Es mi intención en este rincón presentar grupos que mayormente no sean conocidos por el gran público, o cuya propuesta me parezca significativa de ser comentada.  Evidentemente, los Barricada no cumplen ninguna de estas dos premisas; pero hoy creo conveniente hacer una excepción.

¿Por qué?  Pues hombre, ya deberíais saberlo todos, pero por si acaso os informo: es el primer disco que sacan sin el Drogas.  Y claro, hay que saber qué música ha quedado.  Porque lo que haya pasado en el fondo no nos incumbe y no sé si lo podremos saber.  Ambas partes dan versiones encontradas: los Barricada hicieron un manifiesto, el Drogas contestó en forma de poesía.  Dijeron que se había ido, dijo que lo habían echado.

Y además son, observándolos de manera global, el grupo más grande de España.  Al menos en lo que a rock se refiere.  Guste o no, tengo esa impresión y es que, si las cuentas no me fallan, este «Flechas Cardinales» es el decimosexto trabajo de estudio de los navarros.  Y me gustaría saber quien ha llegado a esos niveles continuando con gran calidad y unos directos, a estas alturas, envidiables.  Se les puede superar por examenes parciales, pero al final siempre están ellos.

Podríamos decir que Barricada es un ser vivo.  Es un animal que ha evolucionado, de manera inteligente, durante estos casi treinta años.  Su música y sus letras han ido cambiando con su edad.  El tema de las letras es una evidencia: hace muchos años que se acabaron los barrios conflictivos, las sillas eléctricas, los perros y las letras censuradas.  Seguirán luchando contra lo mismo, pero ya no son tan explícitos.  No creo que sea miedo, es cuestión de experiencia.

En cuanto a la música, se nota que con los años los Barricada han ido aprendido.  Cada vez han sido más contundentes y claros, sin alardes, pero sin errores.

http://www.barricada.com.es/?page_id=65

La evolución general de los navarros se podría observar en los conciertos que hemos visto de ellos o deberíamos haber visto.  A saber: en Mequinenza tocaron en septiembre del 90 un concierto lleno de Okupación.  Un concierto  lleno de calimocho y sudor (como todos los demás, no nos engañemos, pero este en particular) y lucha sin cuartel y sin medias tintas contra el estado opresor.  Un concierto de cuando se discutía si los Barricada eran punkis o rock.  A partir de aquel concierto dejó de discutirse: en absoluto eran punkis.

En Caspe, en el año 98, cuando la mayoría de los temas que tocaban en directo seguían perteneciendo a los 80 y principios de los 90 (hasta ese fabuloso Por Instinto), ellos se reinventaron y pudimos ver como modificaban la música de sus temas de siempre.  Sé que algunos salían desencantados de esas traiciones, pero a mí ese paso adelante me encantó y me parece su mayor acierto.  Animal caliente o La hora del carnaval agradecieron el cambio.

En Maella en el año 2003 (creo, o 2004 en todo caso) se presentó ante nosotros el Barricada más maduro, un Barricada que supo salir del que creo fue su bache durante el «Insolencia» y el «Acción Directa«, con un disco enorme como es «Bésame» y un posterior algo inferior pero muy continuista en la contundencia musical como «Hombre mate hombre».  Un grupo que tenía claro lo que sabía hacer y lo hacía de maravilla.

En Alcañiz supongo que habrán tocado alguna vez, pero se me han escapado.  Y es que no se puede estar en todo. Desde entonces hasta ahora han continuado haciendo rocanrol como ellos mismos dicen.  Ya sin singles de la altura de Okupación, Blanco y Negro o Balas blancas, es cierto, pero sin fisuras.

Y es así como se nos presenta este «Flechas cardinales» en 2012, con un grupo reconvertido en trío al no haber repuesto la baja de Enrique pero que en absoluto desentona al cuarteto de siempre.  Es un disco cien por cien Barricada, contundente, callejero.  Un disco que en absoluto defraudará a sus incondincionales.  Hala, que otra cosa es captar nuevos adeptos a la causa.  Todo podría ser, no lo niego, pero está claro que estas canciones no tienen el gancho de No hay tregua, Lentejuelas o Noche en la ciudad.  Hace falta ir a buscar el disco de propio.

Amén de la solidez, existen dos o tres detalles que llaman la atención de Flechas Cardinales.  En primer lugar, la ausencia del Drogas ha provocado la entrada en escena de una nueva voz, la de Alfredo, que ayuda a repartir el peso y aporta variedad al disco, como siempre ha ocurrido con Barricada. Canta en al menos dos canciones, una de ellas este «Como el invierno«, un medio tiempo que es otra característica del trabajo: los Barri, que nunca se han caracterizado por hacer buenas o abundantes baladas o medios tiempos, en este disco se tiran a la piscina con dos o tres, según se mire.

También es curioso el hecho de que haya una colaboración en el disco, lo que, en estudio, creo que no había sucedido nunca.  Kutxi Romero canta La Balanza.  Por cierto, es posible que el número de colaboraciones de Kutxi supere ya a sus propias canciones: no hay disco que no lo tenga por artista invitado.  Eso daría para una playlist si quisiera.  La letra también es suya, aunque eso no es nuevo: El trompo, de Bésame, también era letra de Kutxi.  Colabora en otro tema el conocido Iker Piedrafita (Dikers)

Al salirse de norma, no dejaré La Balanza, un buen tema, y sí dejaré El Muelle, canción predestinada a ser el siguiente videoclip del album a tenor del resultado del sondeo que los Barricada tienen en su página web entre sus fans.

Y esto es todo.  Bueno, no.  De Barricada hay mucho más, pero es que no acabaría nunca.

Petu

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