Bombardeo en la estación de Nonaspe

     Ya hace bastantes años que oí hablar de un  bombardeo en la Estación del ferrocarril de Nonaspe. Posteriormente, a través de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica localicé el periódico “La Voz de Menorca”, que en su edición de 25 de febrero de 1937 se hacía eco de la noticia:

       “Los habitantes de Flix, observaron la noche del martes a varios aviones que volaban a gran altura. Inmediatamente oyéronse algunas fuertes explosiones, generalizándose rápidamente el bombardeo. Fueron lanzadas varias bombas contra el Hospital de la población destruyéndolo casi por completo. Se calcula que fueron lanzadas de 115 a 120 bombas. La indignación es enorme pues no hay objetivo militar en dicha región que pueda justificar la ferocidad de dicho bombardeo.

     La misma noche fueron bombardeados los pueblos de Nonaspe, Mora, Tortosa, Amposta, La Rapita y otros.”

      Pero fue este verano, que por casualidad, hablando con Pedro Tena Campanales, me explicó que en aquel momento vivía en las Casas de la Estación ya que su padre, Mariano Tena Ferrer, trabajaba de Guardagujas.

     BOMBARDEO DE LAS CASAS DE LA ESTACIÓN

     En la entrevista realizada a Pedro Tena, me explicó: “Que en el edificio conocido como las “Casas de la Estación”, constaba de cuatro viviendas, ocupadas por las familias del Factor y tres Guardagujas.”

     “En la primera vivienda (la más próxima a la Estación) la ocupaba el Factor de la Estación,  Miguel Albiac Navarro “Canyardo” y su esposa Josefina Algar Soro. Con el matrimonio, vivía Hermene Llop Fuertes, que con catorce años trabaja de niñera al cuidado de los dos hijos del matrimonio”.

     “En la segunda casa vivíamos nosotros: Mi padre Mariano Tena Ferrer, mi madre Josefina Campanales Llop, mi hermano José y yo. En la tercera vivía Agustín Llop Mora y su esposa Joaquina Tomás Tena “la Coca”. Y en la cuarta vivían Paulino Muniente Villa y su esposa Saturnina Acero, ambos de Chiprana. Los tres hombres eran los Guardagujas de la Estación de Nonaspe”.

     La noche del 23 de febrero de 1937, la aviación del bando nacional bombardeó la Electro-Química de Flix, ya que la consideraban objetivo militar, pues se fabricaban explosivos de cloratita. También bombardean en esta población el Hospital de la Sangre, que era un edificio de comedor de obreros, habilitado para recibir los heridos de guerra del Frente de Aragón. Además de los destrozos materiales y numerosos heridos, ocho vecinos de Flix pierden la vida.

     Pedro Tena recordaba: “Que sería las doce o la una de la noche.  Los aviones venían de Flix e iban en dirección Zaragoza. La primera bomba cayo delante de nuestra casa, en medio de la vía, al explotar hizo una buena llamarada. Además levantó los carriles y los dejó doblados, haciendo un buen hoyo. Para taparlo se tuvo que llevar balastro.”

     “A consecuencia de la explosión, la metralla que salió disparada, rompió uno de los cristales de la casa que vivíamos. Nuestra madre, nos cogió a mi hermano y a mí, y los tres nos escondimos debajo de la cama.”

     “Aquella noche estaban de servicio en la Estación mi padre y Miguel Albiac, Guardagujas y Factor respetivamente. Al oír la explosión mi padre vino corriendo y después de comprobar que no nos había pasado nada, nos fuimos a esconder a un bancal de alfalfa i olivos, que había debajo de la acequia de Matarraña, hasta que se amaneció y nuestros padres pudieron comprobar que ya se había pasado el peligro”. 

    Pedro Tena me sigue  contado: “Que también cayó una segunda bomba delante de las “Casas de la Estación”, otra entre la parte trasera de las Casas de la Estación y la acequia de Matarraña. Y otra en medio del camino que va al Molino de harina del Cabo de la Huerta. Al menos cayeron cuatro bombas, formando un triángulo las explosiones y quedando el edificio de las Casas en el medio, no teniéndose que lamentar desgracia alguna.”

Cases de la Estació
Cases de la Estació

     BOMBARDEO EN LA “VALL DEL CAMÍ”

     Para completar este trabajo, hablé con José Antonio Campanales Giner, propietario de una finca agrícola en la “Vall del Camí”, dentro del término municipal de Nonaspe. Los dos juntos, hemos intentado saber que pasó aquella noche y hacer un recuento de las bombas que los mismos aviones que bombardearon las Casas de la Estación, dejaron caer en diferentes puntos de “Vall del Camí”.

     Consultados diferentes periódicos de la época, todos coinciden en que aquella noche se bombardeó Tortosa, Amposta, La Rápita, Alcanar, Mora, Flix y Nonaspe. Por la trayectoria de las poblaciones bombardeadas, pensamos que los aviones eran italianos y pertenecían a la “Aviazione Legionaria”.

     En la finca de Campanales de la “Vall del Camí”, por el monte que rodea sus parcelas, ha podido localizar cinco hoyos producidos por las explosiones de bombas de gran calibre, opinión que la avala el diámetro de los hoyos. En la fotografía que acompaña este trabajo, se puede ver los trozos de metralla que ha encontrado labrando a lo largo de los años y que ha guardado como curiosidad.

Metralla – Vall Camí de Campanales

     También por diferentes testimonios, podemos afirmar que en la misma “Vall del Camí”, siguiendo un camino que se dirige a la balsa del PBA, cayeron bombas al menos en dos puntos diferentes. En el plano realizado por Campanales, se puede ver la trayectoria de los aviones y los puntos aproximados donde dejaron caer las bombas.

     Hemos barajado diferentes hipótesis de porqué dejaron caer las bombas en la “Vall del Camí”, ya que se trata de un lugar donde solo hay fincas agrícolas rodeadas de montañas, es decir, no existía ningún objetivo militar. Las teorías serían: Las de aligerar el peso de los aviones con el fin de maniobrar más rápidamente ante el posible avistamiento de cazas republicanos; la escasez de combustible; o con el fin de salvar mejor las baterías republicanas situadas en la costa a su regreso a Mallorca.

     En cuanto a las consecuencias del bombardeo a nivel local, el Comité se encarga de la construcción de diferentes refugios antiaéreos por los alrededores del pueblo. En los próximos meses, los habitantes de Nonaspe, cuando oyen el ruido de los motores de los aviones, corren a protegerse en los refugios, sin saber si los aviones son amigos o enemigos.

Mario Rius

Plano del bombardeo – 23/02/1937

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