Con buenas vibraciones regresamos ayer de la manifestación zaragozana  en protesta contra la reforma laboral que presentó el gobierno de Mariano Rajoy el pasado día 10 de febrero. Dicha reforma es, sin ninguna duda, el peor ataque contra los trabajadores de la Democracia.

Este Gobierno, aunque María Dolores de Cospedal no se canse de gritar a los cuatro vientos que el Partido Popular es el partido de los trabajadores, ha hecho realidad la carta a los Reyes Magos que con tanta ilusión escribió la CEOE y, de nuevo, los trabajadores han salido especialmente perjudicados.

Otro duro golpe que, sumado a la ridícula huelga general contra la reforma laboral de Zapatero y a las continuas campañas demagógicas contra los sindicatos mayoritarios, especialmente contra sus dirigentes, más el conformismo generalizado entre la población, han arrastrado a la lucha obrera a la oscuridad más absoluta. Por si fueran pocos los lastres que se arrastraban ya, a todos estos, había que sumarles las guerras ideológicas entre las distintas agrupaciones sindicales y de protesta que, por supuesto, aun se mantienen pero que se han apartado para otro momento. O por lo menos eso es lo que se vio ayer en las calles de la capital aragonesa. Así pues la manifestación convocada por Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras fue respaldada, también, por gente de Democracia Real Ya además de por otros colectivos.

Sin duda una muy buena señal, ya que, haciendo la guerra cada uno por su cuenta, nunca se conseguirá nada.

Néstor Pascual

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