La Diputación Provincial de Zaragoza es la organizadora de la actividad que lleva por nombre “Ciclo Histórico en Conmemoración de los 75 años de la Guerra Civil Española. Mediante ella, especialistas como Julián Casanova, Ángela Cenarro o José Luis Ledesma presentan en pueblos de la provincia sus obras.
El viernes día 11 José Luis Melero habló en la Biblioteca de Caspe sobre su recapitulación Los libros de la guerra. Bibliografía comentada de la Guerra Civil en Aragón (1936-1949). Y allí acudieron los ojos críticos de El Agitador.
Entre los trabajos del resumen comentado por José Luis Melero encontramos Yo fui asesinado por los rojos, obra de Jesús Pascual Aguilar, natural de Alcorisa; el propio Jesús Pascual narra su fusilamiento durante la Guerra Civil junto a Sánchez Mazas (el mismo suceso, basado en la historia de S. Mazas, también superviviente, fue novela y después película con el nombre de Soldados de Salamina). En su publicación sintetiza otras publicaciones como Yo fui secretario de Durruti, ensayo que narra la experiencia de Mosén Jesús Arnal, cura que compartió con Durruti las últimas semanas de su vida, o el libro de Avelí Artís Gener, 556 Brigada Mixta que recoge las memorias del sanguinario anarquista Justo Bueno. En el ejemplar se citan varios libros de manufactura caspolina como Los Héroes y Mártires de Cirac Estopañán o Caspe Combatiente Cautivo y Mutilado de Morales Cortés.
Nada tenemos que reprochar a José Luis Melero pero no sabemos bien por qué se oferta Los libros de la Guerra al mismo nivel que el resto de obras. El trabajo de Melero, si bien es una correcta recopilación de varios textos comprendidos entre el 36 y finales de los 40, lo que aporta no es más que eso, un resumen comentado de algunos libros. Y por si fuera poco, fue publicado hace ya 5 años. Definitivamente, cuesta entender qué criterios se han seguido para incluir la recopilación citada junto a cinco magníficas publicaciones de excelentes especialistas.
Quizá habrá que recordar a los responsables de tomar estas decisiones que los dineros son de todos, y que Aragón posee un buen número de historiadores e investigadores con excelentes trabajos no siempre publicados. Y muchos de ellos están en paro.
