OBÚS: Nos consideramos unos privilegiados. Estamos guapos, seguimos teniendo ganas de todo.

Quedas a las cuatro de la tarde para entrevistar a Paco y a Fortu, los dos miembros originales de OBÚS. Es sábado. Sabes que la noche anterior han estado tocando en Pamplona y previsiblemente se han corrido una juerga. Sabes también que esa misma noche van a tocar en la recién inaugurada Sala Royal Club en Zaragoza. No necesitas ser un genio para saber que no va a ser tu mejor entrevista. Que vas a tener poco tiempo. Que estarán cansados y, seguramente, resacosos. Que tendrán que irse a probar sonido, o a echarse una siesta…Cuando llegas al restaurante, esperas verlos alrededor de la mesa charlando reposadamente en torno a unos cafés, quizás unas copas. Casi llegas a creer que te están esperando. Pero la cosa es mucho peor de lo que imaginas. Están todavía en el segundo plato. Paco ataca un plato de solomillo con un montón de cosas y Fortu un plato de pescado con un montón de cosas. Beben vino y cerveza. Hablan entre ellos. Comen con ganas y tú estás allí sentado, en una mesa repleta de comida, haciendo la digestión mientras unos tipos que, en parte, marcaron tu adolescencia terminan de comer.

Al principio la conversación apenas consigue despegar. Ellos están a lo suyo, con sus cubiertos, su road manager, el batería del grupo, una fotógrafa francesa con la que Fortu charla en voz baja, con Alberto, el promotor del concierto. Tú intentas romper el hielo diciéndoles lo mucho que les admirabas en el Instituto, lo mucho que te gustaban sus canciones, pero ellos siguen a lo suyo. Están acostumbrados a ese tipo de cosas. Al fin y al cabo son OBÚS, una de las bandas más grandes que ha dado este país.

(Paco es muy hablador, tiene un hermoso y florido palique. Fortu, en cambio es más tranquilo y reposado. Me resulta imposible separar lo que dice Paco de lo que dice Fortu. Prescindo de esa distinción salvo en algunos casos)

  

Pienso ahora en lo que significasteis en el momento en que aparecisteis y me doy cuenta de que fuisteis de los primeros artistas del país en afrontar su carrera sin necesidad de reivindicar nada. Vuestras letras no iban de política, ni de nada de esoPaco: Nosotros éramos chicos de barrio, urbanos. Somos más divertidos, más rollo rock and roll. Nos gustaban, y nos gustan, las mujeres, las motos, el orujito, el vicio y Mauricio…Y ahí seguimos.

En eso, fuisteis quizá los primeros en seguir los esquemas de las bandas anglosajonas. La escuela anglosajona y americana inventó el rock y todos sus grandes temas. Tías, motos, ir borrachos como cubas… (risas)

¿Después de treinta años seguís igual? Seguimos haciendo lo que sentimos.

 Hablemos de los orígenes. ¿De donde salisteis? ¿Por qué decidisteis meteros en esto? Ya hemos dicho que somos chicos de barrio. Gente humilde. Venimos de Entrevías y de Vallecas, dos barrios muy humildes. Te hablo de barrios formados por chabolas y viviendas edificadas en parcelas rústicas sin ninguna planificación, muchas no tenían ni siquiera agua corriente. Nuestros padres eran albañiles, pura clase obrera venida a la capital de Andalucía y La Mancha.

 ¿Y les resultó fácil aceptar que queríais ser roqueros? Pues claro que no. Ellos lo que querían es que fuéramos gente de provecho, que no nos saliésemos del carril.

Paco: Tú a trabajar y no te metas en política, no cojas panfletos por la calle, no te metas en líos.

Fortu: Es que la educación de la época era directamente fascista. Ponlo así: fascista. Dentro de las familias lo que se enseñaba era fascista. Entonces si te pillaban con el pelo largo te aplicaban la Ley de Vagos y Maleantes, era terrorismo. Una vez me pilló la Guardia Civil y me llevaron preso porque decían que era de Comisiones Obreras ¿Y eso qué es? Les decía yo.

¿De donde os venía la afición por el rock? No había muchas posibilidades de ocio. Los domingos le metíamos horas al futbol y también a la guitarra.

Fortu: A mi mi madre me regaló una guitarra que le tocó en una tómbola. No había medios para nada. Había que ir poco a poco.

¿Escuchabais mucha música? ¿Qué solíais escuchar? Nuestra generación era más rica en cuestiones musicales que las de ahora. Para dedicarnos a esto de la música teníamos claro que había que tener el cerebro bien abierto. Si te cierras, te quedas. Escuchábamos muchas cosas. De todo, se puede decir. Los Beatles, ello fueron los que empezaron la revolución del rock y el cambio musical. También los Rolling Stones. Escuchábamos mucho hard rock, Deep Purple, Led Zeppelin, Whitesnake. También cosas como Peter Frampton, Gary Glitter… muchas cosas, sin ningún prejuicio. 

¿Creéis que hoy, a pesar de la oferta tan variada que existe, la audiencia está demasiado compartimentada? ¿Creéis que eso es un empobrecimiento? Fortu: Sí. Hoy la gente está muy cerrada y es mucho peor. Solo me gusta el trash metal o el techno o el punk… Eso no va a ningún lado.

Paco: Hoy con internet se puede acceder a todo pero la gente no valora las cosas. Antes te pillabas un LP y te lo aprendías de memoria. Era como tener un tesoro. Yo creo que eso nos ayudaba a valorar lo que teníamos y a tener la mente más abierta.

¿Cómo llegáis a formar una banda tan potente y rompedora como OBÚS? Fortu: mi padre intentó hacerme trabajar con él. Me colocó en la oficina de la constructora en la que trabajaba, pero yo me iba de la oficina para tocar la guitarra por ahí. Estuvo a punto de echarme de casa.

Paco: Antes de Obús estuvimos diez años tocando en cinco o seis bandas distintas.

Fortu: Yo con diecisiete años canté en el Festival de Benidorm (risas) Era una canción que ni me acuerdo. Algo del diablo, me parece…(risas)

Y entonces llegó el éxito ¿Cómo se come algo tan repentino? El primer disco fue un éxito brutal. Pasamos de ser una banda desconocida a ocupar el número 1 de las listas comerciales españolas. Fuimos el primer grupo de rock duro en conseguir eso en España. El primer año hicimos más de cien conciertos.

Paco: Pasamos del barrio a salir en el Hola o el Lecturas (risas) Yo me acuerdo que una de las cosas que descubrimos fue la gastronomía. Hasta entonces solo conocíamos el escalope (más risas) y empezamos a ira a restaurantes y tal y me acuerdo que flipé.

Fortu: Está claro que aquello fue un desparrame y también que hoy valoramos mucho más las cosas.

¿Qué sentís hoy cuando echáis la vista atrás? ¿Tenéis la sensación de haber sido pioneros en algo? Para nosotros es un orgullo seguir en la brecha y ver que a un concierto vienen padres con sus hijos y que en el mismo sitio estás juntando a varias generaciones con tu música. La gente es generosa con nosotros, nos dan las gracias y muchos músicos nos reconocen como su influencia directa. Estamos muy orgullosos, la verdad.

Paco: Hemos sido una escuela del rock nacional. Hay muchas bandas famosas (Barricada, Los Suaves…) que han seguido un camino que abrimos nosotros. Hemos sido maestros de maestros. 

Sin embargo, no todo han sido flores. La década de los noventa fue una etapa dura para el rock duro. Después de la invasión grunge e indie el heavy perdió adeptos. Efectivamente, fueron años duros. El problema es que las bandas de aquí lo teníamos mucho más difícil que las extranjeras. Aquí no teníamos cantimplora para atravesar el desierto y mucha gente se quedó por el camino. Fue una época dura pero nosotros seguimos tocando y sobrevivimos.

Y aquí estáis… Paco: Sí. Estamos haciendo unas fechas por España. Enseguida empezamos una gira por Colombia. A ver qué tal va la cosa.

Fortu: De momento estamos encantados. Después de treinta años somos afortunados por hacer lo que nos gusta. La gente joven sigue viniendo a nuestros conciertos. Siempre hemos conectado con las generaciones más jóvenes.

Paco: Nos consideramos unos privilegiados. Aparte de los managers (risas)…estamos guapos, seguimos teniendo ganas de todo… Mira a Fortu con todo su pelo (más risas)

Claro que me hubiera gustado quedarme más rato. Por fin notas que la máquina se ha calentado y sabes que a partir de ese momento empezarán a caer los frutos… pero en la mesa ya solo quedan las tazas vacías del café y los vasos vacíos del orujo y percibes que tus interlocutores están realmente cansados. Percibes que tu tiempo se ha terminado antes incluso de que Fortu se levante de la mesa y se disculpe antes de pedir que alguien le acompañe al hotel a echarse la célebre siesta. Durante el tiempo que ha durado la entrevista te has podido fijar en los abigarrados tatuajes que decoran los brazos de Fortu, en la inteligencia natural que desprenden los ojos de Paco, te has reído, has tomado notas apoyando el folio en una mesa repleta de migas y copas vacías. Antes de despedirse, Fortu y Paco se hacen unas fotos con nosotros. Hacía tanto que no escuchaba sus canciones… Durante cuarenta minutos he podido retroceder treinta años en el tiempo. Si es solo para un rato, está bien la experiencia, me digo.

Y que conste que no le he preguntado a Fortu por la participación de su hija en Gran Hermano. Los roqueros se merecen un respeto.

Jesús Cirac

Entradas relacionadas

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies