El Somatén: cuando los vientos fascistas llegaron a España (y también soplaron en Caspe)

Tras el fin de la Primera Guerra Mundial los viejos sistemas parlamentarios entraron en crisis. En aquella Europa de entreguerras triunfaban apuestas más innovadoras. Bien es verdad que las centenarias democracias francesa y británica, no sin dificultades, resistieron. Pero las soluciones autoritarias, nacionalistas, profundamente conservadoras, fueron las que ganaron peso en buena parte de aquella Europa empantanada en una grave crisis política, social, económica, e incluso ideológica que azotaba el continente durante la posguerra mundial.  Porque a pesar de la aureola de éxito de la revolución bolchevique de 1917 en la URSS -y su propagación entre 1919 y 1922 espoleada por la III Internacional que promovía la extensión de la lucha para instaurar repúblicas de soviets-, las fórmulas que verdaderamente se impusieron en el viejo continente fueron las radical conservadoras, las de extrema derecha. Fue el apogeo de los regímenes autoritarios capaces de canalizar las frustraciones nacionalistas, el hastío por la crisis económica y financiera, y poner fin, sin contemplaciones, a la agitación social.

Así sucedió en Italia, cuando en octubre de 1922 el Consejo Nacional Fascista de Mussolini organizó la marcha sobre Roma como preámbulo de su llegada al poder. O en Alemania en noviembre de 1923, momento en el que el partido de Hitler intentó por primera vez copar el poder mediante un golpe de Estado. Otro tanto ocurrió en Portugal en mayo de 1926, cuando una militarada puso punto y final al demoliberalismo republicano. El patrón se repetiría en Polonia, Grecia, Hungría, Austria, Rumanía, Bulgaría, Yugoslavia o los estados bálticos, todas ellas respuestas contrarrevolucionarias al sistema.

Estos regímenes nacidos a la sombra del fascismo se sustentaron, en la mayoría de los casos, en partidos únicos. Desde los más extremistas como el Nacional-Sociaista alemán, a ejemplos más templados como la Unión Nacional portuguesa. Otras herramientas de sustento de aquellos regímenes –a veces integradas en la estructura de los partidos únicos- fueron las plataformas cívicas, grupos pseudo militares como fue el Somatén español.

El apogeo del Somatén

El 13 de septiembre de 1923 Miguel Primo de Rivera se levantaba en armas. La crisis económica, las revueltas sociales, y la incapacidad del régimen democrático para poner solución a los graves problemas del protectorado marroquí fueron los detonantes. El capitán general de Cataluña se alzó para “atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que libertarla de los profesionales de la política”.

Caspe, patio de los Franciscanos. Milicia urbana. Año ¿?

El militar jerezano viajó de Barcelona a Madrid pasando por Caspe, como ya nos contó mi compañero Jesús Cirac en el 90º aniversario de los hechos (http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/13-de-septiembre-de-1923-primera-visita-del-general-miguel-primo-de-rivera-a-caspe/). Su viaje a la capital de España tuvo el objetivo de recibir del rey el encargo de formar gobierno. Establecido sin apenas oposición, muy pronto el nuevo régimen quiso institucionalizarse a través de varios sostenes. Uno de ellos fue el Somatén, que en sus orígenes fue una milicia ciudadana, paramilitar, nacida en la Cataluña medieval.

Esta institución paramilitar había recobrado bríos en los años anteriores a la dictadura de Primo de Rivera debido a la violencia del pistolerismo –con epicentro en Barcelona- en el marco de la lucha a muerte entre la patronal y los obreros. Tras el triunfo del golpe, por el Real Decreto de 17-9-1923 el Somatén se extendió a toda la comunidad y luego al país entero. Pronto sus integrantes se contarían por decenas de miles (casi 200.000 españoles eran somatenistas en 1928). Sin embargo, su importancia real fue poco significativa y, en realidad, ejercieron poco más que labores secundarias de vigilancia y policiales. En palabras de Ángeles Egido (2011: 23) el Somatén no era capaz de soportar la comparación con el fascismo italiano. Sin embargo, podría decirse que el Somatén fue una especie de ensayo general para el falangismo que habría de imponerse una década después. El Somatén no se entiende sin los desfiles, los actos de glorificación de la patria y la bandera, y de él formaron parte “personas honradas para sembrar ideas buenas y extirpar las malas” que se dedicaron a “trabajar con fe y amor contra las propagandas egoístas, antipatrióticas y disolventes (…)”[1].

Entre sus miembros, como escribió Eloy Fernández Clemente (1995: 229 y 231), encontramos a “varones seducidos por el aire castrense”, que suponían para el Gobierno un apoyo “de tipo fascista”. Los somatenistas del distrito de Caspe, 250 individuos, formarían en el andén de la estación durante la visita a la ciudad de Primo de Rivera, el 21 de marzo de 1926.

Somatén en la estación de Caspe durante la visita de Primo de Rivera en 1926

Funciones y organigrama

Fueron labores de los somatenistas “prevenir con su constante vigilancia la perpetración de faltas y delitos”, y si estos habían llegado a realizarse “coadyuvar con sus investigaciones a la acción de la autoridad judicial”. Al mismo tiempo podían “detener a todo aquél que perturbe el orden público, siempre que reclamen su auxilio las autoridades” y también a quienes “contravengan a las leyes vigentes y bandos de buen gobierno; a los que ataquen la propiedad pública y privada; los prófugos, desertores del Ejército y fugados de las cárceles o presididos; a los que causaren daño en las vías públicas o férreas”.

En su afán de mantener el orden el Somatén fue azote de los calés, pues “los individuos del Somatén, tendrán especial cuidado cuando se presente en su demarcación respectiva alguna cuadrilla de gitanos, ejerciendo sobre ellos exquisita vigilancia para impedir que cometan robos de caballerías, o hurtos de otra especie”[2].

Los resortes del sistema, las fuerzas vivas de la localidad, componían este movimiento cívico paramilitar: miembros de la Guardia Civil, párroco, alcalde, grandes propietarios… aunque también se integraron en él gentes de la clase trabajadora. Para ser somatenista debían haberse cumplido 23 años y estar en posesión de “solvencia moral”. A cambio, podrían usarse armas largas y además, los cabos, subcabos y escoltas de bandera (4 individuos) estaban autorizados a llevar también arma corta.

Aragón era la 5ª Región del Somatén, y la zona de Caspe formaba un partido judicial propio junto a Pina y Belchite. En junio de 1929 el cuerpo paramilitar caspolino contaba con 140 afiliados.

El Somatén en Caspe y su íntima relación con el alzamiento de 1936

Lo que ya parece adivinarse por todo lo expuesto se confirma al conocer varios de los nombres de los somatenistas. Además de alcaldes como Maximiliano Masip -nombrado cabo durante su alcaldía en 1925-, Emilio Tapia Fernández –alcalde de Caspe nada menos que 4 veces- y José Latorre Timoneda -nombrado cabo del Somatén en 1927 sería alcalde de Caspe entre mayo de 1927 y febrero de 1930- varios de aquellos que en los años 20 formaban parte del Somatén acabarán, en julio de 1936, sumándose al golpe de Estado:

-Agustín Cirac Estopañán, subcabo del Somatén, carpintero y ferviente católico, sería asesinado el 27 de julio de 1936.

-Valero Casas, nombrado cabo en 1925, albañil y concejal durante cinco días (20-7 al 25-7), tras la destitución del Ayuntamiento democrático por parte de la Guardia Civil rebelde, acabaría ejecutado el 26 de julio.

-Teodoro Catalán Arpal, subcabo en diciembre de 1927, comerciante, murió fusilado el día 26 de julio.

-Pío Magallón, también somatenista en 1927 y otro de los concejales nombrados arbitrariamente durante los días de control rebelde de Caspe en el 36, fue ejecutado el 5 de agosto.

-En la vecina localidad de Fabara, en 1927, forma parte del Somatén Arturo Latorre Timoneda, un excéntrico personaje que durante la República llegaría a presidir la UGT de Caspe para después asesinar, en el verano de 1935, al alcalde depuesto por orden gubernativa Latorre Blasco, su primo. Puesto en libertad a través de la amnistía del Frente Popular en febrero de 1936, acabaría abrazando el golpe, desempeñando siniestros cometidos durante la guerra, y siendo miembro de Falange durante el franquismo.

-Teodoro Albareda Manguez sería fusilado el 26 de julio de 1936. Desconocemos si formaba parte del Somatén, pero sí lo era del partido Unión Patriótica. En diciembre de 1925 era el representante comarcal del partido de la Dictadura.

Sin embargo, tampoco debemos olvidar que formaron parte del Somatén algunos caspolinos muy poco sospechosos de tendencias conservadoras, como Valentín Blasco, quien llegaría a subcabo somatenista.

Fiesta del 8 de diciembre de 1927

Como prueba del entusiasmo por los fastos en los que no faltaban las bendiciones de bandera, desfiles y demás liturgias, y gracias al tesón investigador de la fabarola Lola Bielsa, podemos aportar el detallado testimonio de algunas de las fiestas que se celebraron en Caspe. Al parecer, la del 8 diciembre de 1927 fue la más importante de las celebradas durante la dictadura primorriverista. El reportaje que transcribimos a continuación -respetando la ortografía original- fue publicado en la revista “Paz y Buena Voluntad” en la edición de febrero de 1928.

ACTOS CELEBRADOS

CASPE

Bendición y entrega de la Bandera del Somatén

“Con gran solemnidad se verificó, el día 8 de diciembre, festividad de la Patrona del Arma de Infantería, la Purísima Concepción, el acto de entregar al Somaten de Caspe la bandera, después de bendecida por la Iglesia. Con este fin se congregaron en la Ciudad del Compromiso, autoridades y comisiones del Somatén de todos los pueblos del partido; constituyendo los actos celebrados el acontecimiento del día, dando a la población el aspecto de las grandes solemnidades. A ello contribuyó el espléndido día, el adorno de los balcones y dos hermosos arcos, levantados en honor del comandante general de Somatenes de la 5ª Región, y gobernador civil de la provincia general Cantón-Salazar. 

LLEGADA DE AUTORIDADES

“En auto llegaron a Caspe, para asistir a la fiesta, el Excmo. señor comandante general de los Somatenes de la 5ª Región, don Arturo Lezcano; su ayudante, comandante señor Díaz; Excmo. señor gobernador civil, general Cantón-Salazar, con sus hijas Conchita y Mercedes, y secretario teniente coronel señor Pinilla ; comandante señor Yanguas; don Emilio Bas, presidente de la Unión Patriótica de Caspe, que ostentaba la representación del jefe principal señor Allué, y comisiones de Somatenes del partido.

LA MISA DE CAMPAÑA

“En el atrio de la histórica iglesia parroquial se había levantado un altar con la imagen de la Purísima, en el que celebró la misa el beneficiado de Caspe don Emilio Catalán. En sillones, situados en el rellano de la escalinata que da acceso a la parroquia, se situaron la madrina, encantadora señorita Antonia Morales, que estaba muy guapa, luciendo la airosa mantilla española, y tenía a sus lados a los generales Cantón-Salazar y Lezcano; cabo de distrito y alcalde de Caspe, don José Latorre; vocal de la comisión organizadora, don Román Comas [Ramón Camas]. 

“En segunda fila se situaron las hijas del gobernador civil, señoritas Conchita y Mercedes, acompañadas de las bellas caspolinas Herminia Centol, Conchita Latorre, Antonia Verdaguer, Aurora Gutiérrez y Pepita Herrera.  En el resto de los bancos se colocaron los concejales, autoridades y demás invitados. Junto al altar se situaron, la bandera de Caspe y las de Nonaspe, Escatrón y Chiprana. Dieron guardia al altar somatenes con armas y los maceros del Ayuntamiento.

“La banda de música de Caspe, que dirige don Gabriel Oliver, interpretó un selecto programa durante la misa. Un enorme gentío llenaba la gran plaza, en cuya entrada se había levantado el arco dedicado al comandante general de Somatenes.

 

LA BENDICIÓN DE LA BANDERA

“Terminada la misa, el cura ecónomo, don Román Morales, revestido de los ornamentos sagrados, procedió a la bendición de la bandera, que es una hermosa obra de arte, confeccionada por las Hermanas de Santa Ana, y costeada por suscripción popular. Después de la bendición, el señor Morales pronunció un hermoso discurso. Saludó a las autoridades provinciales y locales y a las comisiones llegadas de los pueblos del partido. Glosó el lema del Somatén, y cantó las glorias Nacionales, para demostrar la honra que recibe el Somatén al serle entregada la enseña de la Patria. Dirige un saludo a la mujer caspolina, para animarla a imitar a las grandes mujeres españolas, terminando con grandes vivas, que fueron contestados con entusiasmo. La madrina, teniendo la bandera en sus manos lee las siguientes cuartillas: 

«Señores: Es para mí un gran honor, cuyo recuerdo perdurará siempre en mi memoria, la designación para ser madrina de la bandera del Somatén de la ciudad que me vio nacer y en donde se ha deslizado toda mi existencia y que en esta solemne ocasión va a bendecirse. En ella hemos de ver, no tan sólo un pendón de rica tela bordada por manos primorosas pertenecientes a personas virtuosas, sino también el emblema de la Patria querida, simbolizada en los escudos que sobre él campean. Estos escudos son: por un lado, el de la antiquísima, nobilísima y fidelísima Ciudad del Compromiso, con las tres cabezas de reyes moros, que recuerdan la memorable batalla de Alcoraz, donde triunfaron las armas de los cristianos; y, por el otro lado, el de nuestra amada España, madre común. Todos estos emblemas son suficientes para que todos los somatenistas miréis vuestra enseña con el mayor cariño y respeto y estéis dispuestos, en todo momento, a contribuir con vuestro esfuerzo, energías y, si preciso fuera, dando vuestra vida en defensa del orden y de la paz social. En lugar preferente de la bandera se estampa la imagen de la Virgen de Monserrat, como Patrona que es de los Somatenes, lo cual os recordará que para ser buenos somatenistas es necesario ser antes buenos cristianos, y con todos estos ideales reunidos, es como os haréis acreedores a la confianza que en los Somatenes tienen puesta el Rey, el Gobierno y todo el pueblo español. Somatenes: Recibid esta bandera con el mismo entusiasmo que yo siento al entregárosla, y que ella os ampare, proteja y guíe en cl sagrado y patriótico cumplimiento de vuestro deber. ¡Viva el Somatén! ¡Viva Caspe! ¡Viva Aragón! ¡Viva España!»

[En la fotografía de la derecha, posando junto a la bandera, Antonia Morales, hija de D. Camilo Morales y hermana de los futuros alcaldes Fermín y Miguel Morales]

“El comandante general de Somatenes, en nombre del capitán general, y como comandante general, saluda a Caspe, y da las gracias a cuantos han contribuido a la confección de la bandera. Dice que es un honor para el Somatén recibir la bandera de manos de una mujer, y por eso y por ser la enseña de la Patria, obliga a los somatenistas a defenderla como hombres.

“Don Ramón Camas, vocal de la Comisión organizadora del Somaten, saluda a las autoridades y arenga a los somatenes, excitándoles a mantener y defender siempre la paz, que es el lema del Somatén.

“El gobernador civil dice, que el acto que se celebra es algo grande, que conmueve a cuantos sienten amores por la religión, por la familia y por la Patria. Lo mismo que el cristiano se acerca al altar limpio de pecado, debe el somatenista acercarse a su bandera con la conciencia limpia. Todos los oradores fueron ovacionados, y los vivas con que terminaron sus breves discursos fueron contestados por la concurrencia.

 

EL DESFILE

“Terminada la ceremonia de la bendición y entrega de la bandera, en cuyo acto estuvieron presentes los escolares con banderas nacionales, se organizó la comitiva que, precedida por la banda de música, se dirigió al Ayuntamiento, en cuya puerta se situaron la madrina y autoridades, desfilando ante ellos el Somatén, con armas, de todo el partido, con sus jefes y banderines, a los acordes de un alegre pasodoble.

EL BANQUETE

“A la una de la tarde se celebró, en el salón de actos del Ayuntamiento, el banquete en obsequio de las autoridades, al que asistieron unos ciento cincuenta comensales. El salón se hallaba artísticamente adornado, figurando en la presidencia las banderas del Somatén y del Ayuntamiento.

“Presidió la madrina de la bandera, teniendo a sus lados al comandante general y gobernador civil y autoridades. También asistieron las hijas del gobernador y señoritas que acompañaron a la madrina. El banquete fue muy bien servido por el Hotel Oriental, propiedad del somatenista don Pío Magallón. Al champán, el alcalde y cabo de distrito, don José Latorre, ofreció el banquete, y los generales Lezcano y Cantón-Salazar dieron las gracias en sentidas palabras.

“Terminado el banquete, el comandante general, y gobernador  civil , pasaron unos momentos en el teatro, donde se proyectaba la película del viaje de los Reyes a Marruecos, por cuya causa se encontraba en Caspe el ayudante del capitán general, comandante señor Romeo, y teniente Armisén.

“A las cinco, próximamente, marcharon los generales Lezcano y Cantón-Salazar, siendo despedidos por las autoridades y numeroso público. Como resumen de los actos celebrados en Caspe, sólo cabe un elogio, para las autoridades y otro para el capitán auxiliar del partido, don Julián Hermosilla, pues a su celo y entusiastas trabajos se debe, en gran parte, el éxito y brillante organización de la fiesta.

Diciembre, 1927.”.

El propietario y somatenista Ramón Camas Ferrero fue vocal del Somatén. Desde 1924 era diputado provincial.

 

Fiesta del 7 mayo de 1929

En el día señalado, se celebra una nueva fiesta en Caspe, fielmente recogida a través de la crónica del número 62 de la revista mensual:

En la imagen, entre otros, el alcalde (porta el bastón) José Latorre Timoneda. A su izquierda, Ramón Casas.

 “Con el fin de solemnizar la festividad de la patrona de los Somatenes, se reunió el Somatén del Distrito de Caspe presidido por el Vocal Sr, Camas y con asistencia del Auxiliar Militar y clases. Asistió también una representación del Ayuntamiento y todas las autoridades y personas prestigiosas, previamente invitadas por el señor Cabo del Distrito y Alcalde D. José Latorre. Reunidos todos en el Ayuntamiento, desfilaron con la bandera y música municipal a la ermita de la Virgen de Montserrat para oír misa; allí se concentró numeroso público, dando pruebas de la simpatía con que en dicho pueblo se mira a la institución del Somatén, que cuenta con 140 afiliados, gracias al entusiasmo de todos y muy principalmente del de sus jefes D. Ramón Camas y D. José Latorre, que laboran por él con verdadero afán. Asistió también la Madrina señorita Antonia Morales, acompañada de las señoritas Concha Latorre, Antonia Verdaguer, Pilar Herrera y Herminia Centol; esto que ya de por sí contribuyó a dar mayor esplendor al acto, demuestra que la mujer caspolina, dándose cuenta de la importancia de esta Institución, está siempre dispuesta a apoyarla, contribuyendo con su indiscutible influencia y ejemplo a que el ambiente sea tan favorable en esta histórica ciudad del Compromiso. Terminada la misa, desfiló el Somatén acompañado de los invitados y numeroso público, despidiendo la bandera a los acordes de la Marcha Real en la puerta del Ayuntamiento.

“Seguidamente se sirvió un espléndido lunch con el que el Somatén obsequió a los que le habían honrado acompañándole en tan señalado día. D. José Latorre, como Jefe del Somatén local, con sentidas frases dio las gracias a todos los concurrentes, haciendo votos porque estos sentimientos de patriotismo y compañerismo entre todas las clases, aun entre las que hasta ahora han sustentado criterios tan opuestos, sean la base de una verdadera paz social, único medio de que los `pueblos todos y por lo tanto España, alcance su total engrandecimiento.

 Caspe, 7 de Mayo 1929.

 El Comandante Auxiliar, JOSÉ YANGUAS».

A pesar de la magnificencia de sus fastos, lo cierto es que el Somatén nunca alcanzó la importancia que el régimen pretendía. Su actuación durante la Dictadura fue más ruidosa que efectiva y ni siquiera apoyó al dictador cuando se extendieron las protestas en su contra para derrocarle.

Con la llegada de la República el Somatén sería disuelto. Sin embargo, muy pronto las calles del país serían copadas, de nuevo, por milicias armadas de distinto signo político. Reestablecido por los sublevados y disuelto en 1939, sería resucitado por Franco para colaborar en acciones como la búsqueda de guerrilleros –maquis- durante los años 40.

 Amadeo Barceló

 

 

 

Bibliografía:

Avilés Farré, Juan, et. al. Historia Contemporánea de España desde 1923. Dictadura y Democracia, Editorial Ramón Areces, 2011.

Bielsa, Lola, “El Somatén y la “Unión Patriótica” en Fabara y alrededores”, edición a cargo de la autora.

Caballú Albiac, Miguel, “Aproximación al Caspe de los años 20”, Cuadernos de Estudios Caspolinos II, GCC, 1979, pp. 17-30.

De la Torre Gómez, Hipólito, Historia Contemporánea II: 1914-1989, Editorial Ramón Areces, 2014.

Fernández Clemente, Eloy, Gente de Orden. Aragón durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Tomo 1, La política, Ibercaja, 1995.

Revista «Paz y Buena Voluntad», ediciones de abril de 1924, enero de 1927 y junio de 1929.

_____________________________________________________________________________

[1] Paz y Buena Voluntad, edición de abril de 1924.  edición de junio de 1929.

[2] Un ejemplo de las tareas de los somatenistas: en mayo de 1929 Manuel Estopañán Dolader, “con motivo de un asesinato perpetrado recientemente en la partida llamada “La Magdalena”, cooperó eficazmente a la actuación de las autoridades, custodiando durante toda la noche el cadáver y guardando el ganado que quedó en la casa hasta la llegada del Juez municipal. Por su actuación fue muy felicitado por las autoridades y comentada muy favorablemente en público”.

 

Entradas relacionadas

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies