Entrevista con los autores de «Los años de los que no te hablé II»

Manolo Bordallo pregunta a David Rozas por su trabajo «La Central Térmica de Escatrón y las visitas de Franco»:

¿La Térmica y las visitas de Franco marcaron un antes y un después en tu pueblo, me refiero a turismo, inversiones, etc, o por el contrario, se pasaron los fastos y nadie ya se acordó de en qué punto del mapa se ubicaba Escatrón?

La economía del pueblo cambió radicalmente; de agrícola en su totalidad, al 90% industrial. La población también creció de forma brutal debido a la llegada de mano de obra de todos los puntos de la península, especialmente del sur. Desde la puesta en marcha de las tres fases de combustión hasta el declive de la térmica (1953-1970), Escatrón producía el 10% del total de energía eléctrica de España, por lo que era un punto estratégico en cuanto a industria. Después de aquello, los fastos pasaron y la importancia de la villa se diluyó en todos los niveles territoriales.

¿Cómo recuerdan los mayores de Escatrón aquellas dos visitas? ¿Rechazo, cariño, indiferencia?

La primera visita (1953) fue la más sonada, multitudinaria y anecdótica. En general, debido al cambio radical y beneficioso que experimentó el pueblo a corto/medio plazo, la acogida al Caudillo y su séquito fue orquestada con pompa y agasajos y recibida con expectación tanto por los lugareños como por las gentes venidas de todos los puntos de Aragón. Aquellos escatroneros que eran contrarios al régimen y/o habían estado del lado republicano durante la guerra fueron encarcelados en Caspe preventivamente durante los dos días que permaneció Franco en la villa. Ya en la segunda visita (1958) no hubo encarcelamientos ni tanto protocolo.

 

Jesús Cirac pregunta a Juan Antonio Mir, autor de «Las madrinas de guerra de Cretas»:

¿Crees que sigue existiendo en el Bajo Aragón esa vieja prevención, cercana al miedo, a hablar del pasado o que, por el contrario, trabajos como el tuyo han ayudado a ir rompiendo ese muro de silencio y ya se ha conseguido normalizar la situación?

Mi experiencia en este punto con las personas con las que he convivido y que les tocó vivir la guerra civil es, que por su parte, no sale la iniciativa para hablar del tema. Si sale el tema, no se profundiza ni se concreta. Por mi parte, percibes que es un tema en el que no se sienten cómodos. Mi opinión es que ese «muro de silencio del que hablas» ha durado mucho tiempo y se han perdido muchas experiencias que no se han podido contar. Y el tiempo se acaba. Libros como éste, estoy seguro que ayudan a dar pié a que nuestros mayores nos cuenten esas historias de las que no han podido hablar. Aprovechémoslo.

¿Te costó convencer a la familia para que accediera a hacer público todo ese material de carácter privado?

Realmente creo que la reacción de la familia fue primero de sorpresa, pues desconocía la existencia de todo este material. Luego cuando vieron y leyeron el trabajo que preparé en torno a estos documentos se asombraron de descubrir historias que nunca habían escuchado sobre mis tías. Creo que pasado un tiempo, la perspectiva de material privado va perdiendo fuerza y se convierte en material público.

Son dos preguntas por autor pero no me resisto a hacerte una tercera: ¿Realmente tus tías eran tan guapas como muestran las fotos?

Guapas no, lo siguiente. Las tres hermanas, mis dos tías y mi abuela eran muy hermosas por lo que me consta de las fotos y de los recuerdos que me contaron los que pudieron convivir con ellas en la época de su juventud.

 

David Bonastre pregunta a Amadeo Barceló, autor de «Antonio Gascón Latre. Fotos perdidas de 1936»:

La primera pregunta es obvia. ¿Cómo se produce el hallazgo de las fotos que han sido publicadas en el libro en un archivo tan lejano y aparentemente ajeno a la Guerra Civil Española como el Institute of Social History de Ámsterdam? ¿Había pistas sobre el posible paradero de las imágenes o fue un hallazgo casual?

Lo cierto es que fue por pura casualidad. O quizá no. Me explico: Salvador Melguizo fue quien encontró en la web a la que te refieres unas fotos inéditas de Gascón. No las buscaba, pero cuando dedicas horas y horas a rastrear por Internet todo tipo de archivos y fondos, tal y como me consta hace Salvador, pues acaban apareciendo «tesoros».

¿Cómo valoras la importancia de este hallazgo? 

Considerando que se conservan muy pocas fotografías del inicio de la Guerra Civil en Caspe, y sabiendo la intensidad de aquellos días en nuestra ciudad, es indudable que son bastante importantes. Además, otros factores directamente relacionados con las imágenes les dan un valor añadido, como quién fue el autor, Antonio Gascón, el fotógrafo de referencia en Caspe. O que se supiera de la existencia de fotografías tomadas por él y que, hasta ahora, no se hubiera encontrado ninguna. Y, desde luego, lo que las imágenes nos muestran. Serían algo así como fotos de portada.

 

Manolo Bordallo pregunta a José Luis Ledesma, autor de «Mariano Mustieles, el maellano que sobrevivió a su fusilamiento»:

Nos acercas hasta la historia de Mariano Mustieles, un caso excepcional de que según sabemos, hace tiempo que recopilabas información. El tema es una perita en dulce para un escritor pero, en tu caso, siendo también historiador, ¿Cómo has enfocado el trabajo?

He enfocado el trabajo como historiador, como no podría ser y como quizá no sepa hacer de otro modo, pero he tratado de no hacerlo como un relato de historiador al uso. Es decir, he pretendido, no sé si logrado, trascender el estilo que solemos emplear los historiadores, a menudo demasiado «doctoral», serio, formalista y en ocasiones insípido, y he tratado de acercarme a través de Mustieles a la piel concreta y más o menos real de la historia; la historia con minúsculas, de personas anónimas, pero que es en realidad la que de verdad conforma la Historia con mayúscula (mucho más que la de los reyes, batallas y dirigentes políticos). El caso de Mustieles me ofrecía una ocasión que ni pintiparada para ello. El caso de Mustieles, como dices excepcional, pero también todo lo que le rodea. Porque he intentado utilizar su historia para arrojar luz desde abajo sobre las cuestiones y fenómenos más amplios en cuyas coordenadas se sitúa y hace posible e inteligible: la guerra civil, la revolución durante sus primeros meses en la zona republicana, la violencia de los unos y los otros, el castigo a los vencidos por parte de los vencedores al acabar la contienda, las cárceles franquistas, la «justicia militar»…

¿Cuáles han sido tus fuentes?

Como bien dices, llevo tiempo recopilando información sobre Mustieles, y a ello se suman mis investigaciones anteriores y presentes sobre Aragón en general, y el Bajo Aragón en particular, durante la Guerra Civil. Eso supone manejar una amplia panoplia de fuentes. Pero para este concreto texto y el específico caso de Mustieles, creo que el interés del capítulo descansa sobre todo en dos fuentes muy provechosas: por un lado, el relato que el propio Mariano hizo de su increíble peripecia, tal como nos ha llegado a través de la transcripción inédita que hizo de ese relato su paisano Ramón Rufat. Y, por otro, el sumario de la causa militar que se instruyó contra Mustieles (y que le condenó a muerte), con el añadido del expediente que se incoó para buscar las responsabilidades por el hecho de que su fusilamiento no llegara a buen puerto.

 

Óscar Adell pregunta a Renato Simoni, autor de «Nils Lätt. Miliciano y obrero agrícola en la colectividad de Fabara (1937)»:

La asistencia de Brigadistas extranjeros en la Guerra Civil sigue siendo poco conocida. ¿Cómo conociste el caso de Nils? 

1. La Guerra Civil suscitó una enorme movilización a nivel mundial, como en pocos conflictos de la edad contemporánea, si exceptuamos las dos guerras mundiales. Los 35’000 brigadistas llegaron de 50 diferentes naciones: casi 800 desde la pequeña Suiza. En muchos Países el tema está bastante bien estudiado y, en el Tesino (donde vivo) creo que es, en efecto, el aspecto más conocido de la Guerra Civil.

Cuando hablamos de asistencia militar de los internacionales, puede ser útil distinguir entre los que llegaron a España organizados en las Brigadas Internacionales, sobre todo por la Internacional Comunista desde octubre de 1936, y los que se movieron independientemente, como hicieron los 2000 militantes que se enrolaron en las milicias libertarias.

 ¿Qué destacarías de su trayectoria vital?

2. El caso de Nils Lätt pertenece a esta última categoría: llegó a España a principios de 1937, se enroló en la Columna Durruti y perdió un ojo en la batalla de Santa Quiteria.Al ser declarado inútil para el frente, participó en la colectividad de Fabara, donde se quedó hasta noviembre de 1937.

Estudiando las colectividades de Aragón, un tema al que he dedicado muchos años, me encontré con las memorias de este miliciano sueco. Me parecieron dignas de ser conocidas y por eso las he comentado para un público italiano, francés y ahora castellano.

Para estudiar el contexto de la comunidad campesina de Fabara fue fundamental la aportación de una maestra a la que no conocía: Lola Bielsa. Durante largo tiempo había logrado acumular mucha documentación y me la ofreció generosamente. Me presentó también a algunos testigos y a un gran amigo de Nils, como fue Ramón Rams.

El interés de la trayectoria de “Nils el rubio” es justamente el relato de la vida en la colectividad de Fabara, que él mismo describió y publicó en sueco, al volver a su país en 1938. Eso da al texto una participación y una vivacidad, una riqueza de detalles y de imágenes que nos restituyen con pocas pinceladas y mucha simpatía la vida en ese pequeño pueblo. Es un caso bastante emblemático del Bajo Aragón republicano, si lo comparo con los que he estudiado en otras comunidades turolenses, como Cretas.

 

David Bonastre pregunta a Nacho Tello y Mari Carmen Abadía por su aportación al libro que lleva por título «Dirección General de Regiones Devastadas: Actuaciones y Funcionamiento». 

Tras el estudio que habéis realizado para redactar el artículo, ¿cuál es vuestra opinión acerca de los objetivos con los que nació la Dirección General de Regiones Devastadas? ¿Tuvo más peso la idea de reconstruir el patrimonio perdido que la sociedad franquista consideraba absolutamente necesario en su día a día (edificios públicos, iglesias, conventos….) o quizá primó la idea de destruir el estilo arquitectónico anterior que simbolizaba un periodo maldito como ocurrió en otros ámbitos como la cultura o la información?

Ignacio: en mi opinión la motivación inicial de Franco fue reconstruir para dejar patente una actitud de proteccionismo hacia el pueblo que le veía como el salvador. No hay duda que aprovechando las necesarias reconstrucciones, el régimen interrumpió las corrientes arquitectónicas con las que se construía hasta el momento como el Modernismo y el Constructivismo, imponiendo un estilo ecléctico mezcla de elementos constructivos de épocas anteriores.  Esta tendencia se mantuvo en la década de los cuarenta, más adelante se irían incorporando algunas de las ideas procedentes de Europa.

¿Cuáles fueron  las principales actuaciones en la localidad de Caspe de la D.G.R.D.? ¿También fueron empleados aquí para los trabajos de reconstrucción grupos de presos políticos republicanos?

En Caspe las actuaciones de la D.G.R.D. fueron de poca importancia. Se actuó en la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor en dos ocasiones, la primera a los pocos meses de acabada la guerra para reparar los graves daños ocurridos en el incendio del templo.

El convento de las madres capuchinas y el convento de las Hermanas de Santa Ana también fueron receptores de alguna intervención.

En mayo de 1937 se formaron Batallones Disciplinarios de Trabajadores que reconstruyeron poblaciones como Brunete  u Oviedo,  en Aragón también intervinieron y en 1939 uno de esos Batallones estuvo trabajando en Caspe.

¿Cómo ha sido la experiencia de escribir un artículo de estas características mano a mano entre madre e hijo?

Mari Carmen: como madre es un orgullo poder contar con los conocimientos de tu hijo para cualquier faceta de la vida, en este caso ha sido una colaboración a medias para darle forma a este artículo.  No voy a negar que haya habido algún momento de tensión debido precisamente a la confianza propia de la relación, pero estoy muy contenta del resultado.

Ignacio: desde mi punto de vista, ha sido muy interesante contar con la experiencia de  una generación superior a la mía; los puntos de vista y lo que se tiene por más importante para uno no siempre lo es para el otro, al igual que la forma de expresarse. Éstos han sido los mayores problemas a los que nos hemos enfrentado. No obstante, el hecho de tener la experiencia de alguien que ya ha escrito y ha podido aconsejarme en este campo ha resultado tremendamente enriquecedor.

 

Jesús Cirac pregunta a Valentín Catalán sobre su trabajo «Persecución, juicio y fusilamiento de Pedro Cirac Estopañán»

Perteneces a una generación de caspolinos para la que la violencia y el odio entre hermanos y vecinos ha sido una triste y dolorosa constante. Pasados tantos años, ahora que eres un dulce jubilado con hijos y nietos, ahora que puedes mirar al mundo con cierto relajo, ¿piensas que cualquier tiempo pasado fue mejor?

No. De haber sido los tiempos pasados mejores que los actuales no se habría llegado a un enfrentamiento  tan sangriento como fue la guerra civil

¿compartes esa visión catastrófica del presente que tantas veces se nos intenta vender?

No. Pero desearía que el presente fuera más prometedor.

¿Eres optimista en relación a lo que nos espera y a nuestra capacidad para sobreponernos a las dificultades?

Sí. Siempre hay que ser optimista ante las dificultades, a las que solo se puede vencer con espíritu de lucha y con trabajo.

¿Crees que los esfuerzos realizados por tantos y tantos españoles, ha merecido la pena?

Los esfuerzos han merecido la pena, pero los logros obtenidos no han sido suficientes ya que el trabajo y la economía que son  la base principal para el desarrollo de los pueblos se encuentran en pleno letargo y por el momento no dan señales de ponerse en marcha.

 

Oscar Adell pregunta a Iván Heredia, autor de «La Represión Económica. Otra forma de aplicar un castigo ejemplar a los vencidos»

En tu artículo abordas la represión económica en la comarca a partir de la ley de Responsabilidades Políticas. ¿Qué significó esta ley en términos generales?

Sin entrar en detalles legales que ya contempla el artículo, la Ley de Responsabilidades Políticas fue una disposición recaudatoria. Surgió en tiempos de guerra para castigar económicamente a todas las personas que habían colaborado, militado o participado activamente con los partidos políticos y sindicatos de izquierda durante la república o en tiempos de guerra. Asimismo, se persiguió a todas las personas que habían ocupado un cargo político, por insignificante que hubiera sido. Por ejemplo, ser concejal del PSOE en tiempos de la república, un acto legal y legítimo en derecho, fue tipificado como un acto punible. Pero, igualmente, ser el enterrador del pueblo y simpatizar con algún sindicato de izquierda también fue considerado como un acto que atentaba contra el Glorioso Movimiento Nacional. Es decir, estamos asistiendo a la construcción de nuevas figuras delictivas creadas a medida por el incipiente régimen franquista.

La ley, que se prolongó durante varias décadas, afectó a cientos de vecinos del Partido de Caspe, que se vieron inmersas en continuas disputas legales para evitar ser condenados y esquivar la sanción económica. Muchos tuvieron que afrontar el proceso desde prisión, pero muchos otros estaban muertos o en el exilio, por lo que fueron sus familiares más cercanos quienes tuvieron que hacer frente a estos procesos. De esta formal el control social y el castigo se expande por la demografía española, afectando a madres de rojo, padres de rojo,  hermanas de rojo, mujer de rojo y, por ende, a los hijos de rojo. Es un elemento más que ayudaba a reforzar el estigma social y el castigo sobre el vencido y su círculo social más cercano.

¿Es todavía la represión económica un tema a estudiar?

Por supuesto. En Aragón es un tema que se está estudiando y espero que pronto salga un estudio que han realizado 3 jóvenes investigadores de la Universidad de Zaragoza. A nivel nacional, son muchas las regiones que carecen de un estudio serio que analice las responsabilidades políticas a nivel provincial o de CCAA. Asimismo, la documentación es tan rica en ocasiones, está tan llena de matices que el investigador que quiera comprender la represión, el control social y el castigo que impuso el franquismo tendrá que acercarse a este tipo de fuentes.

 

El Agitador

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