LAS SUITES PARA VIOLONCHELO

LAS SUITES PARA VIOLONCHELLO.

En busca de Pau Casals, J. S. Bach y una obra maestra.

Autor: Eric Siblin.   Editorial: Turner Música.

La historia de la gestación del libro, en este caso, es casi tan importante como el resultado, e igualmente insólito. Eric Siblin, periodista y director de documentales, especializado, sobre todo en música pop, y que fue comentarista musical durante mucho tiempo en la Gazette de Montreal, comenta que en una determinada epóca, la música que le rondaba en la cabeza devino en una especie de laberinto del que no encontraba salida, y una gran sensación de aburrimiento. En esa época, asistió a unos recitales de música clásica, (Año 2000, Año Bach) en el Conservatorio Real de Toronto, donde un chelista interpretaba unas piezas  “de las que yo no sabía nada”. El texto del programa explicaba que “aunque parezca increíble”, durante mucho tiempo las suites para chelo se consideraban tan sólo una colección de ejercicios. Pero desde que Pau Casals empezó a interpretarlas a principios del siglo XX “sabemos lo afortunados que somos por poseer estas obras maestras tan extraordinarias”. Un dato que no conoce la mayor parte de los melómanos, sin embargo, es que no existe ningún manuscrito del autor que corresponda a estas composiciones…En realidad, no hay una fuente verdaderamente fiable de las suites. Y sigue Eric Siblin: “Esto fue  lo que encendió la llama de la curiosidad periodística en mi cabeza: ¿qué pasó con el manuscrito original de Bach?”. Esta es la razón primera del libro, que luego se complica, durante la búsqueda, con un dato extraordinario y desconocido: estas suites llevaban perdidas desde la muerte de Bach, y es un joven de trece años, estudiante de chelo, Pau Casals, que paseando un día con su padre por Barcelona, entran en una tienda, buscando composiciones para que el aprendiz de música practique, y encuentran, en una tiendecilla del Barrio Gótico unas partituras para chelo de Beethoven y otras que rezan en su portada con elegante letra negra :”Seis sonatas o suites para violonchelo solo, por Johann Sebastián Bach”. Y aquello fue el principio de una carrera musical excepcional del muchacho nacido en El Vendrell. El violonchelo, que era un instrumento de acompañamiento, pasa a estar, desde entonces, a la misma altura y rango que el violín o el piano.

El libro, dividido en seis capítulos (uno para cada suite), y subdividido cada capítulo en “movimientos” (preludio, alemanda, courante, zarabanda, minueto y giga), manteniendo la estructura musical nos cuenta la búsqueda de las partituras originales, a través de una pequeña biografía de Bach, intercalada con la de Casals en una amalgama curiosa y eficaz. Un libro extraño y original del que como única tacha, se puede achacar a su prosa un algo árido y seco, si bien es cierto que lo compensa por la emoción con la que el antiguo crítico musical describe sus avances en la comprensión de un nuevo mundo musical que se abre ante sus oídos (y los de cualquiera que quiera oír). Dejemos que el autor, con ese estilo algo áspero lo cuente: “Pero si aquella música era tan cautivadora y tan singular,¿ cómo podía ser que casi nadie hubiera escuchado las suites para chelo hasta que las descubrió Casals?. Durante casi dos siglos después de la composición de esta obra maestra, sólo un pequeño círculo de músicos profesionales y estudiosos de la obra de Bach supo de la existencia de estas composiciones épicas. Y los que las conocían pensaban que eran ejercicios de técnica, en ningún caso concebidas para ser interpretadas en un auditorio. La historia de las seis suites es más que musical. Una serie de circunstancias políticas dio forma a las composiciones, desde el militarismo prusiano del XVIII al patriotismo alemán que multiplicó la fama de Bach cien años después. Cuando las dictaduras camparon por Europa durante el siglo XX, las notas de las suites se convirtieron en balas disparadas por el chelo antifascista de Casals. Algunas décadas más tarde, Mstilav Rostropovich las tocó ante el telón de fondo de un muro de Berlín en pleno derrumbe”. Curioso libro y curioso empeño. Aparte de leerlo, oigan las suites, y si puede ser en la versión fetén: Pablo Casals, Cello Suites (EMI). Lean y oigan.

 Manuel Bordallo.

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