Hundraaringen som klev ut genom Fönstret och Försvann (el abuelo que saltó por la ventana y se largó)

HUNDRAARINGEN SOM KLEV UT GENOM FÖNSTRET OCH FÖRSVANN

O lo que es lo mismo: El abuelo que saltó por la ventana y se largó.

Reconozco, que el título en sí mismo ya te procura un aguijonazo de curiosidad.

¿Será un libro de autoayuda para enriquecer tu vida a partir de los cincuenta?

Nada más lejos de la realidad.

Descubrimos a su autor, Jonas Jonasson, que había ejercido de periodista y productor, entre otras cosas, hasta que un día se decide a escribir la novela que lo catapultaría a la fama.

Siendo sueco, y acostumbrados a trilogías más negras de sus congéneres, nos desconcierta con su frescura en una historia que es de lo más surrealista.

Tan novedosa y reconocida fue su aparación, que fue Libro del Año, e incluso le otorgaron el Premio de Los Libreros en Suecia en 2010, concediéndole los primeros lugares en las listas de ventas de Italia, Francia y Alemania.

Todo comienza el día del centésimo cumpleaños del protagonista, Allan Karlsson.

Éste, decide desaparecer de la residencia y, sin rumbo fijo, se presenta en la estación de autobuses. La casualidad, hace que un esmirriado con pintas de pandillero lo deje al cargo de una maleta.

Nuestro abuelo, no se lo piensa dos veces, y cuando llega el primer autobús, se monta en él portando la maleta y desapareciendo con los ¡oh, sorpresa! 50 millones de coronas que hay dentro de ésta.

Iniciando así esta cruzada, honestamente, pensé que esta novela, se prometía original.

Paralelamente a la huída del centenario, se nos ofrece otra línea narrativa que parte del nacimiento de Allan, y es en este desarrollo vital, donde comienzan las peripecias más estrambóticas que haya podido leer hasta ahora.

Este joven Karlsson, que se dedica inicialmente a ser dinamitero, comienza un periplo a través de países y mandatarios de todo el siglo XX. En él descubriremos cómo  se estrena, luchando con los republicanos en la Guerra Civil Española salvándole la vida a Franco. La cosa no queda ahí, resulta que encontramos poco a poco a una identidad anónima en los anales de la historia, codeándose  con Oppenheimer mientras desarrollan la bomba atómica, mantiene una buena relación con el presidente Truman, con Winston Churchill, se hace amigo de la mujer de Mao Tse-Tung….

Y no se queda ahí, sino que por el relato desfilan todo tipo de personajes históricos.

Se desarrolla la hilarante historia mientras sobrevivimos a cada acontecimiento que nos hacen reir unas veces y otras ya nos empiezan a pesar…

Es una obra que rezuma buen hacer y diversión a raudales, pero va perdiendo fuelle poco a poco, ya que tanta anécdota estrafalaria, cansa.

La parte que se desarrolla en plena madurez del anciano, está plagada de situaciones cómicas inverosímiles y muertes absurdas, pero tiene una esencia que te engancha desde el principio. Quizá sea el interés que despierta el saber qué ocurrirá con el anciano o quizá sea la concatenación de sucesos que les van ocurriendo a la variopinta tropa que se reúne alrededor del centenario; llegando a incluir a un elefante…

Tan sólo al final del libro se fusionan los dos Allan Karlsson que vamos conociendo página a página.

Tengo que decir que me gustó el libro, pero más me gustó el terminarlo por fín, ya que quizá peca de previsible y monótono en sus últimas peripecias.

Entretenido sí, pero irrelevante.

El único misterio que queda sin resolver es la explicación de porqué nuestro abuelo va disfrazado de cerdito en la portada. Pero eso ya es otra historia…

Verónica Guardia

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Hundraåringen

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