ARAGÓN CON CAMISA NEGRA  (Las huellas de Mussolini)

Autor – Dimas Vaquero Peláez      Editorial – Rolde de Estudios Aragoneses.

Si usted pasea por las orillas del Canal Imperial, en Zaragoza, verá una especie de mole monumental,  en la que si se fija con atención, observará los adornos de las ventanas, y sí, son fascios de hierro forjado. Si sigue mirando notará algunos detalles más en su estructura rectilínea y angulosa que la hacen distinta al resto de edificios, un algo especial. Y si pregunta a algún autóctono lugareño le dirá que es “la iglesia de los italianos” o le dará alguna respuesta parecida. Es parte de la desmemoria que nos asola en estos días. El edificio que usted está contemplando es la Torre Osario donde reposan los restos de mil y pico italianos que, enrolados en el Cuerpo de Tropas Voluntarias, vinieron en ayuda de sus correligionarios españoles alzados en armas contra el gobierno republicano español. Fueron enviados por el dictador Mussolini y murieron en las batallas que tuvieron como escenario nuestras tierras.

El Rolde de Estudios Aragoneses, en su colección “Aragón Contemporáneo”, continúa su labor de rescate de episodios que, lamentablemente, se empiezan a olvidar. Una labor necesaria y que necesitaría mayor difusión. Desde estas modestas páginas nos sumamos a ello gustosamente. La ocupación de Zaragoza por parte de este cuerpo de ejército extranjero es desvelada, con detalle, por Dimas Vaquero, especialista en el tema, con lujo de detalles y enfoque desapasionado. La actuación militar de los italianos en Aragón, con episodios negros, negrísimos, como el bombardeo de Alcañiz,  especialmente sangriento y feroz, contrasta con el recuerdo cariñoso de los paisanos que convivieron con ellos en los pueblos por donde fueron pasando en su avance hacia el Mediterráneo. Recuerdo feliz por parte de los niños que les servían como recaderos y que recibían en pago de sus servicios chocolate, un regalo extraordinario en aquellos tiempos de penurias. Recuerdo feliz por parte de las jóvenes que habían quedado solas en retaguardia y fueron conquistadas por la simpatía de aquellos soldados que, a diferencia de los españoles, vestían uniformes impecables y airosos sombreros adornados con plumas negras. Muchos matrimonios salieron de aquella ocupación y, también, lazos políticos que, acabada la guerra se sustanciaron en la Torre Osario levantada en un lugar significativo de la ciudad para el recuerdo de sus muertos por la Causa. Para que no se olviden estos sucesos son necesarios libros como éste del que hoy hacemos reseña. Para entender porqué en los cementerios de muchos pueblos aragoneses, y algunos catalanes, encontramos acotados espacios sólo para italianos. Para que no se olvide…….

 Manuel  Bordallo.

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