Diluendo: Lo que yo me temía.

 

El pasado viernes dos de noviembre, a la increíble hora de las 2:15 de la madrugada, reloj en mano dio comienzo el concierto de los caspolinos Diluendo.  El abajo firmante se ha encontrado en numerosas ocasiones al otro lado de los eventos, en la organización, es mucho menos crítico de lo que parece y presume de tener la mente cada día un poquico mas abierta.  Se ría quien se ría.  Y es por ello que una vez indicada la hora de comienzo del espectáculo, omitirá comentarios sobre ello.

Y pasó lo que tenía que pasar, lo que yo me temía que pasaría:

– que estos chavales tienen un centenar largo de amigos, pues no se puede calificar de otra manera a los allí presentes.

– que, como esperaba, no sucedió lo peor que podía haber sucedido: el sonido.  El mayor enemigo de los grupos amateurs en el directo es la calidad del sonido.  Y en esta ocasión, desde luego, no falló: era muy, pero que muy aceptable, y tanto la voz como los instrumentos sonaban de manera acompasada.  Ninguno sobresalía por encima de los demás y la voz se encontraba en el volumen justo.  Chapeau para su equipo de sonido y sus equipistas: Fernando y Orecilla, por la parte que les toque.

– y como me temía, ellos también creen que Sonámbulos es su mejor canción, aunque no me lo hayan dicho, ya que con ella cerraron la hora de concierto que nos ofrecieron.

Sinceramente, mereció la pena poderlos disfrutar en directo, un espectáculo con canciones propias y con calidad, sin ningún pero.  Espero no ser el único que piense esto.

Os dejo unas fotos cortesía de Maribel Bondía.  Sin duda a mí no me habrían salido mejor.

Petu

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