Carlos Alastuey: «Tengo dos años y medio por delante para explicarme y las cosas se acabarán sabiendo.»

 

Lo Siento, Carlos, pero voy a tener que preguntarte por… Pregunta lo que quieras, yo te prometo que te contestaré con sinceridad.

Supongo que sabes que, a la luz de lo ocurrido recientemente, en esta película te toca ser el malo. No me considero el malo de la película. Llevo veinticinco años en política, desde la legislatura del 1995-1999 en que entré en el Gobierno municipal de la mano del PAR. Yo concibo la política más como transición que como ruptura. Romper no es mi criterio pero a veces no queda más remedio…

Háblanos de tu concepción de la política. Yo estoy en política para trabajar y entré en la política local con una idea abierta, no cerrada, de la política. Ten en cuenta que yo llevo ya treinta y seis años en Caspe pero que no crecí aquí. Yo venía de Barcelona. Para mí Caspe era un lugar que tenía ligado al disfrute, a la dulzura de la juventud. Creo que en Caspe hay un político en cada esquina, en cada barra de bar, pero que luego hay poca política, que la gente no se moja, que los políticos luchan por sus partidos pero no por Caspe, por la ciudad, que Caspe para mí es ciudad. Caspe es una plaza importante a nivel político en Aragón pero tiene poca presencia, sus políticos locales no tienen influencia en la política aragonesa. Florencio Repollés padre fue un buen político, que se movía mucho, que estaba en el candelero y eso Caspe lo notó, se hizo la Residencia, el parque de bomberos… pero luego hemos ido a menos. Yo siempre he hecho cosas por mi ciudad, gratis. He estado en la cofradía, en el fútbol sala… mi conciencia social está muy tranquila.

Citas mucho a Caspe. Es que Caspe es mi sitio. Aquí están mi familia, mis hijas. Yo quiero trabajar por Caspe y eso es lo que he hecho siempre. Ya en aquella primera vez que estuve en el gobierno municipal planteé un cuerpo de gestión en política social que aún funciona. Cuando decidí meterme en política me dije ¿por qué Caspe no?

Volviendo al principio, la realidad es que esas buenas intenciones pueden chocar con la percepción que probablemente muchos ciudadanos tengan de la moción de censura planteada al equipo de gobierno socialista y del rol que tu partido ha podido desempeñar en el desarrollo de la misma. Quizá sea conveniente que te expliques, sobre todo porque tu papel al frente de la Comarca también ha sido objeto de duras controversias principalmente por el tema de los sueldos. Tengo dos años y medio por delante para explicarme y las cosas se acabarán sabiendo. Lo que puedo decirte es que no ha sido el PAR el que ha incumplido los pactos. Esos pactos que en estos días se han enseñado por ahí para intentar demostrar que hemos sido nosotros los que hemos incumplido…

¿No ha sido así? En absoluto. Si recuerdas ya en la anterior legislatura, el PSOE incumplió el pacto que había suscrito con el PAR y en consecuencia yo salí del equipo de gobierno. El PSOE pactó enseguida con el CPC y a los siete meses me plantearon una moción de censura en la comarca que yo presidía como consecuencia del pacto. Se ha hablado mucho del tema de que yo haya estado cobrando sueldo en la comarca sin haber renunciado a mi puesto de trabajo pero todo tiene una explicación.

¿Cuál? En la anterior legislatura yo acepté la presidencia de la comarca con el sueldo que llevaba aparejado y renuncié a mi puesto de trabajo. Entré en lo que en la Administración se llama “servicios especiales”. Al tener que dejar la presidencia como consecuencia de la moción de censura que me planteó el PSOE lo que me pasó es que me quedé sin el sueldo de la comarca pero también sin el de mi trabajo durante ocho meses, hasta que me reincorporé del todo. Al renunciar a mi puesto, yo era director del centro, y perdí la dirección que ya no pude recuperar al reincorporarme.

¿Por eso no has querido renunciar a tu puesto de trabajo en esta segunda ocasión? Claro que no. No podía arriesgarme a que me pasara lo mismo y quedarme sin cobrar. Yo tengo una familia. Y fíjate que el presidente que me sustituyó se puso el mismo sueldo que yo cobraba pero solo con una dedicación de veinte horas, mientras que la mía era total.

Percibo muchas ganas de justificarte en este tema. Es que me han atacado mucho con lo de los sueldos y no ha sido justo.

En cualquier caso, continúas al frente de la comarca, con los mismos socios que en el Ayuntamiento, ¿no crees que lo elegante hubiera sido dimitir? No, ¿Por qué?

Pues porque tu condición de presidente derivaba de un pacto que la moción de censura en el Ayuntamiento ha echado por tierra. Insisto, hubiera sido más elegante dimitir y, acto seguido, volver a ser elegido con los nuevos apoyos. De la manera en que se han sucedido los acontecimientos lo que puede parecer es que aceptas el pacto con el PSOE a beneficio de inventario, es decir, solo en lo que te beneficia. No. Yo soy el presidente de la comarca y mi obligación como tal es constituir gobiernos y garantizar la acción de gobierno. No ha habido ninguna moción de censura en mi contra. Uno dimite cuando ha hecho algo mal pero no por romper un pacto con un partido

Ya, pero me estoy refiriendo al terreno de los signos, de los gestos, tan importantes en política, como tú bien sabes. Yo no dimito, lo que hago es obtener otros apoyos y seguir con lo que se venía haciendo. Repito, no he hecho nada mal, he cumplido todo el pacto con PSOE y CHA en la comarca. Hemos impulsado el acotado del Mar de Aragón, el encuentro de “lignum crucis”, el arreglo de la capilla de la Vera Cruz, el encuentro de escritores aragoneses con José Luis Corral con quien he llegado a desarrollar una buena relación y que ha sido todo un éxito…

En ese terreno de los gestos lo que sí has hecho ha sido renunciar al sueldo de presidente de la Comarca. Puede resultar extraño que, habiendo soportado críticas tan duras al respecto, incluso de tus actuales socios municipales y comarcales, cedas ahora en ese aspecto hasta ahora tan relevante en tu gestión sin ninguna contraprestación a cambio. El asunto del sueldo no venía tanto de discutir el del presidente como los otros dos sueldos que se habían fijado en el pacto. En concreto el del vicepresidente primero, del PSOE, y el de la vicepresidenta cuarta, a quien existía el compromiso de pagarle un sueldo para compensarle por haber tenido que dejar su puesto de trabajo de funcionaria por una cuestión de incompatibilidad legal. Si he renunciado ahora al sueldo es por la presión social, es un gesto de cara a la gente para que vean que lo que me mueve no es el dinero. 

¿No crees que ante ese gesto de generosidad que antes te negabas a tener, los malpensados puedan sospechar que ese sueldo al que renuncias pueda ser compensado de cualquier otra manera? (risas) Eres el único que ha retorcido tanto la cosa. Nadie me ha comentado nada parecido.

Siento ser tan retorcido, disculpa. No pasa nada. La verdad es que yo he intentado mantener el tema de la comarca fuera del acuerdo con CPC y PP para la moción de censura. No hablamos de la comarca mientras preparábamos la moción, lo que pasa es que el PSOE caspolino me amenaza con apearme de la presidencia de la comarca si sale adelante la moción y yo lo que hago es buscar una salida a la gobernabilidad de la comarca con los partidos con los que acabo de pactar un acuerdo para el ayuntamiento. Esas presiones del PSOE son solo de la agrupación local de Caspe, yo intento negociar con gente del PSOE de otros pueblos y entienden perfectamente mi postura. Me consta que algunos de ellos colaborarán con el nuevo equipo de gobierno comarcal. De todas formas, ya hemos empezado mejor en la comarca. Antes había cinco consejeros del PSOE, dos de CHA y dos de PAR y ahora hay tres por cada fuerza política, PAR, CPC y PP. Antes había cuatro vicepresidentes, dos de PSOE, uno de CHA y otro de PAR y ahora cada fuerza política tiene uno.

Lo que está claro es que cualquier movimiento que se produzca en el ayuntamiento caspolino acaba repercutiendo en nuestros vecinos por más que ellos no tengan nada que ver en ello ¿No crees que los habitantes del resto de los pueblos de la comarca tienen motivos para odiarnos? Como yo digo siempre, cuando Caspe estornuda, la comarca se resfría, aunque creo que no debería ser así…

¿Realmente plantear una moción de censura era la única salida para la gobernabilidad del ayuntamiento? ¿No había alternativa? No. La situación era insostenible. Gobernaban por Decreto y Comisión de Gobierno. Había una total inactividad. Lo peor de todo es que no contaban para nada ni con la oposición ni con nosotros que éramos sus socios. Así no se podía seguir.

Te has referido antes al acuerdo de legislatura firmado en su día con el PSOE y afirmas que el PSOE lo incumplió. La verdad es que, después de la mala experiencia con Teresa Francín, yo ya no tenía que haber pactado con el PSOE tampoco en esta legislatura pero mi partido y el PSOE formalizaron un pacto que estaba más allá de la política local, se planteó a nivel de Zaragoza, concretamente Javier Lambán por el PSOE y Pepe Sanmiguel por el PAR. A raíz de eso yo me esforcé para que Florencio fuera no solo alcalde sino también diputado provincial que era la consecuencia de ello. En el pacto introduje dos puntos, el dos y el cuatro, en el que hablaba de la gobernabilidad de “ambas instituciones”, no de la comarca o el ayuntamiento, sino de las dos. Eso ellos no lo han cumplido.

¿Por qué? Pues porque a nivel de ayuntamiento nosotros pedimos varias cosas que no se nos concedieron.

¿Qué pedisteis? Pedimos estar en la Comisión de Gobierno y que mi compañera fuera teniente de alcalde. También pedimos las delegaciones que tuvieran que ver con las competencias de Arturo Aliaga como consejero, concretamente Industria y Tecnología. Pero esto no se ha llegado a cumplir nunca, nunca han cumplido lo pactado.

Bueno, una parte sí: tú has sido presidente de la comarca gracias a los apoyos del PSOE. Pero acuérdate que en el pacto hablábamos de “ambas instituciones” no de una. Cumplieron en la comarca pero incumplieron en el ayuntamiento.

Ahora que han pasado ya unas semanas y con algo de perspectiva, ¿no se te ocurre pensar que, más allá de las razones que os acompañasen a la hora de presentar la moción, fallasteis en algo tan importante como la comunicación? La decisión de presentar la moción fue precipitada. La tomamos y decidimos ponerla en práctica enseguida. El ciudadano tiene derecho a saber y lo sabrá todo. No somos una coalición sino un conjunto. Como ya te he dicho quedan dos años y medio por delante y la gente ya irá conociendo a fondo nuestras razones.

Respecto a esto, yo destacaría dos cosas. Una, que quizá se hubiera entendido mejor vuestra postura si Javier y tú hubierais dado la cara a la hora de explicar un momento tan anómalo en lugar de ceder el protagonismo a vuestras compañeras, a todas luces menos experimentadas en esos menesteres que vosotros. Y dos, que en el momento en el que, habiéndose aprobado la moción, la nueva alcaldesa tomó la palabra fue un error imperdonable en un político malgastar ese instante de gloria vapuleando al que acaba de perder a costa de algo tan banal como el tiempo de su intervención en lugar de invertirlo en explicarse, desarrollar el programa a seguir y mostrarse generoso. Estas dos cosas son de manual. Pero es que lo de la llamada de Florencio fue real. La noche de antes llamó a los tres portavoces para pedir discreción y cortedad en la exposición de motivos y luego es él el primero en incumplir lo que pidió a los demás…

Ya, pero eso, si me lo permites, en el fondo no deja de ser una chorrada. Nosotros hemos venido al ayuntamiento a hacer política respetuosa y a llegar a compromisos y acuerdos. Este nuevo equipo ha tendido la mano a PSOE y CHA ofreciéndoles tareas de gobierno y son ellos los que han dicho que no…

Es sabido que Javier Sagarra y tú no manteníais una buena relación, ¿habéis solucionado eso? Javier y yo hemos aclarado nuestras diferencias y ahora toca demostrar que somos capaces de comprometernos. El año pasado fue el de la celebración del Sexto Centenario del Compromiso, tenemos que demostrar que el Compromiso no fue solo una cosa del pasado y que los caspolinos somos capaces de comprometernos. Ahora toca compartir y trabajar juntos.

Ya, pero insisto, todos esos detalles no suelen pasarles desapercibidos a los ciudadanos… Mi relación ahora con Javier es aceptable. Las hemos tenido en su momento por temas políticos. Seguramente el habrá pensado que en algunos momentos le perjudiqué con mis pactos dificultándole el acceso a la alcaldía cuando la suya había sido la fuerza más votada. Tenía resquemor, pero hablando se entiende la gente. Si de esto sale algo positivo, ya se verá… Además, tenemos que empezar a aceptar que una cosa es lo personal y otra lo político, tenemos que dejarnos de los temas personales cuando estamos en política

Resulta inevitable pensar que, dentro de esos dos años y medio de los que hablabas, cuando toque volver a comparecer ante los votantes, los tres partidos que formáis el gobierno local tendréis que competir por el mismo, o parecido, espacio electoral. Es decir, ahora os toca ser amigos para sacar adelante el proyecto que habéis fraguado con este pacto pero tampoco podéis serlo demasiado porque en el medio plazo tendréis que pelearos entre vosotros por el voto de centro derecha caspolino. Igual te llevas sorpresas…

¿Qué insinúas? Esta es una amistad que puede ser muy duradera si tiene los cimientos bien plantados. Personalmente tengo el tiempo suficiente para demostrar que he hecho lo correcto, algo positivo para Caspe y si no lo consigo pues bueno… ahora, también pido a los ciudadanos que sepan reconocer las cosas buenas que hagamos. ¿Hay algo fácil en Caspe? Si se consolida una buena gestión municipal, la cosa puede tener futuro y si haber hecho tanto ruido sirve como revulsivo para que la gente se implique y tome partido, pues habrá merecido la pena. 

Ya estáis en el gobierno y partís de una situación que tacháis de insostenible. En estos días hemos escuchado mucho ruido pero pocas formulaciones de programa, ¿qué tenéis pensado para mejorar Caspe? Acabamos de aterrizar, tenemos que conjuntarnos, compartir responsabilidades. Tenemos que trabajar sobre un reparto escrupuloso y sobre el trabajo en común. Lo peor del PSOE en la política local ha sido, sin duda, su clientelismo, su voto cautivo, y al mismo tiempo su incumplimiento constante de las promesas electorales. No podemos tener a tanta gente trabajando para el ayuntamiento, no podemos tener una brigada municipal con casi doscientas personas. No se puede hacer política del estómago agradecido. No podemos tener dos millones de euros en recibos impagados. No podemos permitirnos perder dos millones de euros y no pagar a proveedores. Tenemos que poner en marcha una oficina virtual que permita al ciudadano hacer un seguimiento de sus expedientes dentro del ayuntamiento. Eso es algo que se puede hacer pero que no se ha hecho.

¿Planteareis cambios drásticos en materia de personal?  Evidentemente habrá cambios en el organigrama municipal. Eso es lógico. En los puestos de confianza tendremos que poner a gente de nuestra confianza… eso es normal.

Tú te vas a responsabilizar del área de servicios sociales. Así es.

Supongo que estaremos de acuerdo en que uno de los mayores problemas que arrostra Caspe es el de la inmigración. Llevamos ya muchos años con una fuerte presencia de extranjeros en nuestro territorio y la sensación que yo tengo es que se ha hecho muy poco para poner orden es ese asunto. El principal problema es que no hay dinero para nada y sin dinero poco se puede hacer. El problema es difícil de entender para la mayoría de la gente. Caspe fue un crisol de culturas a lo largo de su historia y a mí me fastidiaría que hoy hubiera sectarismo. Creo que los inmigrantes deben conocer las costumbres de Caspe. Deben conocer cuál es el comportamiento a seguir en general, cuales son las normas de civismo…Ya hemos hecho unas guías  con reglas básicas de comportamiento ciudadano. Tenemos gente de más de setenta nacionalidades.

¿Pero, no crees que no es un problema que se pueda solucionar con guías o consejos? Los inmigrantes utilizan masivamente el espacio público porque carecen de espacios privados adecuados, quizá habría que plantearse desarrollar infraestructuras para esos colectivos, hablo de centros cívicos… Ya hay centros cívicos en Caspe. Si lo que planteas es hacer centros cívicos específicos para los inmigrantes, te diré que no seré yo quien los impulse. No podemos crear guetos, somos todos iguales y tenemos que convivir todos juntos. Hay que darles opciones. Lo que ocurre es que no hemos querido reconocer en todos estos años que, efectivamente, ha habido problemas de convivencia.

¿Qué habéis planteado para conseguir que el polígono industrial se consolide y deje de ser el desierto que hoy es? Lo que es absurdo es que una infraestructura tan importante para el desarrollo local sea gestionada por el Instituto de Suelo y Vivienda de Aragón. En Caspe, en general, hemos padecido una desidia que ha impedido que se establecieran nuevas empresas. Tendría que haber existido algo parecido al Plan Miner para las industrias textiles o para las almazaras de aceite.

¿Realmente crees que el turismo religioso puede ser un revulsivo económico para Caspe? Yo creo en él. Hemos retomado la tradición de la Vera Cruz y empezamos a andar, queda mucho por hacer pero, de hecho, ya van viniendo autobuses.

Pero el turismo religioso se rige por reglas muy claras que resulta muy difícil improvisar. Hablo de fenómenos sobrenaturales como apariciones o curaciones milagrosas, tradiciones muchas veces milenarias, testimonios literarios, tradiciones festivas singulares como peregrinaciones o romerías, apoyo expreso de la jerarquía religiosa en forma de bulas o jubileos… yo no veo que nada de eso se dé en Caspe. Como te digo, falta mucho pero hemos echado a andar y lo más importante es que están pasando cosas. Se va a formalizar una red de “lignum crucis”, el arzobispo Ureña apoya la iniciativa, Monseñor Carles, el que fuera arzobispo de Barcelona, va a ser pregonero de la Semana Santa porque está encantado con nosotros y el párroco, Sergio, está ayudando mucho para conseguirlo. Es difícil pero estamos dando los pasos previos.

Hablando de la Iglesia católica se me ocurre que uno de los principales problemas de los partidos políticos hoy en España es precisamente el de la “falta de vocaciones”. Es un hecho que tenéis graves dificultades para confeccionar listas electorales atractivas y eso es algo especialmente evidente en la política caspolina. ¿Cómo afecta este fenómeno al PAR? Puedo decir que el PAR caspolino tiene caldo de cultivo. Hay gente joven, preparada y responsable. De los veinticuatro años a los treinta hay unos catorce miembros con ganas y te diré que me he sentido muy apoyado por los jóvenes del partido.

Parece claro que la tuya es una apuesta de máximos, de “todo o nada”. Parece difícil que, después de la moción de censura, vuelvas a transitar por determinados caminos que en otras ocasiones transitaste sin problema. Hay que cambiarlo todo. Después de treinta años de democracia las cosas siguen igual que siempre. Nada ha cambiado en Caspe. Hay que acabar con las divisiones, con el sectarismo, con pensar en que el otro es mi enemigo. Estamos para sumar y trabajar juntos. Ojalá el acuerdo alcanzado sirva de acicate, de revulsivo, incluso para el PSOE. Si solo sirviera para eso ya habría merecido la pena.

Terminamos siempre nuestras entrevistas con tres recomendaciones. Libro, peli y disco. Mi libro favorito de siempre es “El viejo y el mar” de Hemingway. Película: “Alguien voló sobre el nido del cuco”. Disco: Yo siempre he sido muy fan de los Beatles y, entre los diecisiete y los veinte años escuchaba mucho a Víctor Jara, Quilapayún, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa y gente así… Ten en cuenta que, aquí donde me ves, yo también he corrido delante de los grises.

Jesús Cirac

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