Esta semana hemos tenido conocimiento del fallecimiento en Francia de José Abián Balaguer a la edad de 99 años.
José Abián nació en el barrio del Castillo, muy cerca de la Torre de Salamanca. Afiliado a la UGT, combatió en el bando republicano durante la Guerra Civil. La derrota le empujó a Francia donde, como cientos de miles de españoles, conoció la crudeza de los campos de concentración y posteriormente de las CTE.
Como miles de españoles José escogió no doblar la rodilla y se enroló en el maquis. Participó en el operativo Reconquista de España, siendo detenido en las cercanías de Sant Just a finales de 1944. Así lo narra nuestro compañero Amadeo Barceló en su libro ¡Viva el Maquis!:
«Según el procedimiento sumarísimo 33.292, José Abián se unió a la UNE después de que unos guerrilleros fueran a buscarle, obligándole a enrolarse en la Unión Nacional Española con la misión de pasar a España. Una de sus últimas paradas fue Lourdes. En este punto ambas fuentes coinciden, pues sus hijas conservan una fotografía que, según consta en su reverso, fue tomada en Lourdes. El caspolino pasó a formar parte de la Brigada 570ª (186ª División), cruzando la frontera a finales de octubre de 1944 por Bielsa. Prosiguió su camino hasta Laspuña y Jánovas junto a un numeroso grupo
de guerrilleros españoles, hasta que, tras sufrir un tiroteo con las fuerzas del Gobierno, el grupo se dispersó. Tal y como él mismo declaró, fue detenido unos días después cuando intentaba huir y traspasar de nuevo la frontera».
José Abián recuperó la libertad el 31 de enero de 1945 a pesar de los informes llegados desde su pueblo:
“El referido perteneció a la Unión General de Trabajadores siendo gran entusiasta del funesto Frente Popular”, añadiendo además que “ingresó voluntario en el Ejército Rojo”.
Abián volvió a Francia y empezó de nuevo al otro lado de los Pirineos. Tardó mucho tiempo en volver a su pueblo. Según su última voluntad, sus restos mortales reposan en el Cementerio de Saint Gaultier.
Que la tierra te sea leve, José.
