De entrada, decir que «Diamantes», el último disco de El Columpio Asesino, lanzado en Febrero de 2011, ha sido elegido el mejor disco del año por Mondosonoro. Lo cual, siendo una referencia válida, hay que explicar: en esa misma lista, «Mapas», de Vetusta Morla, está en el puesto 28. Para Virginia Díaz, de 180 grados (Radio 3 – un programa con un gusto exquisito para la música), el de Vetusta Morla es uno de los cinco mejores discos del año, obviando al Columpio Asesino. Lo cual quiere decir que, si bien es significativo y motivo de brindis encabezar una lista anual, hay tantas listas como listeros y ninguna de ellas se puede apropiar del orden único.
He dicho que el disco salió en Febrero. Puede parecer una crónica a destiempo. No pasa nada. El Columpio ha hecho cuatro discos en más de diez años. Así que cuando leáis esta crónica, todavía faltarán dos años para el siguiente trabajo. Aunque ahora que han cambiado de compañía, igual se dan un poco más de prisa.
En segundo lugar, aviso para curiosos: El Columpio son punkies. Tal y como suena. Parece que en España ya no hay punkies, o que nunca los hubo (excepción honrosa de La Polla, La Banda Trapera del Río, Exkorbuto y quién sabe si los primeros Reincidentes). Pues El Columpio lo son y no lo parecen. Al menos en este disco en el que incluyen sintetizadores y ritmos electrónicos.
Dicho esto, El Columpio se presentó ante mí allá por 2001 con una maqueta que pasó sin pena ni gloria por mi vida. En 2003 sacaron su primer disco homónimo que dejó a las claras su inclasificable estilo que destaca, sin duda, por la falta de estridencias. Rescatamos, por original, esta instrumental Muerte de un trompetista, que indica la simpleza de sus ritmos y el reducido número de acordes.
Que el Columpio, deliberadamente o no, no evoluciona, se demuestra unos años más tarde, con su disco «De mi sangre a tus cuchillas», interesante título que contiene temas como esta Edad Legal, quizá su canción con un corte punkie más clásico. Porque el punk no es estridencia. Es nadar contracorriente. Y eso lo hacen de maravilla El Columpio.
Y ahora, ellos mismos dicen que intentan desnudar las canciones. Hombre, yo me pregunto, si esto es desnudar las canciones ¿qué diantres hace Albert Pla? ¿deconstruye?
Fuera bromas, nos encontramos en «Diamantes» un trabajo espléndido. Perfectamente producido, nos deja un sonido excelente en sus canciones. Canciones que ciertamente se simplifican y misteriosamente no pierden fuerza. Es un disco aproximadamente distinto, al menos a lo que yo me había parado a escuchar hasta ahora. Con unos ritmos más o menos lentos y que no se aceleran deliberadamente en busca del dance, que habría sido el camino fácil, al menos en Perlas, donde la tentación es obvia. Pero estos navarros ya han demostrado que no les gustan los atajos.
Ponen también mucho énfasis en sus letras, que son oscuras, inquietantes como en «Dime que nunca lo has pensado». A veces asustan. O me estoy haciendo viejo. Dan la sensación de ser demasiado complejas, incomprensibles, fuera de la mente del autor.
Sin duda hay un trabajo meticuloso, lo cual es muy de agradecer. Pero (porque casi siempre hay un pero) el disco, desgraciadamente, pierde fuerza a medida que avanza. «MGMT» baja el nivel musical, con una letra notable que mantiene su efectividad.
«Cisne de cristal» es una canción que parece que se desinfla, preludio del ya habitual final instrumental, de significativo nombre en este caso «MDMA», si bien, en mi opinión, no llega al nivel de las instrumentales de discos anteriores.
Para el recuerdo y la reflexión musical las seis primeras canciones. Y aunque parezca que me quito la crítica de encima de un plumazo: todas por igual. Cada una con sus detalles, pero esas seis primeras canciones hacen de este uno de los mejores, sin duda, discos de este año recién terminado.
El Columpio Asesino parece, por fin, música del siglo XXI
Dejo Toro, por el hecho de que tenga vídeo, aunque cualquiera es válida (como Perlas, un acertadísimo inicio de disco)
Petu
