Desde mi ignorancia                                                                                                              Daniel Baquer

LAS PENSIONES

Aprisa y corriendo hemos modificado el sistema de pensiones amparándonos en que era el momento adecuado: una crisis económica que todo lo justifica y una mayoría absoluta que no necesita justificar sus actos.

No entraré a valorar la reforma en sí, pues es evidente que era inevitable su cambio.  Ahora bien, lo que en mi opinión clama al cielo es la cobardía de todos los gobiernos, sin excepción, que no se han atrevido a meterle mano a algo que cualquier persona con unos estudios mínimos, 17 años sin haber finalizado el bachiller, sabía.  Las pirámides de población desde, al menos 1990, indicaban lo que iba a suceder.  Y ellos, los sinvergüenzas, lo sabían mucho antes que nosotros.  Pero son eso, unos sinvergüenzas que no están ahí por dinero, sino por cobrar sin trabajar.

Porque por volver a salir elegidos, con vagas referencias a los Pactos de Toledo, se han negado a modificar las jubilaciones.  Por no perder votos.  Unica y exclusivamente por eso.  Por volver a ganar las elecciones.  Y no me creeré ninguna otra explicación, porque no la hay.

Solamente ahora la han tocado, cuando ya no quedaba mas remedio.  Y ahora el marrón es mucho mayor que hace unos años, donde el sacrificvio habría sido menor y ya habríamos olvidado el mal trago.  Pero claro, lo mismo González, que Aznar que Zapatero, que sus socios de gobierno, estaban mucho mas interesados en repetir gobierno que en sanear el sistema.  Amén de que a ellos las jubilaciones les van por delante y por detrás.  Sus viajes no los cofinancia el Imserso.  Sus viajes los pagan empresas privadas cuyos nombres omitiré por temor a demandas millonarias pero que están en la mente de todos y cuyos cargos y motivos insultan a nuestra inteligencia y su vergüenza.

Y me fastidia mas eso que la certeza de que no cobraremos “lo que nos merecemos”

Y por último, se empeñan en endurecer las condiciones de acceso a las jubilaciones.  El último planteamiento de los que no pueden caminar por callejones oscuros se llama cuarenta años.  Yo procuraría ser un poco mas listo y haría cuentas antes de hablar.  Mi generación es, por lo que se ve, la última que pueda conseguir pensiones del cien por cien.  ¿Alguien, honestamente, cree que aquellos que ahora tienen treinta años o menos van a ser capaces de cotizar treinta y cinco años en su vida laboral?  El sistema ha caido por su propio peso (y por la ineptitud).  No es necesario ampliar tiempos de cotización ni edad laboral (menudo insulto, pretender que trabajemos hasta los setenta cuando no hay trabajo.  Si fueran honestos, que no lo son, irían con la verdad por delante y dirían: nos sobráis)  Pero el menor gasto en pensiones, pues la inmensa mayoría van a tender a ser mínimas, hará que el sistema se sanee solo.

Je, je.

abuelos1

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