Ya han pasado las elecciones. Bien. El pueblo ha votado, o no, con total libertad. Les ahorraré los farragosos números. La abstención ha subido, un poco. El P.P. ha subido, un poco. I.U. y U.P.y D. han subido, un poco más. AMAIUR ha ganado en Vascongadas, algo no demasiado sorprendente, aunque sí preocupante. P.N.V. se queda como estaba. C.y U. también sube un poco y, sorpresa, el P.S.O.E. baja, mucho, mucho más de lo que nadie esperaba. El resto de opciones, ni sabe, ni contesta. El reparto de escaños, Ley D´Hont mediante, trabaja para ese monstruo multiforme en que ha devenido nuestro juego político, ese invento, resurrección del viejo turnismo, que podríamos llamar sin equivocarnos como P.P.O.E. (pepoe) Cuando cambia el turno, nada cambia, los errores persisten, tozudos, inasequibles al desaliento, ciegos. ¿Preocupante? Quizás. “Es necesario que todo cambie para que todo siga igual”. En esto, nuestros izquierdistas se asemejan a sus colegas europeos que, después del hundimiento del Paraíso
del Socialismo Real, se han quedado, en el aspecto ideológico, como esos conejos que cruzan las carreteras de noche: ante los faros del coche que se les echa encima, lo único que hacen es quedarse quietos, deslumbrados, hasta que el auto los arrolla. Y no sólo es problema de ideología: lo que les quedaba, una vez perdida la batalla ideológica, que era el ser gestores del capitalismo, tampoco han sabido hacerlo con garantías.
Esperemos que la derecha sepa gestionar mejor la economía. En otras parcelas sociales, parece que van a ser tan cutres y casposos como Rodríguez y su
muchachada. Nos encomendamos a Uropa (Europa ya no existe) y solo hay que
observar el nivel de sus políticos. Para llorar. Y es desde esta Nueva Uropa de donde van a venir las directrices de nuestra política económica. Visto lo visto, quizás sería mejor que también nos dirigiesen en todo lo demás. Así Rajoy podría sentarse a gusto a leer el Marca y a dormir la siesta. Una larga siesta, de por lo menos cuatro años…
Cosas que puede hacer la derecha: Televisiones autonómicas. Fuera, todas. Con las dos cadenas nacionales, suficiente. Sueldos de políticos, ley de incompatibilidades. Un solo sueldo para cada político. Senado y senadores, fuera. Suprimido. ¿Alguien sabe
para qué Logroño sirve esta institución? Subvenciones al cine, fuera, el que quiera hacer películas, que se busque la financiación por otro lado. Ni un euro más. Empresas públicas autonómicas, suprimidas también. Oenegés, que trabajen por amor al arte, que se supone que es su esencia. Justicia: hay que darle la vuelta como a un calcetín. Así podríamos seguir y seguir, la lista es larga y triste, se lo voy a ahorrar.
Resumiendo: Empecemos de cero. Dicen los economistas que nuestra economía va a retroceder a niveles de hace treinta años, pues retrocedamos en todo. No cambiemos todo para que todo siga igual, cambiemos lo justo para que todo cambie. De una vez.
Que ya somos Uropa.Coño.
Manolo Bordallo