Laurent Binet. HHhH Seix Barral. 2011
Otra excelente novela nos llega de Francia. Ni allí, ni en otros países, andan pensando que hablar del pasado sea una pesadez. También es verdad que allí, y en otros países, tratan al pasado como merece. Y así da gusto, claro. HHhH son las siglas de la frase “Himmlers Hirn heisst Heydrich”, en castellano: “El cerebro de Himmler se llama Heydrich”. De esta manera, sotto voce, escarnecían los SS a su jefe, Himmler, ensalzando a su segundo, Reinhard Heydrich, la “bestia rubia”. Y es 
que Heydrich era mucho Heydrich. Él fue, con la ayuda de su lugarteniente Eichmann, el padre de la Solución Final para el “problema” judío. Desde su puesto al frente de la Oficina de Seguridad del Reich llegó a controlar la práctica totalidad del aparato policial y de inteligencia del régimen nazi. A su cargo estaban los tristemente famosos Einsatzgruppen, grupos itinerantes a cuyos «buenos oficios» se deben las tareas de “limpieza” de más de dos millones de judíos en los territorios ocupados en el Este antes de la entrada en funcionamiento de los campos de exterminio.
Con apenas cuarenta años, Laurent Binet pertenece a la generación de los nietos. Hablo de los nietos de aquellos hombres y mujeres a los que les tocó vivir las vertiginosas décadas de los treinta y los cuarenta del pasado siglo. Se nota. HHhH es la crónica de la operación orquestada por la Resistencia checa y la inteligencia británica para eliminar al “hombre más peligroso de Alemania”; la historia de los dos paracaidistas checos que asesinaron a Heydrich en las calles de Praga; también la de los cientos de habitantes de la aldea de Lidice ejecutados por las SS como represalia por su muerte. Hasta ahí, todo sería relativamente normal. 
Otra novela sobre los nazis o sobre la Guerra Civil Española o sobre la Segunda Guerra Mundial. Una más de las muchas que se editan, casi a diario, inspiradas en aquellos años. Pero Binet es mucho Binet (y eso que, hasta donde yo sé, esta es su primera novela) y, con un estilo deliberadamente desenfadado, se ha empeñado, no en fabricar una obra de rápido consumo y fácil olvido, sino un verdadero desafío de carácter ético acerca de la relevancia del estudio del pasado y su utilidad a la hora de encarar el futuro con ciertas garantías de éxito. En la consecución de ese empeño, ha optado por adoptar un punto de vista bastante peculiar: desnudar en público al escritor y mostrar a los lectores sus vergüenzas. Digamos que ha elegido desdeñar los habituales mecanismos de narración del pasado, quitar a la historia cualquier adorno y afrontar en toda su desnudez los hechos narrados. Solo si nos despojamos de nuestros pesados ropajes podremos disfrutar de un baño provechoso en las aguas transparentes de la Historia, parece decirnos un, en ocasiones, cínico Binet. Esa línea de crítica a la propia tarea del escritor, la búsqueda de los hechos históricos abjurando de los trucos habituales en un narrador, se convierte en un segundo argumento de la novela que, a la postre, resulta casi tan apasionante como el relato de la vida y muerte de Heydrich. La conclusión es clara: No es necesario adornar el pasado para encontrar en él lo que andamos buscando. Debemos conformarnos con verlo tal cual fue. Con ello basta para sacar conclusiones.
Recomiendo la lectura de este libro por cinco razones. 1- Es muy entretenido y ameno y se lee con suma facilidad y placer, lo cual ya es mucho decir. 2- Nos habla de una época que no debemos olvidar y de un personaje que conviene conocer. 3- Propone una perspectiva acerca de la llamada “memoria histórica” con la que estoy totalmente de acuerdo. 4- Huye de ese “ñoñismo” con el que escritores y cineastas españoles suelen tratar sus obras relativas al pasado reciente. 5- Nos permite asistir al nacimiento de una brillante carrera literaria. Porque, si algo tengo claro después de leer HHhH, es que Laurent Binet nos proporcionará excelentes tardes en el futuro.
Jesús Cirac
