A todos los que nos van las emociones fuertes y los sustos terroríficos, después de visitar las típicas casas de terror de los parques de atracciones y visionar las películas clásicas que más canguelo nos producen, creemos que lo hemos visto todo y que ningún evento o espectáculo de tales características puede impresionarnos sobremanera. Ya no hablo de pasar miedo, porque el miedo existe en la vida cotidiana y te asalta a cualquier hora del día; ni tampoco terror, tan accesible en el siglo XXI con un simple golpe de teclado. Me refiero a disfrutar de un espectáculo tal que no sólo aglutine las imágenes de nuestras peores pesadillas, sino que además, en medio de todas esas emociones sobrecogedoras, sea capaz de arrancarte una sonrisa.

                Pues yo lo he encontrado, infeliz de mí, he disfrutado todo lo que he podido y he sobrevivido con ganas de más. Porque los alrededor de 45 minutos que duró nuestra visita a la Fantasmada de este año fueron tan intensos y vívidos que me supieron a poco. Algo tendrá este evento arraizado ya en la población caspolina, pese a su corta edad, que no sólo consigue aunar los esfuerzos y la implicación de todas las asociaciones culturales habidas y por haber en la población, sino que además atrae cada año a más visitantes venidos de localidades y regiones lejanas.

Fantasmada Álvaro 2

Por todo lo que he podido ver en esta ocasión, no hay mayor misterio que la labor de los figurantes y actores improvisados de todas las edades que desinteresadamente prestan sus logradas interpretaciones, sus gritos y sus voces para atemorizar al público. Poned atención especial a los niños que caracterizados como zombis, fantasmas o criaturas del inframundo nos dejan boquiabiertos con sus papeles. Y también a la escenificación y planificación del recorrido, nada más y nada menos que por los alrededores de la Colegiata y el Castillo -que se está recuperando en parte gracias a las aportaciones solidarias de los visitantes a las seis Fantasmadas celebradas hasta el momento- y por las calles más antiguas de Caspe, que el ayuntamiento de la localidad se encarga de sembrar de oscuridad y tinieblas durante la celebración.

30 grupos de personas atravesaron el terrorífico trazado durante casi tres horas. O lo que es lo mismo en cifras reales; 1.800 almas que se estremecieron tras cada recodo del camino. En mi humilde opinión, éxito rotundo, pero también cierta masificación que seguro que la organización del evento logrará solventar a lo largo de los años venideros. Porque esta fiesta –no dejemos de nombrarla como tal- acabará consolidándose y conociéndose poco a poco, a lo largo y ancho de nuestra geografía, gracias a los gritos de terror y de satisfacción de los valientes que se atreven a visitar la Fantasmada.

Fantasmada Álvaro 1

 

Mis más sinceras felicitaciones a toda la ciudad de Caspe. Ha sido una auténtica delicia redescubrir vuestra villa de esta forma. Empresas así, nacidas de la unión y la solidaridad, que crecen año tras año y se hacen eco más allá de sus límites, dicen mucho de sus gentes.

Ánimo y a por la séptima Fantasmada, caspolinos.

 

David Rozas.

 

Fantasmada Álvaro 3

Fotos tomadas de http://www.alvarovillafoto.com/

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