Traemos hoy a esta sección de El Agitador una breve reseña de un bajoaragonés que se convirtió, tristemente, en un personaje famoso por sus actos. Viajemos en el tiempo hasta el mes de Noviembre de 1893. La hemeroteca del periódico La Vanguardia nos cuenta que “El Liceu inauguraba la temporada de invierno con la puesta en escena de “Guillermo Tell”. Eran las 22.15 horas del 7 de noviembre de 1893 cuando, desde el quinto piso, fueron lanzadas dos bombas casi seguidas. La primera estalló sobre el respaldo de la butaca número 24 de la fila 13. La segunda cayó sobre el regazo de la señora Cardellach, ya muerta; de ahí que no se moviera y de ahí también que la falda del vestido amortiguara el impacto, hasta el extremo de que tal bomba no llegó a estallar y quedó en el suelo.”
Entre la multitud desconcertada de la platea, Santiago Salvador Franch, el autor del atentado, consiguió escapar sin ser visto. Las autoridades pronto le echaron el guante a varios sospechosos, entre ellos a José Llunás, director del periódico “La Tramontana”.
Un mes más tarde caería Santiago Salvador, que había nacido en la localidad turolense de Castelserás. Su periplo en la huída le llevaría a hospedarse en Gracia, Barbastro, Alcañiz, Castelserás y finalmente Zaragoza. “Allí le detuvo la guardia civil. Al verse sorprendido Salvador, intentó suicidarse, disparándose un tiro de pistola que le produjo una herida, al parecer de gravedad, en la región lumbar lateral derecha.”
Así lo contaba La Vanguardia en su edición del 3 de Enero de 1894: “La activa campaña emprendida por el señor Larroca para descubrir a los autores y cómplices del atentado del Liceo, ha tenido completo éxito en esa primera etapa de investigación con la captura realizada anteanoche en Zaragoza por la guardia civil, de Santiago Salvador Franch, a quien habían señalado varios presos según se dijo como el que arrojó desde el quinto piso a la platea, de aquel teatro, las dos bombas Orsini.»
“Sabedor el gobernador civil de que el sujeto que se buscaba era hijo del pueblo de Castelserás (Teruel) y que después que salió de la casa de Sogas donde, corno dijimos ya, estuvo oculto durante ocho días, andaba fugitivo, supuso que debía haberse refugiado en aquella comarca, donde utilizando sus relaciones y el conocimiento que coma natural de ella tendría del terreno, podía burlar más fácilmente las pesquisas de las autoridades, permaneciendo oculto allí, hasta tanto que dispusiera de medios y ocasión para marchar al extranjero.”
“El juicio contra Salvador dio comienzo el 11 de abril de 1894. Se le acusaba de 20 asesinatos consumados, y de 27 frustrados, así como de estragos.”
El propio Salvador confesaría posteriormente su filiación anarquista y sus deseos de sembrar el caos en la sociedad burguesa barcelonesa como forma de vengar los ataques hacia sus compañeros de filas. El 21 de noviembre 1894, el bajoaragonés acabó ejecutado a garrote vil en una plaza de Barcelona a manos del verdugo Nicomedes Méndez.
Enlaces:
La Vanguardia, edición del 3 de Enero de 1894
La Vanguardia, edición del 6 de Noviembre de 1990
