DESDE MI IGNORANCIA (X) – SOBRE PUDIMOS

Hace tiempo, meses, que estuve tentado de escribir, analizar, sobre Podemos. Aunque al final, me pareció todo tan obvio y tan manoseado por la opinión tertuliana y no tertuliana del país, que lo dejé estar. En concreto me refiero a los injustificados ataques a la ausencia del programa de Podemos o, peor aún, a las voces que acusaban a este grupo de no poder cumplir lo que prometían. Para mear y no echar gota.

Que el Partido Popular diga que cualquiera en este país promete algo que no va a cumplir es para, es para… (para, que te pierdes). Ellos que se pasaron el programa electoral por el arco del triunfo y además, lo que es peor, a sabiendas de que lo iban a hacer antes incluso de que se celebrasen las elecciones. En fin.

Y el PSOE, tres cuartos de lo mismo. Y si no que pregunten por Andalucia qué se cumplió del pacto prometido. En fin.

Así que me olvidé de opinar sobre ello, entre otras cosas porque como primera propuesta de ahorro económico, yo propondría la eliminación de los programas electorales. Es un absurdo tanto gastar tiempo en prepararlos como, sobre todo, imprimirlos. El papel mas malempleado del mundo en este país.

Y porque además, me es indiferente lo que puedan prometer. Cuando lleguen al poder, harán lo que puedan. Lo que se pueda. Y no me refiero a arrodillarse frente a poderes oscuros, sino a que los números son los que son, y no es que nuestros gobernantes tengan las manos atadas, sino que tienen un campo de maniobra limitado. Véase Grecia.

Por eso, me es indiferente lo que puedan prometer, porque de los partidos, al igual que de las personas, importan los hechos, y no las palabras. Hablan más de ellos sus manos que sus bocas. Podemos, como los demás, en el fondo transmite una idea y una actitud. Y el voto, hoy en día, va a esa idea y esa actitud. No a un programa electoral de incierto cumplimiento.

Pero soltado todo este rollo, reconozco que yo nunca creí en Podemos como posibilidad real de gobierno. Es fácil afirmar esto con el viento a favor del declive en las encuestas que se está produciendo desde enero. Pero confío, y así lo he dicho bastantes veces, que el papel de Podemos se limitará a alcanzar entre 20 y 40 diputados. Y créanme: eso será bueno para la democracia de este país. Y admito también que quizá sea algo optimista al nombrar 40 diputados. Pablo Iglesias es muy inteligente y un gran estratega. Hace dos sábados fue entrevistado en La Sexta Noche y si en vez de verle y oírle, hubiésemos leído sus respuestas, nos habríamos preguntado qué ministro o ex-ministro era. Porque su discurso ha cambiado radicalmente: parecía uno más, y sus respuestas eran palabras sin respuesta. Discursos vacíos sin concreciones. No solo a mí me lo pareció. Pero es que él ya sabía que el camino a las elecciones se les iba a hacer demasiado largo, que la gente está pensando demasiado y está empezando a hacerse preguntas y buscando respuestas. Y sabía también que estas malditas elecciones autonómicas y locales eran una piedra muy importante en sus zapatos de marca blanca. Y si no se presentase nadie, mejor. Porque luego hay que decidir, y eso no le conviene, porque cualquier decisión nos quitará un puñado de votos, que nos alejará del deseadísimo asalto al cielo.

Creo honestamente, que Podemos, saque el programa que saque, ya ha tocado techo. Y quien sabe si, como en la bolsa, rebotará, pero no superará su listón. De hecho, creo que muchas de las cosas que sucedan a nivel nacional les van a perjudicar. Ya no les beneficia todo, como sucedía en 2014.

Y digo todo esto desde Aragón, donde Podemos sacará uno de los mejores resultados autonómicos. Posiblemente entre los cuatro mejores. Al tiempo.

Y ustedes dirán: ¡qué duro! ¡veinte diputados! Ya. ¿y si veinticinco escaños fuese un buen resultado electoral? ¿Y si las elecciones se ganasen con ciento diez? Al tiempo.

Porque ahora viene el único fin de esta mediocre columna de opinión: creo que Ciudadanos puede ganar las elecciones generales. Y lo digo sin necesidad de contenerme la risa, porque no me la da. Lo creo de verdad y no lo voy a fundamentar porque a día de hoy, ocho de mayo, no tiene ninguna razón. Si obtienen unos resultados moderados en estas autonómicas que no les obliguen, pueden subir sin parar hasta noviembre. Aunque para saber si Ciudadanos puede ganar las elecciones generales, primero debemos conocernos a nosotros mismos. Y para conocernos, nada mejor que ver los resultados del 24 de mayo de Xativa…

Por cierto, me permito decir todas estas tonterías porque no cobro por ello, porque me divierto, porque soy capaz de defender lo contrario con argumentos, porque no soy analista político. Y porque cualquiera opina lo que le viene en gana en este país. Cualquiera.

Daniel Baquer

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