Noche de Reyes. Sin mucho convencimiento accedo a ir al cine.”El Cuerpo”. Belén Rueda y José Coronado. A priori ni fu ni fa, pero es lo que tiene haber dado la palabra que luego la tienes que cumplir. Se nos presenta a una poderosa mujer de cuarenta y dos años muerta repentinamente de un infarto, cuyo cadáver desaparece misteriosamente del tanatorio, a su joven marido, a la amante de éste y al policía que lleva el caso.
Me engancho a la película prácticamente desde el minuto cero. Me gusta el argumento. Me gusta la ambientación. El Instituto Forense donde transcurre parte de la historia impresiona bastante. La sordidez y oscuridad te atrapan. Es un protagonista más de la trama. Parece que tiene vida propia.
La galería de personajes es curiosa. Los cuatro más importantes son seres castigados por la vida de una manera u otra. Se advierte desde el principio que tienen mucho que desarrollar, que hay materia donde buscar para comprenderlos bien. El personaje de Aura Garrido es el más desdibujado de todos. Toma su forma definitiva prácticamente al final en uno de esos desenlaces desconcertantes que tanto nos suelen gustar al gran público. Belén Rueda cumple. Digamos que da la talla en su papel de esposa celosa. Hugo Silva está correcto. Le falla el tono de voz, prácticamente monocorde. Siempre parece que susurra. Bajo mi humilde punto de vista adolece de muchos matices que precisaría para redondear la historia. José Coronado es otra historia. Es punto y aparte.
Aclamado en su papel en “No habrá paz para los malvados”, José Coronado vuelve aquí en un papel de policía nada ortodoxo. Percibimos desde el principio que no es un policía al uso. El motivo nos será contado a pinceladas durante la película, pero tendremos que esperar a su desenlace para descubrir la verdadera causa de sus fijaciones.
Coronado llena la historia. Hace que esté bien hilada desde el principio hasta el final, a excepción de algún pequeño detalle que pasaré por alto porque ya he dicho que la película me ha entretenido mucho. Probablemente es un papel que se ha visto muchas veces en la gran pantalla pero Coronado, a mi juicio, lo borda. Desde el principio sientes curiosidad por saber cuál es la causa de la amargura que rezuma. Se disfruta viéndolo. Te lo crees. Y eso es importante.
En fin, ha sido una manera perfecta de acabar el día. Qué gusto da salir satisfecha del cine. Pero la mejor manera de descubrir si la historia merece la pena es meterse de lleno en ella. Esto que he contado es solo la opinión de una espectadora de andar por casa.
Ana María Cirac
