Rectificación al artículo “El Hotel de los Horrores”

Estimado Javier:

Parece ser que en mi columna titulada “El Hotel de los Horrores” publicada en El Agitador y posteriormente en el periódico La Comarca, metí la pata en una frase. Eso es lo que te oí decir en Radio Caspe el pasado martes. Tengo que fiarme de lo que dices, que para eso eres teniente alcalde de urbanismo y conoces el tema en profundidad y además abogado, con lo que en ese asunto puedes expresarte con mayor propiedad que yo. Confieso que no he tenido a mano –ni antes ni ahora- la documentación en cuestión. Pero me fío de tu palabra. Cómo no iba a hacerlo. Hace años que nos conocemos y hasta diría que tenemos una pequeña amistad. Así que, haciendo caso de lo que manifestaste, reculo y digo que la empresa no ha presentado dos demandas, sino dos contenciosos-administrativos.

Tengo que confesarte que hasta este martes ni sabía que las dos palabras no significan lo mismo porque, como bien sabes, no soy abogado. Te creeré también cuando dices que tampoco demandan ningún pastizal de seis ceros (al menos no de momento). Y espero que el tiempo no me acabe dando la razón porque eso supondría hacerte quedar muy mal y, lo que en realidad más me preocupa, serían muy malas noticias para todos los caspolinos. También te digo que, por mucho que te crea, con lo de los seis ceros sigo muy intranquilo.

Y ahora que me he disculpado, he reculado y rectificado creo que puedo decirte que tú tampoco has estado fino del todo al cuestionar mi condición de caspolino y al tacharme de alarmista y no sé cuántas cosas más. Las cosas son mucho más sencillas que todo eso. Mi intención cuando escribí el artículo era simplemente dar voz a inquietudes que están en la calle sobre el estado actual y futuro del Hotel Latorre -o lo que queda de él- y que no acabo de tener claro que vosotros, el equipo de Gobierno, seáis capaces de recoger. Esto de la democracia es así. Algunos te creen, Javier, y otros no. Pero bueno, para eso están los tribunales. Para dar y quitar razones. Tristemente, y como muchos otros asuntos de la vida pública caspolina, el Hotel Latorre ha acabado en un tribunal. Ya nos enteraremos del final de la película. Es solo cuestión de tiempo. Ojalá tengas razón.

Ya ves qué poco cuesta rectificar. Hasta te sientes bien después de hacerlo. Es un ejercicio que, por cierto, debería practicar más de uno en nuestra ciudad. Con la cantidad de cosas que se vierten en los medios locales que no son ciertas y nunca veo que nadie rectifique. Yo lo hago con la cabeza bien alta porque no mentí, simplemente, al parecer, me equivoqué. O al menos eso es lo que tú dices. Y yo, como ya te he dicho, te creo.

Pienso, Javier, que no debieras haberte puesto así. También me pregunto si, como buen demócrata que eres, te enfadas tanto cuando lees las barbaridades, acusaciones y ataques personales que otros medios locales vierten en artículos anónimos sobre personas y partidos con los que compartiste el gobierno municipal no hace tanto tiempo.

Déjame que te recuerde algo: tanto yo como mis compañeros en El Agitador hacemos esto porque nos gusta y porque creemos que ayuda a tener una sociedad más sana. Somos simples ciudadanos con profesiones que en la mayoría de las veces nada tienen que ver con los temas que tratamos. Solo nos gusta opinar, mojarnos, y arriesgarnos. Trabajamos mucho sin percibir nada a cambio. Ni somos portavoces de Gobierno ni de la oposición y, por supuesto, no cobramos ningún sueldo municipal. Somos simples ciudadanos que, por cierto, damos la cara y firmamos lo que escribimos. Hasta cuando, presuntamente, nos equivocamos.

Dirigiéndote a mí has dicho que lo que había escrito era “atentar contra los ciudadanos de Caspe”. En fin, Javier, vaya frase, vaya verbo…mejor lo dejamos.

Para finalizar, ahora soy yo quien te corrige: he escrito dos libros, partes de otros y un buen número de artículos pero no soy historiador. Ni me lo considero, ni firmo como tal. Algún día quizá. Sé que cuando, de algún modo, ponías en duda mis trabajos literarios lo hacías solo para tocarme las narices pero que no lo sentías. Y lo sé bien porque te he visto entusiasmado en algunos proyectos editoriales que hemos compartido. Pero tú eso ya lo sabes.

Ah, y cuando te cabree tanto algo de lo que escriba, me puedes llamar por teléfono o me puedes enviar un correo o nos podemos ver y charlar amistosamente. No será la primera vez. Y ojo con esos cabreos que te pillas que me preocupa tu salud. Cuídate.

Amadeo Barceló

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