Las magdalenas de Carmena

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ofrece magdalenas caseras –hechas por ella misma- en las reuniones matinales que mantiene con los Concejales de la Oposición.

Esto incluye a Esperanza Aguirre, quien ha dado caña sin parar a la neófita –aunque talludita- alcaldesa, de una manera bastante sucia a la que, por otra parte, ya nos tiene acostumbrados.

Esperanza Aguirre, a su vez, (no quiero dejarla aquí de poco detallista) obsequió a la Carmena con algún libro, alegando que lo suyo no era la cocina.Carmena

La condesa y lideresa con apellido de conquistador y nombre de promesa (olé por la rima), es muy echada para adelante. Pero yo prefiero a Carmena. Dicen que Manuela tiene carácter y que cuando se enfada, conviene tenerla en cuenta. Faltaría más. Pero yo quiero ver en este gesto de las magdalenas un símbolo de una manera de ejercer el poder desde la feminidad sin complejos.

Las pocas mujeres que van accediendo en los últimos lustros a puestos de poder, lo han hecho en muchos casos desde unos presupuestos netamente patriarcales. Entendiendo el adjetivo patriarcal según el análisis que realiza Erich Fromm en su libro “El amor a la vida”: un sistema de valores en crisis que prioriza el autoritarismo sobre la cooperación, por decirlo resumidamente. Recordemos a Margaret Thatcher, Angela Merkel o a la propia Espe.

La presencia de estas “damas de hierro” va abriendo el camino para que otras mujeres puedan ocupar estos lugares que tradicionalmente no parecían reservados para nosotras.

Pero, tal vez por una necesidad de hacerse perdonar o de hacerse valer tienden a ser “más papistas que el papa”. Y defienden los valores patriarcales (o del capitalismo salvaje) con más ahínco que nadie. Diríase que son utilizadas para hacer digeribles políticas que serían difícilmente aceptables, por su dureza, con un rostro de varón.

Manuela Carmena tiene un talante conciliador y aboga por una nueva forma de hacer política. En una reciente entrevista la escuché reivindicar la necesidad de poner en funcionamiento nuevas ideas sin que estas sean tildadas de manera inmediata de “ocurrencias”. Hay que arriesgar y poner en juego el viejo eslogan de “la imaginación al poder”. La creatividad, en política (como en todo lo demás) es esencial. Y para ello es preciso desprenderse de los complejos. Eso es lo que simbolizan para mí las magdalenas de Carmena.

Piluca Cercadillo

entrevista-manuela-carmena-557-1429872708
Imagen: vice.com

Entradas relacionadas

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies