Se acordarán ustedes de aquellos magníficos grabados del gran Goya titulados “El sueño de la razón produce monstruos”, pues lo pueden aplicar, tanto el título como el contenido, a la situación actual de esta maltrecha España, que algunos ni siquiera osan nombrar, vergüenza les da llamarse (porque ser, son, aunque no quieran) españoles, herederos de una historia, grande en algunas ocasiones, lamentable en otras, que no quieren reconocer, obnubilados por sueños viejos que soñaron algunos señoritos ociosos del siglo XIX, que, como el diablo, cuando no sabe que hacer, con el rabo mata moscas, no encontraron mejor ocupación que soñar un pasado que no existió, pero lo hicieron con tanta fé, que han legado una nueva Historia para deleite de todos los que, viendo que la Nación no va por buen camino, en vez de buscar otros nuevos hacia el futuro, vuelven sus anhelos y frustraciones hacia el pasado, queriendo reescribir una Historia que no ha sido, pero que ellos están convencidos que será (es una vieja táctica del nazismo: una mentira repetida muchas veces, acaba convirtiéndose en verdad).
Viene esto a cuento del nuevo fenómeno político español: Podemos, que en las elecciones europeas han conseguido un subidón espectacular que ha metido el miedo en el cuerpo de los partidos clásicos que nos han mangoneado durante los últimos treinta años.
Hasta aquí todo bien, ya era hora que populares y socialistas se diesen cuenta que no siempre van a tener la sartén por el mango y de que el sistema que montaron, con la aquiescencia y tutela de las Cortes Franquistas, no sería eterno.
Si tiene remedio la cuestión ya es algo que no está tan claro: los nuevos y flamantes actores de la nueva situación política, que se asoman por las pantallas de los televisores a todas horas, llegan con un corpus ideológico que ya parece viejo antes de empezar a hablar. El radicalismo del que hacían gala antes de saber el estupendo resultado de las elecciones europeas, ya lo van cambiando y edulcorando cada vez que comparecen ante las pantallas amigas. De cómo las gasta esta nueva casta nos pueden hablar los que se adhirieron a la línea del eurodiputado Echenique: la cosa es clarinete, o todo o nada. Y el que no esté de acuerdo, no nos sirve.
Y a Echenique y todas las personas que comulgaban con su línea, les han dejado la nada más absoluta. Estos profesorcillos de universidad ( hay que remolacharse, para constatar en lo que ha quedado aquella fuente de sabiduría) revolucionarios de papel ( de papel moneda, se sobreentiende) ingenieros de almas, han diseñado una hoja de ruta calcada del más rancio maximalismo marxista-leninista; hay que acaparar el poder como sea.
Y no vale cualquier poder: el poder local y autonómico no interesa.
No nos presentamos y santas pascuas. Todo o nada a las elecciones generales.
Las encuestas, de momento les son favorables ( ya lo decía el socarrón Borges: la democracia es un abuso de la estadística), cuando llegue la hora de votar, ya veremos. Puede pasar de todo: desde una gran coalición PP-PSOE, al estilo alemán, si fuese necesario, a cualquier combinación que deje fuera a los Pablemos, ya que parece meridianamente claro que ellos no van a pactar con nadie, su maximalismo (que bonito palabro, tan marxista y tan antiguo, casi tanto como la ideología de Podemos) lo impediría. Quizás con la excepción de IU, a la que parece que más pronto o más tarde acabarán fagocitando y que seguramente acabe no solo pactando, sino aceptando cualquier tipo de OPA que les presente el camarada Iglesias. Que soviético y que viejuno parece este experimento sociológico a que nos someten los camaradas pablemos…
Lo del peligro y el votar, aplíquese a las pasadas elecciones, y las que han de venir. Salud y República. ( debe ser en lo único que estoy de acuerdo con Podemos, lo cortés no quita lo valiente, según dicen)…
Manuel Bordallo.
