Recortes o reformas. Una modesta proposición.

De un tiempo a esta parte, los políticos han empezado a discutir de filología como descosidos. Unos hablan de las medidas que han tomado como reformas, otros, como recortes, y en vez de buscar las mejores soluciones para arreglar la situación nacional, parece que lo que más les pone es discutir el significado de las palabras. Las medidas económicas las dicta Alemania, los recortes en educación los dicta Alemania, los recortes en sanidad los dicta Alemania, entonces, ¿para qué necesitamos políticos españoles? En tiempos de Zapatero, tan terne el muchacho, con sus ansias infinitas de paz, y sus soflamas en torno a la Tierra, (no pertenece a nadie, tan sólo al viento), las reformas no las dictaba quien ya saben, al menos hasta el último año. Eran producidas por su prodigiosa mente progresista. El resultado no parece que fuese extraordinario. En los tiempos que ahora corren, el estupendo Mariano, ya saben, sólo leo el Marca, etc…Claro, obedeciendo a la señora Merkel, para que va uno a pensar, con lo que se suda. Además, ya ha empezado la temporada ciclista y hay que ver a los esforzados de la ruta, primero el Giro, luego el Tour, y para acabar la Vuelta. Demasié. Algún día empezará este gobierno a gobernar por sí mismo. De momento hay que decir que la señora Merkel parece que no va desencaminada: ¿Cuánto tiempo hace que los expertos nos vienen diciendo que consumimos demasiados medicamentos?, pues se recorta y en paz. Otro acierto de la señora: recortes en educación, ¿cuánto hace que gastamos lo que no tenemos en una educación, que según todos los baremos es de las peores del Mundo? Ya no hablemos de Europa, donde cualquier pelanas de cualquier país nos da sopas con honda en matemáticas, lengua o comprensión lectora. Recórtese, y a remar que viene marea, nadie ha demostrado todavía que a más dinero invertido mejor educación, y la prueba es este país de nuestros pecados: los profesores españoles son de los que más cobran, la inversión pública por alumno es de las más altas, y los resultados harían sonrojarse a todo el que no tenga la cara de cemento o el cerebro de gominola. Sin acritud y con las mejores intenciones, desde aquí voy a pedir a la señora otra reforma, o recorte, ya no sé bien como llamarlo: suprímanse todos los concejales de España, se puede hacer sin daño para nadie y ganancia de la Hacienda: las elecciones municipales sean sólo para nombrar alcalde y dos puestos de vicealcalde, o teniente de alcalde, o sargento de alcaldía, pues teniendo empleados a multitud de técnicos en la mayoría de Ayuntamientos, ¿para qué necesitamos concejales? Otro tanto ocurre con las Comarcas: si el trabajo lo realizan los técnicos, ¿para qué veintitantos consejeros comarcales?, con un presi y dos vicepresis, suficiente. Espero que la señora Merkel tome a bien esta modesta proposición.

Manuel Bordallo.

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