de sus mejores temas. Música maravillosa y letra exquisita, capaz de hacernos soñar con pocas palabras. ”… los viajantes van en busca de hospitalidad, en pueblos soleados, en los bajos fondos de la inmensidad y después duermen sobre las almohadas de la tierra. Forastero que buscas la dimensión insondable la encontrarás fuera de la ciudad, al final de tu camino.”

5- Patty Pravo. “Bambola”. No, Bambola no es solo otra mala película de ese pésimo director llamado Bigas y apellidado Luna. Es, sobre todo, una de las canciones italianas más famosas de todos los tiempos.

6- Paolo Conte. “Sparring Partner”. Y ya que hablábamos de Paolo Conte, qué mejor que escuchar la que para mí es su mejor canción. Paolo Conte es otro de mis ídolos. Nada me habría gustado más que haber escuchado de sus labios el secreto de esa voz tan ronca y cabreada. Hace muchos años, escuchaba aquel disco maravilloso de Sabina con Javier Krahe y Alberto Pérez que se llamó La Mandrágora y, sin tener ni idea por entonces de quien era Paolo Conte, imaginaba que aquel Sabina canalla e inspirado acabaría convirtiéndose en algo parecido a lo que Conte es hoy. Ya ven en qué ha acabado todo.

7- Nino Rota. “Amarcord” (B.S.O.) La primera vez que vi Amarcord tendría unos dieciocho años. Sin embargo mucho antes de eso ya conocía, y amaba, su maravillosa banda sonora. La había escuchado miles de veces en Radio Caspe. Era la sintonía con la que anunciaban la cartelera cinematográfica del Goya y el Lucero. Durante años esa música actuó sobre mí de la misma manera que la campana sobre el perro de Paulov. Cada vez que la escuchaba sabía que a continuación venía una información preciosa, imprescindible. Todavía hoy, cuando la escucho, se me pone la carne de gallina y no puedo dejar de viajar mentalmente a una sala oscura repleta de niños que miran con la boca abierta a un enorme gorila encaramado a un rascacielos o a un hombretón en taparrabos que recorre la selva de liana en liana acompañado por un mona loca. Luego, ya algo más mayor, películas como Amarcord se encargaron de enseñarme que la mayoría de las ilusiones cabían entre los pechos de una estanquera  y que siempre habría una monja enana dispuesta a bajarme los humos a golpe de zapatilla.

“El Padrino I (suite)” Con Nino Rota también tengo que hacer trampas. Supongo que es fácil de entender. Es uno de los grandes genios de la música del siglo XX.

8- Iva Zanicchi. “La riva bianca, la riva nera”. Recuerdo que mi madre cantaba muchas veces esta canción cuando yo era pequeño. Lo hacía, lógicamente, peor que Iva Zanicchi pero, quizás, a consecuencia de eso esta canción se encuentra alojada en lo más hondo de mi memoria musical. Es hermosa y triste y me recuerda que el tiempo ha pasado con demasiada velocidad.

9- Pino D’angio. “Ma quale idea”. Temazo canalla, golfo y sabrosón. Funk a la carbonara, disco music verbenera y rap avant la lettre. Siempre me gustó esta canción, me ponía de buen humor. Y, además, Pino me recuerda a uno de mis ídolos italianos: Alessandro Lecquio, el único macho que supo domar a la Obregón.

Vale, el playback es malo, pero mola.

10- Rafaella Carrá. “Rumore”. Brutal. Para mi el mejor tema de la Carrá. El video es mucho más psicodélico que Beatles, Stones, Hendrix, The 13rd floor elevators o Pink Floyd. Huele directamente a punk funk del bueno. Los saxos de James Chance and the Contortions, el raspeo guitarrero de Talking Heads, el wah wah de Hendrix, la energía petarda de LCD SOUNDSYSTEM. Y, además, qué carajo, se nos caía la baba, y se nos levantaban otras cosas, viendo a la Carrá en pleno trance sexual. Ayer, hoy y siempre. Brutal.

11- Sophia Loren. “Tu vuo’fa’ l’americano”. Resulta imposible terminar esta selección sin incluir el que se ha convertido en gran clásico de la música italiana. Tenía dudas entre poner el original, del genial Renato Carosone, o este. Con todos los respetos al maestro napolitano, creo que he hecho la elección correcta.

Jesús Cirac

 

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