La logística de las campañas mediterráneas de Alfonso V

 

Los libros nos cuentan que el primogénito de Fernando de Trastámara, Alfonso V (1394-1458) fue un rey más dedicado a los territorios insulares e italianos que a los peninsulares. Por todo ello, el rey más mediterráneo de la Corona de Aragón tuvo que enfrentarse a graves problemas de organización y mantenimiento. ¿Cuáles son los mecanismos utilizados por la Corona de Aragón para preparar campañas en territorios tan alejados? ¿Cómo consiguió atender a sus retos geoestratégicos? ¿Cómo se enfrentó al control de territorios, despliegue, movilización y mantenimiento en estos territorios de fuerzas militares operativas?

 El modelo de organización militar de la Corona

En el marco de las guerras el protagonismo bélico en la historia de la Corona fue la llamada “Guerra de los 200 años”, que enfrentó a Aragón contra enemigos tan poderosos como los Anjou, el Papado, Génova, o los belicosos sardos de Cerdeña.

A mediados del siglo XIV no existían cuerpos permanentes. Las únicas excepciones las constituían un pequeño ejército real y las pequeñas guarniciones repartidas por los castillos. Así, las fuerzas armadas tenían un carácter ocasional.

Los ejércitos del rey los pagaba la propia monarquía. Eran unos cuerpos preparados para operaciones exteriores, que capitalizaban los adelantos militares. Por contra, los ejércitos de los reinos los pagaba la sociedad política y tenían un carácter interno y defensivo.

En el siglo XV la estructura militar se modernizó: se formaron estructuras militares permanentes compuestas por una fuerza de clientela real sumada a las tropas asoldadas (reclutadas a sueldo). Al mismo tiempo se perfeccionaron las políticas financieras que produjeron mayores recursos (y por tanto mayores posibilidades logísticas) al tiempo que permitieron una mayor intervención estatal.

Las  estructuras militares de la Corona evolucionaron hacia modelos más modernos como el inglés y el italiano, al tiempo que la administración militar se centralizaba en la Casa Real.

Las guerras (1420-1448): geoestrategia y desarrollo operacional

Las ambiciones del rey Alfonso, siempre dinásticas y territoriales (obtención del trono de Nápoles, aumento de prestigio, fuente de rentas), le llevaron a emprender una política de sistemática conquista. Muy resumidamente, podríamos resumir las fases de la guerra en cuatro:

1ª fase (1420-1423): primeras incursiones. Envío de armadas mediterráneas a Cerdeña, Córcega e islas tunecinas durante los años 1420-1424, 1432-1433.

2ª fase (1424-1432): paréntesis por los conflictos en Castilla

3ª fase (1436-1448): conquista del reino de Nápoles y posteriores operaciones en la península itálica (1421-1423, 1435-1442,1443-1448). Una vez conquistada la región napolitana intervino activamente en el complejo teatro de operaciones de la península itálica.

Para ello, sus primeros objetivos se basaron en un claro aumento de despliegue de flotas y tropas en el mediterráneo central y occidental (especialmente hacia frentes napolitanos), y reducir tiempos de respuesta en movilización y despliegue de tropas y flota.

El mayor logro de el Magnánimo, la conquista de Nápoles, se basó en un modelo estratégico apuntalado en el apoyo militar local (condioteri y terratenientes), el ataque desde cabezas de puente, la rendición de la ciudad portuaria más próxima (Gaeta), la cual fue ocupada por su hermano el infante Pedro. El rey Alfonso tomó Nápoles porque mantuvo abiertas rutas y líneas de comunicación entre las cabezas de puente napolitanas y las bases de recursos de la Corona (tanto peninsulares como insulares), intensificó los intercambios comerciales como fuente de ingresos y logró autonomía financiera para los importantes desembolsos económicos de la guerra. Además, fue capaz de sostener una armada propia formada por galeras y naus y organizó y reforzó contingentes de tropas permanentes rápidamente movilizables.

napoles

Recursos financieros, abastecimiento, transporte y organización

La política financiera de Alfonso V se basó en obtener autonomía financiera respecto a la sociedad política de sus reinos. Para ello: aprovechó fiscal o especulativamente el comercio triangular mediterráneo; utilizó profusamente varias modalidades de crédito, tanto de particulares como de instituciones (durante los años 1431 y 1432 casi el 50% de los ingresos reales procedía de los préstamos); controló y presionó a la Iglesia para lograr fondos (en ocasiones, como en las campañas norteafricanas, consiguiendo la categoría de cruzadas).

Los gastos militares más importantes fue el mantenimiento de la armada, desglosado en la soldada de las tropas y, sobre todo, el coste de la armada (en 1431-1432 los gastos militares ascendieron a un 44% del gasto total de la Corona).

El gran reto que supuso mantener ofensivas en tierras lejanas planteó problemas que se resolvieron a través de la logística. El transporte se realizó a través de naves (como las cocas) y galeras como los fustes.

Hubo varias rutas de comunicación a través del eje peninsular o insular e incluso el rey exigió el mantenimiento de un sistema de correo regular. En los suministros se enviaron géneros de todo tipo: desde bizcochos, quesos, vinos, hasta caballos, uniformes, tiendas de campaña, armaduras, bombardas o máquinas de asedio.

Los efectivos se componían de caballería pesada, ligera e infantería (incluyendo almogavers). A pesar de que la demografía en la Corona de Aragón era muy inferior a otros reinos medievales, el potencial máximo en campañas italianas (1441-1448) no fue demasiado inferior a los estados contemporáneos europeos, lo cual nos permite imaginar el enorme esfuerzo, no solo económico o logístico, sino también humano, que soportó la Corona de Aragón durante las campañas mediterráneas de Alfonso V.

 Alumnos Grado Geografía e Historia UNED Caspe

Texto basado en la conferencia de Jorge Sáiz Serrano, “Organizar y mantener un ejército expedicionario en el siglo XV: las campañas mediterráneas de Alfonso el Magnánimo”, Curso de extensión universitaria Geoestrategia y Logística en el mundo medieval. Una comparación con el mundo actual, UNED Calatayud, abril, 2014

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