Noemí Sánchez Carceller. “Siempre voy a estar rodeada de libros”

 

Noemí es de Caspe y vive en Zaragoza. Lleva ocho años trabajando en la Librería General y esta misma semana le ha tocado acaparar un poco de ese protagonismo que tan poco le gusta formando parte del jurado del Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza. Hasta le ha tocado comparecer delante de los medios. Noemí es todo nervio y no para de sonreír. Lo mira todo desde detrás de sus gafas. Charlamos durante un par de horas de algo que a los dos nos gusta mucho: los libros. Coincidimos y disentimos. Nos acercan algunos autores y nos separan otros. A veces yo soy cruel y ella matiza mis juicios. Me gusta mucho hablar de libros y las dos horas se me hacen muy cortas. Noemí es lista, yo no era cliente de la Librería General y ahora voy a tener que serlo. La cuestión es la siguiente: ¿Seré capaz de aceptar sus recomendaciones?

 

¿Cómo surge lo de ser jurado en un galardón tan prestigioso como el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza? Fue una propuesta del escritor y periodista Juan Bolea a la Librería General. Me lo propusieron y me pareció una gran oportunidad. El jurado está integrado por seis miembros. Juan Bolea pensó este año en nuestra librería para representar al sector librero en el jurado.

¿Quiénes formabais parte de él? Javier Negrete, Fernando Martínez Lainez, María Pilar Queralt del Hierro, Francisco Reina, que fue el ganador del año pasado, el propio Juan Bolea y yo.

¿Cuántas obras concurrían al concurso? Cuarenta y una novelas.

¿Has tenido que leerlas todas? Recibimos las novelas a principios de marzo, con lo que hemos tenido apenas dos meses para leer. El principal problema era decidir por dónde empezar. Juan Bolea me recomendó que las empezase todas y que leyese al menos cien o doscientas páginas antes de decidir seguir adelante o no. Un método de descarte que me funcionó si la novela no me enganchaba o no poseía una calidad narrativa media. Lo que ocurre es que, por mi trabajo, yo ya había leído muchas de las novelas que concurrían al certamen así que no he tenido mucho problema. De las cuarenta y una he terminado unas treinta y he dejado sin terminar unas diez u once.

¿Qué has hecho luego con tantos libros? ¿Te los has podido quedar al menos o has tenido que devolverlos? Me los he podido quedar, nos los regalan creo, si no que vengan a casa con una carretilla.

El vencedor del premio ha sido el cubano Leonardo Padura con su novela “Herejes” editada por Tusquets, otra historia del detective Mario Conde ¿Era tu preferida? Pues sí, estaba entre mis dos preferidas. Aunque la decisión ha estado muy reñida y no hemos llegado a la unanimidad. Ha sido complicado porque todos teníamos nuestras preferencias y nos ha costado ponernos de acuerdo. Este año se ha dado el premio por mayoría porque este es un premio muy prestigioso y el nivel de las novelas era muy alto. Por eso creo que es el año que más menciones se han hecho a las finalistas: «La casa de los dioses de alabastro» de Magdalena Lasala una novela preciosa sobre la Zaragoza renacentista, «Ronin» de Francisco Narla, una historia de aventuras sobre una expedición de samuráis que llega a España en 1614 y «París» de Rutherfurd la historia de la ciudad a través de diferentes familias.

¿Qué criterio has seguido tú a la hora de decidir que esa novela en concreto y no otra merecía el premio? Juan Bolea me dijo que fuera siempre honesta. A este premio se presentan novelas históricas publicadas el año anterior y se conocen los nombres de los autores. He leído alguna de las novelas de la serie de Mario Conde y me encantó “El hombre que amaba los perros”, como «Assur » de Narla, «Londres», «Nueva York» de Rutherfurd y «Zaida» o»La cortesana de Taifas» de Lasala pero a la hora de decidirme lo que me ha impulsado es que se valoraba la novela presentada y no la trayectoria o la obra pasada. La ganadora, además de poseer gran calidad narrativa, para mi debía ser capaz de impactar en el público, en un público amplio, de diversas edades y gustos.

¿Cómo funciona el jurado de un premio literario? Durante este tiempo nos hemos comunicado a través de correos electrónicos. Una vez leíamos todas las obras, enviábamos una preselección de favoritas. No había un número máximo o mínimo. Se trata de un listado con las novelas que nos han gustado más. Con esa preselección enviada, lo que hicimos fue reunirnos todos. A los seis se sumó una representación del Ayuntamiento de Zaragoza, dos personas de perfil técnico, y Antonio Mostalac que es el Jefe de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento. Empieza entonces una larga discusión entre los miembros del jurado dirigida a ir descartando libros. Se defiende los favoritos  y se critican a los de los otros, la verdad es que había pros y contras en todas las obras. Con esa criba realizada, se inicia otro debate en el que, de seis o siete candidatos quedan al final solo tres. Y luego lo mismo, otra discusión, hasta conseguir por voto secreto que solo quede uno. Me repito, pero este año la decisión ha sido por mayoría no por unanimidad.

¿Cuáles son los valores que destacas en la novela ganadora?Ya conocía la serie de novelas protagonizadas por Mario Conde. Son novelas policiacas, de género, pero en este caso la novela policiaca se remite muy bien a una época histórica, a Amsterdam, a Rembrandt, al mundo del arte, al éxodo judío y todo ello mezclándolo muy bien con la Cuba contemporánea. Ha sobresalido, sin más.

¿Tendrás ocasión de saludar a Padura? Sí, viene a Zaragoza el día veintiocho de mayo a recoger el premio y espero conocerle.

¿Cómo valoras la experiencia? Para mi ha sido un lujazo absoluto. He conocido a autores que, además, vendo en la librería y que mis clientes y yo misma seguimos. Esta oportunidad me ha permitido conocer un poco mejor elfuncionamiento del mundo editorial desde el punto de vista de los autores. Ha sido muy curioso, con ganas de más.

¿Y cómo son en general los autores? Gracias a mi trabajo he podido conocer a muchos. Vienen a las presentaciones que organizamos y eso me permite tratar a muchos. Hay de todo. Los hay que son encantadores y otros que son un poco menos receptivos. Recientemente estuvo Javier Sierra, hace meses tuve la ocasión de conocer a Julia Navarro y me sorprendió mucho, por cercana y sencilla.

¿Has presentado tú a alguno de ellos? En unos días voy a presentar la última novela de Alfonso Mateo Sagasta “El reino de los hombres sin amor”, una novela que también mezcla el género histórico con la trama policial. Un gran autor.

Cuando era más joven leía novela histórica pero he acabado por cogerle mucha manía al género. Recuerdo títulos gloriosos y autores enormes que me han dejado una huella muy grande como lector. Hoy, en cambio, cuando más novela histórica se produce, es cuando menos me apetece leer ese tipo de novelas. ¿No crees que superproducción y banalización son conceptos que suelen ir de la mano o es solo que me hago viejo? Los libros gloriosos siguen dejando esa huella en los lectores, ahora sí se produce mucho y el género se desdibuja un poco, aunque a mi parecer eso hace ampliar el abanico de lectores. El problema quizá sean las modas, cuando se imita algo que ha gustado mucho y se sobrecarga la temática. Por eso la originalidad y la sorpresa hacen que el lector siga. Te has rendido muy pronto, pásate por la librería y algo encontraré que te atrape de nuevo.

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Hablemos de tu trabajo, trabajas en la Librería General de Zaragoza, en el Paseo de la Independencia. Es de suponer que hay algo de vocacional en él. Sí. Yo estudié Biblioteconomía así que mi carrera estaba ya dirigida a los libros. Por otra parte me gusta mucho leer. De siempre. Está claro que me gusta mi trabajo.

¿Cómo se mezcla ese aspecto vocacional de tu trabajo con el mero ejercicio del mismo? En realidad lo que quiero preguntarte es si recomiendas libros a tus clientes. A mí me encantaría poder hacerlo. En la Librería General recomendamos a los clientes, se nos reconoce por eso. A mí me encanta recomendar. El cliente no es tonto y percibe enseguida si el que le está vendiendo un libro es lector o no lo es. Nosotros somos profesionales eintentamos estar al día de lo que vendemos. Yo estoy en la sección de Narrativa, Poesía e Historia y cumplir con esa obligación no me cuesta esfuerzo porque leer es una de las cosas que he hecho toda mi vida y más me gusta. Puedo decir que leo por placer y vendo algo que me gusta.

¿Sigues algún método en concreto a la hora de recomendar un libro? ¿Te dejas influir por cosas como el aspecto personal del cliente? Hago muchas preguntas para saber realmente qué es lo que andan buscando. A una madre que te dice que quiere un libro para su hijo que nunca lee, lo que hago es preguntarle por las cosas que sí le gustan a su hijo e intentar buscar algún libro que tenga que ver con ellas, por ejemplo. Depende mucho del cliente. A veces te dice: “el último que leí fue…” y esa es la clave que yo sigo. Cuando consigo dar con ese libro que sé que le va a gustar me encanta. Y luego vuelven a la librería y te lo dicen. Es algo muy satisfactorio y gratificante.

En tu posición yo haría trampas. Recomendaría siempre los libros que me gustan mucho y nunca los que no me gustan. No me digas que tú no las haces alguna vez. Seguro que hay libros que te gustan más que otros y que, si puedes, acabas recomendando. No creas, hay lectores para todos los gustos y es más la necesidad que tienen ellos que las preferencias que tengas tú, porque quieres acertar en la asesoría y que vuelvan.

No puedo creerte por más que te empeñes. Bueno, cuando coincide el cliente en tus gustos es fantástico.He recomendado muchas veces “La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera, un libro que me leo cada dos años, no hay personaje bueno y siempre salvo a uno distinto. También he recomendado muchas veces “Amado Monstruo” de Javier Tomeo, «La fórmula preferida del profesor» de Yoko Ogawa, “La tienda de los suicidas” de Jean Teulé.

Ese último no lo conozco. Es una novela muy divertida sobre una familia que tiene una tienda de productos para suicidas. Me gustan en general las historias sobre familias desestructuradas que se sobreponen a todo y  de una manera u otra sobreviven.

¿Qué lee una vendedora de libros? Leo de todo, narrativa, novela histórica, policiaca… pero lo que realmente más me gusta es la poesía. Es en lo que más gasto dinero. El último libro que compré que no era de poesía fue “Negro (desde que te fuiste se nota el silencio)” de Jorge Martínez Lucena, que es una no-biografía del escritor aragonés Félix Romeo escrita por alguien que nunca llegó a conocerle y que se lanza a escribirla al ver el efecto que la muerte de Romeo causó en tantos de sus amigos. Un libro muy curioso.

¿Cuáles son tus poetas favoritos? El que más me gusta es Ángel Guinda, me pierde, es un maestro. Me gustan también otros poetas aragoneses como Manuel Vilas, Ángel Gracia o Ángel Petisme. De adolescente leía a Bukowski, Whitman, Yeats… Tengo un montón de ediciones de “Hojas de hierba”. Ahora leo a Joan Margarit, Luis García Montero o Luis Alberto de Cuenca, que me gusta mucho.

¿Y en narrativa con quien te quedas? Me gusta Julia Navarro y también Albert Espinosa porque sus personajes encajan en ese patrón desestructurado que te decía antes. Me gustan libros como “Suite Francesa” de Irene Nemirovsky o “Último encuentro” de Sandor Marai, que deberían popularizarse más aún.

¿Alguien que lee tanto cae también en la tentación de lanzarse a escribir? Escribía de adolescente pero ya no, eso acabó. Hasta me presenté a algún concurso, pero de eso prefiero no hablar.

Te llevo bastantes años y no sé cuál es tu experiencia al respecto pero sí te puedo decir que el Caspe de mi infancia no era el lugar más propicio para iniciarse en el hábito de la lectura. ¿Fue tu caso diferente? Desde pequeña he estado entre libros. Con el dinero de la paga me compraba pocas chucherías y muchos libros. Iba a la Sanz, al Globo… Mis amigos leían y siguen haciéndolo. Pero sobre todo me influyó una profesora del colegio que me dio clases durante varios años y que se llamaba Mercedes Piazuelo, gracias a ella leo e hizo gran calado en mi. Era de esas profesoras que no son solo profesoras. En cualquier caso, ser de pueblo se nota. Hay un dicho que comparto: «los que no tienen pueblo no entienden nada». Valoras cosas que para otros pasan desapercibidas. En Caspe, además, tenemos una biblioteca muy especial de la que fui asidua mientras vivía allí, dotada de fondos únicos, de libros muy valiosos. Esa es una suerte que muy poca gente tiene.

A veces he fantaseado con una novela gótica ambientada en el Caspe de las primeras décadas del siglo XX. Un Caspe misterioso regido por familias poderosas que habitan en grandes palacios construidos en las orillas de los ríos. Con jóvenes seminaristas que abandonan los hábitos para hacerse anarquistas o bandidos, curas rijosos al servicio de los poderosos, calles mal iluminadas y reuniones secretas en las ruinas del Castillo. ¿Lo ves posible o mejor lo dejamos correr? La idea es buena, solo tienes que escribirla, buscarte un distribuidor, que le hagan una gran promoción y no te olvides de que esté muy bien escrita. Tiene que ser redonda que enganche de principio a fin.

¿La irrupción del libro digital, la crisis… Demasiadas amenazas para los libros y para el viejo oficio de librero? Yo no tengo tan claro lo del libro digital. Dudo que se acabe implantando tan masivamente y desaparezca el libro en papel. Lo que está claro es que estamos cambiando. En relación a la crisis, todos estamos afectados por ella, el mundo editorial, las librerías no iban a ser menos, el libro se convierte en artículo de lujo. Pero también tengo claro que el sector se reconvertirá, evolucionará. Los libreros somos capaces de mutar y adaptarnos. Yo tengo esperanza en ello, otra cosa no pero resistir, sobrevivir y luchar son cualidades humanas que no se deben olvidar.

¿No crees que se edita demasiado, que hay demasiados libros en los estantes de las librerías, que elegir a veces resulta demasiado complicado? Para eso estamos los libreros. La oferta es muy amplia y para todos los gustos.

¿Te atreves a darnos el nombre de tres libros o autores que lo vayan a petar este año? Evidentemente Almudena Grandes con su tercera entrega de «Episodios de una guerra interminable – Las tres bodas de Manolita», el último de Martínez de Pisón «La buena reputación» y ahora está en auge «La corona de Aragon» de Jose Luis Corral. Las grandes firmas salen sobre todo a partir de Julio y para el último trimestre del año, seguro que alguna de ellas serán best seller.

¿Te ves el resto de tu vida entre libros? No sé. Solo puedo decir que a día de hoy estoy donde quiero estar… En realidad pienso que sí, que siempre voy a estar rodeada de libros, la lectura es uno de mis vicios.

Somos unos clásicos y terminamos siempre de la misma manera. Tendrás que recomendarnos un disco, una peli y un libro si quieres que te dejemos marchar… Adoro una canción de Radiohead, “Creep”. Pelis. “Asesinos Natos” de Stone, «Cosas que nunca te dije dije» de Coixet, o «La princesa Mononoke» de Miyazaki. Megusta mucho el cine. Y libro. De pequeña, recuerdo como primera lectura uno que se titulaba “Los enanos de Mantua” de Gianni Rodari, y mi favorito es «El conde de Montecristo» de Dumas.

Jesús Cirac

 

 

 

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