Siempre me pregunté por qué cojones aquel pub se llamaba de aquella manera tan extravagante. Y tan poco apropiada. Nada en él recordaba a Etiopía, ni a África, ni a nada que se le pareciera. Ni siquiera era el típico garito de fumetas en el que se abusara de Marley y su despistada corte de adoradores de Haile Selasie. Ni siquiera el careto del negro que servía de anagrama del establecimiento parecía etíope. Más bien un sudanés nuba de los de Leni Riefenstahl. Además estaba en Caspe. ¿Qué sabíamos los caspolinos de Etiopía?
El Etiope era un bar muy divertido que marcó una época en la noche caspolina. Al principio era un lugar solitario, emboscado casi en una calle oscura y poco frecuentada. Con el tiempo otros garitos se abrieron a su alrededor dando lugar a aquel espacio multicultural, pluridisciplinar, polifuncional, transversal, diagonal y multiétnico que se vino en llamar “la zona” y al que, con perdón de los atribulados vecinos, tantos y tantos caspolinos debemos madrugadas gloriosas de vino y rosas.
Quiero recordar hoy aquellas noches, y también a la persona que hizo posible aquel espacio de libertad e iniciación a la vida: Luis, su dueño. Para ello convoco a los fieros danakils, a los amhara y a los tigray; a los oromo, los mursi y los falashas; al Preste Juan a Abebe Bikila y a Menelik; a Rimbaud, a Corto Maltés y a la reina de Saba; al hyena man, a Pedro Paez, Javier Reverte y, por supuesto, al glorioso capitán Richard Francis Burton.
Les dejo con diez temazos de música etíope. Una de las más inquietantes, misteriosas y sugerentes de la Tierra. Una escena desconocida hasta hace poco y por la que cada vez nos sentimos atraídos más y más occidentales gracias a Jim Jarmusch y su magnifica “Flores rotas” y sobre todo a la larga serie “Ethiopiques”. Funk, jazz, soul. Saxos sinuosos, órganos hirientes, ritmos obsesivos. Denle la oportunidad que merece. Yo lo hice hace años y ahora no consigo desengancharme.
1-Mulatu Astatke. Yegelle Tezeta.
El gran genio de la música etíope. Un auténtico dios. Su tema más caliente y voraz en una versión libre. Esta vez con The Heliocentrics. Somos muchos los chicos blancos enamorados del gran etíope.
2-Hailu Mergia and the Wallias band. Muziqawi silt.
Temazo absoluto a cargo de los grandes de la música etíope. Un caso parecido al de Sugar Man, Rodriguez, el gran Hailu Mergia lleva décadas trabajando como anónimo taxista en Nueva York.
3-Girma Beyene. Ene Negn bay manesh.
Genuino funk del cuerno de África. Brutal.
4-Getatchew Mekurya and The EX.
El Negus y los anarquistas. El saxofonista afro y los punks holandeses unidos en un disco demoledor, «Moa Anbessa». Cuanta sabiduría.
5-Dub Colossus. Guragigna.
Aproximación contemporánea al Ethiopian Groove por la más famosa de sus bandas.
6- Bahta Gèbrè-Heywèt – Tèssassètgn Eko.
Funf-Soul-Pop etiope viejuno. Do you wanna dance? Sencillamente maravilloso.
7- Alèmayèhu Eshèté. Tchero Adari Nègn.
James Brown? Funkadelic? No, simplemente, Alèmayèhu.
8- Batha Gèbrè-Heywèt. Ewnet yet lagegnesh.
Suave, cadencioso, elegante Ethiopian Groove.
9-Hirut Beqele. Ewnetegna feqer.
Si María Teresa Campos tuviese un mínimo de vergüenza llevaría a la gran Hirut este mismo domingo a Qué Tiempo tan Feliz.
- Mulatu Astatke. Yekermo Sew.
Con él estoy obligado a repetir. Sin duda una de las canciones más misteriosas y sugerentes que he escuchado en mi vida. Me quedo sin palabras ante el gran Mulatu. Una versión en directo otra vez con The Heliocentrics. Sí, somos muchos los blanquitos enamorados de Mulatu.
Jesús Cirac
