Pilar Herrero: «no voy a tener tiempo en esta legislatura para hacer todo lo que tengo en la cabeza.»

Cuando, hace año y medio, nos planteamos entrevistar a los líderes políticos locales decidimos que la ronda de entrevistas la cerraría el alcalde. Era una cuestión de pura lógica. En aquel entonces era alcalde y no alcaldesa. Como a todo el mundo, la moción de censura nos pilló también a nosotros con el pie cambiado. Parte del trabajo realizado carecía ahora de perspectiva y estábamos obligados a adaptarnos a la nueva situación. Los cambios también afectaron al partido que, tras la moción, iba a ocupar la alcaldía. Aunque, en su día, ya habíamos entrevistado al líder del PP, al cambiar éste, tocaba volver a trabajar. Quisimos que la entrevista se hubiera producido en el momento de cumplirse los cien días de gobierno pero, por distintas circunstancias, la cosa se fue alargando y no ha sido hasta el final del ejercicio cuando hemos podido charlar con Pilar Herrero. 

Cierto es que El Agitador se ha mostrado muy crítico con la gestión de la nueva corporación municipal, muy especialmente con la polémica política de contratación de personal llevada a cabo en los últimos meses, pero cierto es también que todas nuestras entrevistas, a políticos o no políticos, han estado siempre presididas por determinadas reglas de cortesía que, por supuesto, ni nos planteábamos alterar para la ocasión. Quizá esto disguste a cierta parte de nuestros lectores pero , a pesar de ser aficionados, intentamos manejarnos con la ética de los buenos profesionales. Por todo ello, hoy procedemos a entrevistar a Pilar Herrero con la cordialidad y el respeto que se le debe a todo vecino y a todo cargo público y mañana seguiremos criticando su tarea de gobierno, siempre que lo merezca, con cordialidad y respeto pero también con contundencia y rigor. 

Por lo demás, la entrevista fue lo que yo exactamente esperaba. Correcta, larga, cordial. 

Hasta la próxima.

Por fin. ¿Por qué dices eso?

Porque ha costado. No me he negado en ningún momento, más bien ha sido un problema de tiempo tuyo y mío. No tengo problemas en dar una entrevista.

¿Tampoco a nosotros? Aquí estamos ¿no? Hay que respetar a los demás. No me gusta el ambiente tan crispado que hay en Caspe. Somos vecinos, conocidos de toda la vida.

Ya, pero ahora eres la alcaldesa, estás en política y ahora mismo, en Caspe y fuera de él, la política es división. Pues no debería ser así, con muchos de los que pueden considerarse mis oponentes políticos he actuado de acuerdo en muchos casos. De siempre he estado en asociaciones, me gusta participar en las cosas de mi pueblo, hacer cosas por él, eso es lo que me mueve a estar donde estoy. Sigo siendo la misma persona ahora que antes. Si antes era buena ahora sigo siendo la misma…

Pero no negarás que existe esa división. Yo creo que lo de clasificar a la gente en derechas o izquierdas no es lógico. En los pueblos tenemos que tener más claras otras opciones más allá de izquierda y derecha. Estamos todos mucho más cerca. Lo que queremos todos es que Caspe crezca y eso solo se consigue trabajando codo con codo.

He criticado aquí, en El Agitador, la endogamia del panorama político caspolino. Se echan de menos caras nuevas y, sobre todo, más jóvenes. No es ese tu caso. Casi eres una debutante, lo cual, al menos para mí, no tiene por qué ser algo necesariamente malo. Me interesa mucho conocer el camino por el que llegas a la política a una edad en la que la gente suele llevar ya muchos años de militancia y práctica. Ya te he dicho que siempre he participado en la vida social caspolina. Esa inquietud es la que me lleva a aceptar algo que me habían propuesto algunas veces pero a lo que yo me había negado siempre. Por edad, y por otras cuestiones, mi familia me necesitaba más que la política. Ahora eso ha cambiado, mis hijos ya son independientes y he podido plantearme dar este paso.

¿Eras militante del PP? No, ni siquiera eso. No he tenido nunca ideas políticas muy marcadas y, desde luego, no soy fanática de nada. Hay cosas buenas y malas en todos los sitios. Hay cosas de mi partido con las que estoy más de acuerdo y otras con las que estoy menos. En cuanto a Caspe, si lo que se ha realizado veo que es bueno para Caspe, no me ha costado nunca reconocerlo aunque lo hayan hecho personas a las que no he votado.

Sigamos con esa vieja tentación de entrar en política y con el momento en que decides sucumbir a ella. Ya te he comentado que me lo habían propuesto muchas veces. Concretamente lo había hecho Juanma Lizarbe, que es amigo mío desde hace muchos años. En el momento de dar el paso no tenía claro que pudiera dar todo lo que se esperaba de mí y lo que, desde luego, tenía muy claro es que no iba a dar ningún paso sin contar con la gente del trabajo y con mi familia. Así que lo consulté con todos ellos. Obtuve el ok de mi jefe y también el de mi marido y mis hijos y me lancé. Cuando ellos me dicen que adelante es cuando yo soy consciente de que eso es lo que tengo que hacer.

¿Y, conociendo lo que conocías de la vida municipal caspolina, no sentiste pánico? Mira, la vida nunca sabes lo que te depara. Unas veces te da palos y otras te da salidas. Tampoco sabes nunca de lo que vas a ser capaz. A lo mejor te parecerá una tontería pero yo soy creyente y, desde ese punto de vista, creo que todo ocurre por algo y creo que, a lo mejor, esa era la “labor” que a mí me tocaba acometer en ese momento… Sabía que iba a perder tiempo personal, para mí, para mis cosas, para la familia, para el estudio al que ahora le puedo dedicar menos horas… Pero a cambio sé que tengo una labor que cumplir y creo que Dios me echa una mano en eso.

Tus detractores subrayan, precisamente, esa inexperiencia como uno de tus puntos débiles. Es verdad, no tenía experiencia pero tengo ilusión. A veces, cuando contratamos a alguien para un trabajo, la experiencia puede ser un desvalor porque la experiencia puede apoltronar. Yo no tengo experiencia pero tengo ganas de hacer las cosas y de aprender.

En cualquier caso, cuando das ese paso, ni se te puede llegar a pasar por la cabeza que la responsabilidad que acabarías asumiendo fuera la alcaldía. Ni siquiera eras cabeza de tu lista. Entro de segunda en la lista. Entro como concejal y estábamos muy contentos con los dos concejales que conseguimos porque eso ya era mejorar lo que había. Por razones que no quiero comentar sale Néstor Fontoba y me toca ser la primera de la lista. Eso ocurre en octubre de 2012 y, en ese momento, no se pensaba todavía en la moción de censura.

¿No? No. Es en enero de 2013 cuando se plantea. Nos damos cuenta de que la situación en el Ayuntamiento es insostenible porque el pueblo está totalmente parado, con las ordenanzas fiscales por aprobar, los presupuestos… La persona que en ese momento estaba al frente de ese Ayuntamiento era tan inexperta en política como yo, con un bagaje muy parecido al mío.

Te refieres a Jesús Senante. Sí. En el grupo socialista había solo cuatro personas porque, desgraciadamente, Florencio necesitaba más tiempo para él mismo que para el Ayuntamiento. Se plantea la moción como una manera de mover las cosas y, enseguida, se plantea que la alcaldía tiene que ser para un partido como el PP.

¿Para ser la cabeza de turco si salían las cosas mal? No lo creo. No soy de las que se dejan manipular fácilmente. Para Caspe lo más beneficioso era que el PP estuviese en la alcaldía porque era la mejor manera de aprovechar el hecho de que el PP estuviese al frente de DPZ y DGA. Ahí es cuando dije: “guau, en qué lío me estoy metiendo”. Era el momento y yo hice lo que tenía que hacer. Sabía que me enfrentaba a muchas cosas, aunque al final han sido más de las que yo esperaba.

¿Cuál es el balance que haces de este tiempo que llevas en la alcaldía? Llevo casi diez meses aprendiendo y creo que lo estoy haciendo bastante rápido. A veces se aprende de las equivocaciones. A mi favor tengo que no me cuesta rectificar o pedir perdón. Una vez metida la pata rectifico.

¿Eres consciente de haberla metido? Supongo que la habré metido, aunque no conscientemente. En los primeros plenos puede que no contestara como debería haberlo hecho. Demasiado espontánea, quizá. Pero creo que eso me beneficia. Voy todos los días al ayuntamiento. Cogí la excedencia en el trabajo en el momento de entrar en la alcaldía. Vuelvo todos los días a casa cerca de las cuatro de la tarde. Creo que cumplo con la obligación que tengo como alcaldesa y estoy contenta con lo hecho en todo este tiempo. Ahora tengo por delante un año para demostrarle a la gente de lo que soy capaz.

Deduzco por lo que dices que eso significa que, entre tus planes, está repetir como candidata a la alcaldía. La verdad es que me gustaría repetir como alcaldesa. No por gustillo sino porque no voy a tener tiempo en esta legislatura para hacer todo lo que tengo en la cabeza. Pero tampoco me gustaría quedarme mucho. Las personas se agotan y también la experiencia a veces, embota a las personas. Hay un tiempo.

¿Cómo se articulará esa próxima concurrencia a las elecciones locales? ¿Irá el PP en solitario? ¿Habrá una candidatura conjunta PP-PAR-CPC? No te lo voy a contar ahora. Falta tiempo y aún hay que hablar. Nuestro objetivo es llegar a las próximas elecciones en buena sintonía. Todavía queda año y medio.

Esa es una de las cosas que más llaman la atención de la corporación actual: lo bien que, al menos en apariencia, os lleváis todos. Curioso teniendo en cuenta el pasado no demasiado lejano y que, por ejemplo, poco antes de la moción, el PP demandara a Carlos Alastuey, como presidente de la Comarca, en relación a la contratación de un arquitecto para dicha institución. ¿Es realmente todo tan bonito como parece? Bueno eso son cosas de la política que pertenecen al pasado. Lo cierto es que ahora mismo la relación es buenísima. Puede haber discrepancias pero mientras haya comunicación y dialogo para intentar llegar a soluciones, todo se puede llevar. A nivel personal, somos tres mujeres las que estamos diariamente en el ayuntamiento y tenemos muy buena relación.

Vayamos a lo hecho en estos meses. Se han hecho muchas cosas importantes que, además, yo creo que la gente percibe. Hemos firmado varios convenios con AFEDAC, con ASADICC y con Amigos del Castillo. Después de muchos años, se han pintado los colegios de Caspe, se ha actuado en el patio de recreo del Alejo. Se han aprobado por fin las Ordenanzas Fiscales. Hemos conseguido dinero para Caspe y creo que conseguiremos más. Tenemos que conseguir que Caspe suba y ¿cómo hacerlo? Pues solicitando ayudas y subvenciones para gastarlas aquí. Hemos sacado adelante el Plan General de Ordenación Urbana.

Un Plan polémico, con muchísimas alegaciones. Sí pero todas se han contestado. Doscientas han sido desestimadas pero unas mil trescientas han sido recogidas. Las hemos tenido en cuenta porque son la voz de los ciudadanos y, al final, son los ciudadanos los que saben cuál es el urbanismo que quieren para la ciudad en la que viven y no los políticos.

Permíteme que disienta de forma absoluta sobre eso que dices. Pienso lo contrario. El urbanismo es una materia demasiado técnica y compleja como para que la mayoría de los vecinos tenga la más mínima noción sobre ella. Es tarea del político elaborar el modelo adecuado para cada tiempo y lugar. Lo contrario pienso que es populismo y además es muy peligroso. Bueno, es tu opinión. Desde la corporación lo que se ha tratado es de dar soluciones a los problemas de la gente.

¿Por ejemplo en el tema de las torres edificadas en las huertas? Eso, torres. No chalés. Es que hay muchas que parecen chalés. Ese es un gran problema que se ha intentado solucionar. Yo, desde luego, no le voy a mandar a nadie que derribe su casa. Reunir diez mil metros cuadrados es imposible. Lo que vamos a hacer es bajar esa exigencia a dos mil quinientos metros cuadrados y en esa superficie autorizar una edificación de sesenta metros cuadrados. Así está aprobado en Alcañiz, donde tenían el mismo problema.

¿Hay también solución para La Rosaleda? Bueno, se ha planteado una solución que resulta beneficiosa tanto para el Ayuntamiento como para la propiedad de la finca sin asumir costes. Yo creo que estamos en el buen camino.

¿Cuáles son las líneas de actuación de la corporación que presides para lo que queda de legislatura? Pues seguir trabajando para Caspe. Se han hecho solicitudes al Departamento de Suelo de la D.G.A. Una de ellas para el Plan Director de la Parroquia que es algo muy necesario. Está ya enviado y se va a empezar el estudio. Se van a acometer obras en la calle Mayor, calle Diputación, calle de la Fuente y en la calle del Carmen hasta la subida a San Indalecio, también en Entrepuentes para su acondicionamiento. Estas ya están adjudicadas y darán comienzo en breve. Pero además hemos recibido subvenciones para calle Cervantes, Jardines de la Estación, Residencia de la tercera edad y otras para eliminación de barreras arquitectónicas en alcorques e instalación de cartelería en calles y edificios municipales.

Yo creo que el mayor problema que afecta a Caspe es el de la abundante población inmigrante y la distorsión que ello provoca en la vida de los vecinos. Demanda de servicios, convivencia, degradación del espacio público… Creo que todo ello exige un planteamiento muy profundo y la toma de decisiones drásticas que, incluso podrían no ser bien entendidas por los ciudadanos. Fundamentalmente decisiones de gasto e inversión. Sin embargo me encuentro con que nunca es el principal tema de las agendas políticas… Es un problema muy complejo. Es muy complicado salir de la situación en la que estamos. Desde el ayuntamiento se ha hablado con el imán de la mezquita y se procura darles a todos los vecinos de Caspe el mismo trato, atender todas las solicitudes. Hace poco nos solicitaron el uso del pabellón municipal para celebrar la fiesta del cordero. Evidentemente, se lo dejamos, lo mismo que se lo hubiéramos dejado a cualquiera que lo hubiera pedido como hay que pedirlo. El problema es cómo nos lo encontramos después… Como te digo es un problema complejo. Tenemos a dos chicos de origen marroquí que han realizado las prácticas a sus estudios en el Ayuntamiento. Eso es integración. Que vea todo el mundo que forman parte de la comunidad caspolina.

Por el contrario, uno de los temas recurrentes en la política local, en todas las formaciones, es la legendaria invocación al turismo como aspiración colectiva a la que se dedica más recursos y energías de las que, en mi opinión, merece. Creo que eso solo sirve para perder el tiempo si no va acompañado de un planteamiento serio y bien fundamentado para crear un sector fuerte en la economía caspolina. Me refiero a que de ello pueda vivir un número significativo de familias. No sirve de nada que venga gente a Caspe si ello no genera empleo y riqueza. Creo que el sector privado no se mueve a la hora de ofertar servicios a los posibles turistas y que se trata, más bien, de un empecinamiento de los políticos, probablemente bien intencionado pero absurdo. En Caspe hay turismo, eso es un hecho. También es verdad que esa industria de la que hablas no existe hoy mismo. Pero yo el turismo no lo entiendo solo como una industria. No podemos inventarnos lo que no tenemos, la infraestructura hotelera es escasa y muchos de los establecimientos cierran cuando debieran estar abiertos, eso es verdad. Pero también es verdad que los caspolinos somos generosos y acogedores, que la gente que llega aquí, para lo que sea, vuelve, se siente acogida, arropada, y eso es algo muy positivo. Tengo unos amigos de Alicante que cayeron por Caspe de forma accidental y, desde entonces, no se pierden ni una, ni Fiestas de agosto ni Medievales. No es cierto que en Caspe se hagan pocas cosas, hay muchas actividades, el tejido asociativo es muy grande. La apuesta por el turismo debe servir para potenciar eso de lo que te hablo. Desde que se ha empezado con lo de la Veracruz y el minimuseo hay voluntarios abriéndolo y han pasado más de ochocientas personas en cuatro o cinco meses. Aunque sean pocos, antes no había ese flujo de personas y eso es positivo. Hay grupos de turistas que vienen en autobús y se dejan dinero. Vale, no es gran cosa, es poco ambicioso, pero algo es… Caspe no ha sido nunca turístico y no podemos pretender un boom, es mejor ir poco a poco, grano a grano. No hay que volcarse pero tampoco abandonarlo. Mi tarea como alcaldesa es seguir por ahí.

Hablas de tu tarea como alcaldesa. Si en general la vida política municipal es complicada, mucho más lo es en las circunstancias que rodean a tu mandato. ¿Qué esperas haber conseguido cuando te vayas? Yo solo tengo una función que es escuchar al vecino y atender sus necesidades y voy estando contenta en eso. Tengo la posibilidad de hablar con mucha gente que viene al ayuntamiento a plantearme cosas y escucharles es mi trabajo. Eso es lo que me llena. No pregunto colores ni me fijo en a quien vota. Me da igual su forma de pensar. Quiero escuchar a la gente y dar respuestas.

Un poco vaga es esa ambición. Lo más importante, y hacia donde yo voy como político, es que, al terminar, hayamos hecho lo que los ciudadanos demanden.

¿En ese sentido, crees que caminas por el buen camino, crees haber hecho lo correcto? Sí. El respeto es algo que está por encima de todas las formas de pensar. Yo no voy a encender ningún fuego ni a avivarlo, al contrario. Conozco a todos los miembros de la corporación municipal y tengo claro que estamos todos en lo mismo: trabajar por Caspe.

Actualmente lideras una formación que, tradicionalmente, ha cosechado siempre pésimos resultados en las confrontaciones locales y buenos, o al menos aceptables, en las no locales. En esas circunstancias, haber alcanzado la alcaldía, añade ilusión, pero también responsabilidad, a tu gestión como líder del PP caspolino. ¿Crees que podréis mantener dicha ilusión en las próximas elecciones locales que, prácticamente, están al caer? Llevamos treinta años de dominio local del PSOE y por fin le hemos dado la vuelta a la situación. Estamos trabajando para consolidarnos como formación política y para conseguir el relevo generacional. No me veo liderando el PP local muchos años, ni quiero, ni creo que eso sea bueno para nadie. En este próximo año y medio queremos conseguir tener una estructura sólida y bien asentada.

Terminaremos la entrevista con nuestras recomendaciones clásicas: Peli, libro y disco. Película: Veo poco cine y menos aún televisión. Me gustan las películas que me quitan problemas y no me gustan las que me ponen nerviosa o me plantean cosas extrañas. No sabría recomendarte ninguna, la verdad. Libro: Me gusta leer. Por decirte uno, te diría “Los pilares de la tierra” que me lo leí en una semana y me enganchó mucho. En cuanto a música, me gusta la tranquila, la de mis tiempos de joven, la de los ochenta, tirando más hacia la relajante, de escuchar, incluso la clásica. Un disco especial sería el de Olga Manzano y Manuel Picón. “Tu risa” es mi canción favorita.

Jesús Cirac

 

 

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