Papa Noel: “Suelo leer El Agitador con bastante frecuencia y me gusta mucho lo que hacéis”

 Ni bajo tortura contaré como llegué a establecer contacto con Papa Noel. Y no lo haré porque él mismo me pidió que no lo hiciera. Esa fue la única condición que puso cuando se le planteó la posibilidad de concederme una entrevista. Fuera cual fuera el camino que me condujo hasta él, lo importante es que pasé casi tres horas en su compañía, en un lugar lo suficientemente seguro y apartado como para que se sintiera cómodo y respondiera a todas mis preguntas. Yo partía de una premisa muy clara: mi absoluta falta de fe, mi descreimiento, mi cinismo. Creía que era esa mi fortaleza. Está claro que él lo sabía  de antemano y supo manejar la situación con maestría. Hasta tal punto que entré en aquel lugar con una visión de las cosas y salí con otra totalmente distinta. ¿Estuve con el auténtico Papa Noel o con un genio de la impostura? ¿Establecí contacto con un ser sobrenatural o fui objeto de una broma demasiado bien urdida como para ser capaz de darme cuenta? ¿Tuve la experiencia más trascendente de mi vida o simplemente me dejé engañar como un niño pequeño? Nunca me ha gustado la Navidad, al menos eso que quede claro.

Lo primero que tengo que decir es que es un honor tenerle con nosotros. Muchas gracias por concedernos su tiempo.  No hay de qué. El honor es también mío.

¿Papa Noel, Santa Claus o simplemente Santa? Como quieras. No tengo problemas con eso.

¿Por qué ha elegido El Agitador como vehículo para esta su primera entrevista a un medio en español? No solo español. En realidad es mi primera entrevista a cualquier medio. La razón es la simpatía que os tengo. Suelo leeros con bastante frecuencia y me gusta mucho lo que hacéis. Hacía tiempo que quería conceder una entrevista y he pensado que un medio modesto pero honesto como el vuestro sería perfecto para ello.

¿En serio que nos lee? Sí. Me gusta mucho la sección “Caspe desconocido y oculto”. Hay fotos muy chulas. También disfruté bastante con la polémica que mantuvisteis este pasado verano con el técnico municipal de turismo. Me reí mucho. Estuve tentado de contratarle para dirigir una fundación que estamos poniendo en marcha para archivar los millones de cartas que hemos recibido en todos estos años.

Bueno, eso es agua pasada. Ya hemos superado nuestras diferencias. Es posible que hasta colabore con nosotros en un futuro. Me alegra oír eso. No es bueno que las personas anden peleadas. Nosotros también tuvimos problemas con el técnico de turismo de Skaaldajdärg, que es el pueblo más cercano a mi casa, y estuvimos muchos años peleados con él. A mí me dolía mucho aquel estúpido enfrentamiento pero el tipo se empeñaba en darles a todos los turistas mis señas y estábamos todo el día echando a japoneses de mi propiedad. Al final, Magnus, uno de los elfos que trabaja con nosotros le hizo una proposición que no pudo rechazar y ahora las cosas están mucho más tranquilas.

Cada año, por estas fechas, los telediarios emiten imágenes del pueblo en el que vive. ¿Son imágenes auténticas? Yo no las he visto pero lo dudo. Skaaldajdärg es un pueblo muy pequeño y demasiado alejado de todo y yo, además, procuro mantenerme en el anonimato durante todo el año. Creo que esas imágenes a las que te refieres deben ser de Gottmindrugbürg. Andan peleados con los de Skaaldajdärg y el concejal de turismo está empeñado en atraer a los turistas con el reclamo de Papa Noel, pero lo cierto es que a mí no se me ha perdido nada en Gottmindrugbürg. Así que esas imágenes son, con toda seguridad, falsas.

¿Skaaldajdärg está en Suecia? Sí, muy cerca de la frontera con Finlandia. De hecho mi madre era finlandesa, de Kuutno. Mi padre era noruego, de Sagvatfjord, pero, ya de muy joven, se fue a vivir a Suecia con el resto de su familia. En la escuela de Sornmattganstan conoció a mi madre y luego vine yo…

¿Skaaldajdärg es su lugar de nacimiento? No, yo nací en Harfsgortsaa pero crecí en Sjobrötigsdurtilson. Skaaldajdärg es donde vivo ahora y donde trabajo pero yo si soy de algún sitio es de Sjobrötigsdurtilson. Eso ponlo bien grande y bien claro para que todo el mundo lo sepa que si no los de mi pueblo luego se enfadan conmigo.

Como le pasó a Cerezo, el de Masterchef… (Risas) Eso mismo.

Cuando uno piensa en Papa Noel le vienen a la cabeza rostros infantiles, renos voladores y cajas y más cajas de regalos, pero tiene que haber también una cara más seria, un aspecto menos idílico de su labor. Imagino horas y horas de trabajo y coordinación, una gran maquinaria logística, mucho esfuerzo y sobre todo innovación y excelencia. ¿Se calificaría a sí mismo como un emprendedor? Bah, no te creas nada. Yo me encontré todo montado. El mérito no es mío sino de la tradición. Si la tradición hubiera sido otra yo ahora mismo me dedicaría a otra cosa. No te voy a engañar, vivo muy bien. Podría decirte que estoy todo el año sin parar, de aquí para allá, preparándome para estos días, pero te estaría mintiendo. Me tiro casi todo el año fuera de Suecia, lejos del frío y los renos. Juego al golf, buceo, cultivo orquídeas y gardenias… El Círculo Polar es un sitio muy complicado. En invierno la nieve y las noches casi perpetuas, y en verano el permafrost y los mosquitos. Hace ya muchos años que tomé la determinación de vivir la vida y, ahora mismo, a eso es a lo que me dedico con más intensidad.

¿Quién trabaja entonces? Es que esto no es una empresa ni un negocio. Aquí no hay ni cuenta de resultados ni impuesto de sociedades ni nada de eso. Esto es tradición, ya te lo he dicho antes. Yo no le daría muchas más vueltas al asunto. Esto es como si al nacer tu padre tiene una gasolinera o una panadería y tú ni siquiera te planteas qué harás cuando seas mayor, pillas la gasolinera o la panadería y continúas con lo que hacía tu padre.

¿Es todo magia? Tampoco lo simplifiques tanto. Hay elfos y renos y enanos y todos echan una mano, cada uno en lo suyo. Pero no te creas que se matan a trabajar. ¡Así están de gordos! Van haciendo sus cosas pero también viven bien. A Magnus el elfo, por ejemplo, me lo llevo a muchos de mis viajes porque está un poco fastidiado de los pulmones y le va bien el calor de los trópicos. Lo pasamos bien porque al tío le gusta pimplar y trasnochar y te ríes mucho con él.

Los niños de mi generación nunca esperábamos a Papa Noel. En España su presencia es mucho más reciente que en otros países. Costó entrar, es cierto. Pero al final lo conseguimos. Los Reyes Magos nos llevaban dos mil años de adelanto y buena parte de la sociedad española me veía como una importación del mundo anglosajón que, como sabes, no gusta mucho en tu país. Todavía mucha gente me rechaza y sigue prefiriendo a los Reyes. Estuvimos muchos años dándole vueltas al asunto porque para nosotros España era un país importante y queríamos entrar a cualquier precio. Analizamos detenidamente vuestra sociedad y nos dimos cuenta de un fallo muy importante: los Reyes eran profundamente ineficientes en su tarea.

¿Por qué? En Navidades los niños tienen casi veinte días de vacaciones. Días de frío en los que no se puede salir a la calle a jugar, a correr con la bici… Veinte días en casa. Lo lógico es que si a esos niños les vas a regalar juguetes lo hagas al principio para que jueguen durante esos veinte largos días, no al final. ¡Pues eso es lo que hacen los Reyes! Te traen un montón de juguetes justo el día en que tienes que volver al cole. Nos dimos cuenta de que nuestro sistema era mucho más sensato y racional y apostamos por implantarlo aquí aun sabiendo la fuerza que los Reyes tenían… Decidimos jugárnosla y nos salió bien. Hay que decir que El Corte Inglés nos ayudó mucho.

Los catalanes tienen desde hace mucho una tradición coincidente, al menos en fechas, con la de Papa Noel. Me refiero al “tronc de Nadal”. ¿Cree que esa especialidad les acerca al mundo escandinavo? ¿Cree que algo como el “tronc de Nadal” justifica la deriva soberanista de la sociedad catalana? Este es un tema complejo. Es cierto que los catalanes participan de muchos de los aspectos de la visión capitalista propia del mundo protestante. En algunas cosas han demostrado ser un poco más despabilados que el resto de los españoles. Pero decir que eso les acerca a nosotros es mucho decir. También los chinos sienten inclinación para los negocios… Golpear un tronco de árbol hasta conseguir que cague juguetes está más cerca de tradiciones genuinamente españolas como tirar a una cabra desde un campanario que de nuestra forma de ver la sociedad. Los catalanes, en realidad, son iguales que vosotros solo que un poco más pillos. Yo mismo lo he hablado muchas veces con el “tronc de Nadal” y él ha sido siempre muy clarito. Lo que le hubiera gustado es que en el resto de España se hubiera impuesto su tradición porque eso le hubiera permitido trabajar más, ampliar su cifra de negocios, mejorar resultados… Esas diferencias solo han hecho que favorecer a los Reyes Magos que, sin mucho esfuerzo, llevan siglos comiéndose todo el pastel. El día que consigáis poner orden a todo eso, las aguas volverán a su cauce. Está mal decirlo pero, mientras tanto, yo estoy contento porque así tengo un competidor menos.

¿De verdad que ha hablado con el “tronc de Nadal”? SÍ, claro, ¿por qué no habría de hacerlo?

Pero, ¿existe? (Risas) ¿Existo yo?

Sí, claro, pero usted, al fin y al cabo, es una persona y es normal que hable, pero un trozo de madera… Estamos entrando en un terreno muy complicado. Te puedo decir que el “tronc de Nadal” existe y que yo he hablado con él muchas veces porque, además, es un tío muy sensato y nos llevamos muy bien. Tanto el “tronc” como yo, como el Ratoncito Pérez o como los Reyes Magos más que personas, animales o cosas somos arquetipos, ideas. ¿Te acuerdas del mundo de las ideas de Platón? Supongo que lo estudiaríais en el Bachillerato.

Me cayó en la Selectividad. Pues nosotros somos como las ideas de Platón. Representamos algo y la manifestación de ese algo es lo que importa. Te habrá pasado que has estado en un centro comercial o en la calle y has visto a un Papa Noel falso bajo cuyas barbas falsas has llegado a identificar a un vecino, o a un viejo compañero de colegio. Pues, bien, ese tipo al que conoces y del que sabes que no es Papa Noel, en realidad sí que lo es. Es la manifestación de una idea que yo encarno y por lo tanto es tan Papa Noel como yo mismo. Ya sé que es muy complicado de entender, casi tanto como lo de la Santísima Trinidad, pero es lo que hay. O lo tomas o lo dejas. De hecho tenemos hasta una Asociación Profesional que nos representa.

Explique eso por favor. ¿No has oído hablar de la AIAIAI?

No, nunca. Asociación Internacional de Arquetipos Imaginarios Aportadores de Ilusión. La integramos un montón de gente. Los Reyes Magos, el “tronc”, el Ratoncito Pérez, Gingerbread Man, las hadas madrinas, San Pancracio, los Cultos Cargo de Papúa Nueva Guinea… Yo la presidí un montón de años y funciona de maravilla, aunque también hemos tenido nuestros más y nuestros menos.

¿Problemas? SÍ. Al rey Gaspar, cuando fue presidente hace unos seis o siete años, no se le ocurrió otra cosa que contratar a varios intelectuales españoles para que dieran contenido y forma a esa dimensión filosófica de la que te hablaba.

¿Intelectuales españoles? Sí. Uno se llamaba Juan Manuel de Prada y era muy raro y pelmazo, otro Fernando Sánchez “Drogó”.

Dragó. Eso. Y el último… Eduardo Punset, un hombre muy majo con pelos de loco pero que hablaba de muchas cosas y no tenía ni idea de nada.

No me extraña que tuvieran problemas. Muchos miembros se quejaron de aquella cacicada tan española. Lo suyo hubiera sido sacar las plazas a concurso público entre intelectuales de altura de todo el mundo y no montar el chanchullete para que se lo quedaran los colegas de España. Las bases del concurso estaban preparadas para que encajaran en el perfil de los contratados y además se expuso al público muy pocos días. Todo legal, claro, pero profundamente ilegitimo e inmoral. Ya sé que esto es muy típico en vuestro país. Hubo muchas protestas y al final se les revocaron los contratos.

Ya que los ha nombrado tantas veces, ¿Cuál es su relación con los Reyes Magos? Uf, a ver cómo te lo explico. No puedo hablar mal de ellos porque llevan mogollón de tiempo en esto y la gente les quiere mucho. Tampoco estaría bien que criticase en público a otros miembros de la Asociación, y menos en estas fechas. Dicho lo cual, también te diría que hay cosas que no acabo de entender…

Explíquese. Cosas… No sé. A lo mejor estoy hablando demasiado pero a mí hay detalles que me mosquean un montón. En mi opinión los Reyes no son trigo limpio del todo. Melchor y Baltasar son majos y tal pero Gaspar, además de ser un soberbio y un prepotente, me parece que ni es lo que parece ni da la talla. Por ahí va de buen chico pero en cuanto te das la vuelta te la clava. Pero, bueno, hablemos de otras cosas porque no quiero líos… Como decís en España: Pasapalabra. O como decimos en Laponia: mit akdaf skunsaa vart andgargtrivorstif parskarpainoo enda viitsgargaärda.

¿Cómo se ve el Bajo Aragón, y concretamente Caspe, desde el Polo Norte? ¿Conocen nuestras riquezas turísticas? ¿La Colegiata? ¿La Veracruz? ¿El Compromiso? A ver, no quisiera parecer grosero pero lo que yo sé es porque me lo he mirado en la Wikipedia antes de hablar contigo. Tampoco creas que se me he quedado mucho. A mí esas cosas de los pueblos me dejan bastante frío, la verdad. En todos los sitios es lo mismo. Iglesias, castillos, ermitas, retablos, centros de interpretación, recreaciones históricas… ¡he visto tantas! Y todas me parecen iguales. Mira, a mi edad uno lo que busca es comer bien, beber bien, no pasar ni frío ni calor, estar tranquilo rodeado de gente guay… en fin. Sí que es verdad que Harald Gunnarsson, uno de nuestros mozos de almacén, ha estado varias veces en Caspe porque le gusta mucho pescar los peces esos enormes que tenéis en el pantano.

Siluros. Eso. Dice que en Caspe no le controla nadie y puede hacer lo que le da la gana. Ahora que pienso no me ha contado nunca nada de iglesias y reliquias. Yo creo que más bien le gustan las cervezas y salir hasta las tantas…

¿Tampoco conocen los tomates secos? Sí, claro. Me encantan. Me los envían desde Italia y Grecia. Comemos muchos. Con un filete de solomillo de marmota ahumada y unos huevos de perdiz nival fritos en mantequilla de reno rancia están exquisitos. Deberías probarlos así. Es un plato muy popular en Laponia. Yo lo llamo luftgraasfgardmskiva.

Usted trabaja casi exclusivamente para proporcionar felicidad a los niños de todo el mundo. Entiendo que, en ese sentido, pocos trabajos pueden resultar más agradecidos que el suyo. Sin embargo, percibo también un lado oscuro: al crecer, muchos de esos niños dejan de ser seres adorables para convertirse en tristes realidades adultas, llenas de fallos, vicios y decepciones. Tienes toda la razón. Ver en lo que se convierten muchos de aquellos niños es tremendamente decepcionante y causa un profundo dolor porque les tomamos mucho cariño. Este año ha sido especialmente doloroso. La noticia del embarazo de Chabelita, la hija de Isabel Pantoja, me dejó hecho polvo porque la conocía bien y me alegré cuando Isabel decidió adoptarla. No sé qué le habrá pasado porque, de niña, era extraordinariamente aplicada. Recuerdo muy bien el tipo de regalos que pedía. Siempre libros y juegos educativos. Con apenas diez años nos pidió las obras completas de Carmen Martín Gaite y sendas suscripciones a revistas extranjeras: una a Le Monde Diplomatique y otra al New Yorker. Lo mismo digo del hijo de Ortega Cano, que era un chaval la mar de tranquilo, muy preocupado por los demás y por la situación de las mujeres en el mundo. Recuerdo que un año nos pidió la Barbie Patricia Hearst que era un modelo muy raro que venía con un pequeño Kalashnikov y todo. Hacer lo que ha hecho precisamente ahora que su padre le necesita tanto para que vaya a visitarle al talego… Pobre José, nunca tuvo buen beber… A ver si tiene suerte y los ponen a los dos en el mismo centro penitenciario. Con un poco de suerte podrían hasta compartir celda. Eso estaría bien.

¿Van a ser estas unas Navidades especiales? ¿Por qué habrían de serlo?

Llevamos ya varios años de crisis, la gente lo está pasando muy mal, hay países, como Grecia, en los que la situación es casi desesperada… Volvemos a tratar un tema muy delicado. En el seno de la AIAIAI hemos debatido muchas veces acerca de la posibilidad de intervenir con nuestras capacidades en las situaciones políticas y sociales de los países y nunca hemos llegado a ninguna conclusión. Así que hemos optado por dedicarnos a lo nuestro que es llevar ilusión a los más pequeños y dejar que los adultos se las apañen como puedan. Es duro, lo sé, pero nosotros somos lo que somos…

¿Le gusta el anuncio de la Lotería? Ya te he dicho que no puedo hablar mal de nadie… Pero, no, no me gusta. Me parece muy artificial, muy ñoño. Pero tampoco me gusta el de Turrones El Almendro, el de “vuelve a casa vuelve”. Qué pesados son con eso! La Navidad en general está muy mal tratada tanto en la publicidad como en el cine… Estoy un poco cansado de tanta cursilería.

¿Una persona como usted tiene debilidades, flaquezas? ¿A qué te refieres?

¿Le afectan las cosas de este mundo, se emociona, se encapricha, desea? Yo soy una persona como las demás en algunas cosas y totalmente especial en otras. Emocionarse, encapricharse, desear… No a la manera en que lo hace la gente “normal”. Tenerlo todo al alcance de la mano, conocer secretos, tener visiones de la realidad que los demás no tienen, todo eso te hace vivir con mucha moderación y responsabilidad. Puedo decir que, después de tantos años en este trabajo, casi nada me impresiona y que no ansío casi nada que ya no posea. Aunque, bueno, tengo una pasión…

¿Cuál? Me encanta ponerle nombres a los productos de Ikea.

¿En serio? Sí. El propietario es un viejo amigo y me deja hacerlo. He puesto el nombre a la balda Sfiïnter, al mueble zapatero Kueeskö, a la silla Bujärraa…

¿Significan algo esos nombres? (risas) Si quieres saberlo estudia sueco…

Terminamos nuestras entrevistas pidiendo al entrevistado que nos recomiende un disco un libro y una peli… No puedes hacerme esto.

¿Por qué? Entiende que tengo que ser neutral. Si me decanto por algo puedo provocar subidas en la demanda de esos productos… Te diré solo que me gustan mucho los telefilmes que ponen en Antena Tres y Telecinco los fines de semana por la tarde. Esas historias de asesinatos pasionales, de niños robados, madres posesivas, casas tremendas en barrios residenciales, cuarentonas de buen ver con personalidades alteradas… Son muy divertidas. Espero no haberte defraudado.

Nunca he entrevistado a alguien como usted y me cuesta mucho dejarle ir sin antes hacerle una pregunta de tipo personal. Lo sé. Llevo rato percibiendo tu ansiedad. Es casi como una “perturbación en la fuerza” (risas). Pregunta, no te cortes.

El caso es que nunca he creído en nada pero ahora que le tengo aquí delante muchas de mis certezas se derrumban. Si usted existe, otras muchas cosas que siempre he negado también pueden existir. No me tome por un chalado pero es que desde pequeño me he preguntado por la existencia de los ovnis. Lo sé, lo sé. Sé que uno de tus sueños recurrentes desde la infancia ha sido que una nave extraterrestre te abducía mientras conducías de noche entre Caspe y Bujaraloz…

¿Cómo sabe eso? Nunca se lo he contado a nadie… Soy Papa Noel. Es mi trabajo saberlo, no te extrañes. ¿Qué quieres saber? ¿Solo si existen los ovnis o también si, en el caso de que existan, por fin serás abducido algún día? Ahora todo son preguntas dobles, como en el referéndum catalán (risas)

Me conformo con lo primero. ¿Y realmente quieres que te diga la verdad? ¿No crees que en lugar de ganar perderías? ¿No prefieres conservar la inocencia infantil que todavía anida en tu alma? ¿Crees que la verdad te hará libre? ¿Prefieres convertirte definitivamente en un adulto aburrido y resabiado? Es Navidad. Deja que su espíritu te posea, deja que la llama de la ilusión siga prendiendo en tu corazón, que el niño que todavía eres siga soñando, deja que tus ojos sigan rastreando el cielo nocturno en busca de unas luces que quizá nunca lleguen. O quizá sí. Da igual si los extraterrestres existen o son una pura invención, lo que importa es lo que tú sientas, lo que tú quieras creer, ¿no crees?

Hombre, visto así como usted lo ve la cosa tiene cierta coherencia, pero ya que estamos yo preferiría… Uf, ¡qué tarde se nos ha hecho! Ya va siendo hora de retirarse. Recibe mis bendiciones y anima a tus compañeros de El Agitador a continuar con su estupendo trabajo, Hasta la próxima, How, How, How.

Y ahora ustedes crean lo que quieran creer.

Jesús Cirac

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